Opinión | UNIÓN EUROPEA

Un proyecto defensivo europeo

Queda por ver si la presencia del flanco sudoeste de la Unión Europea -Francia, España, Portugal e Italia- es solo cuestión de tiempo o si estos cuatro estados quedarán fuera de la operación

Misiles portátiles y drones de bajo coste, el "escaparate" de armas ucraniano

Misiles portátiles y drones de bajo coste, el "escaparate" de armas ucraniano / EFE/Borja Sánchez Trillo

La adhesión de 14 países a la iniciativa alemana de articular un escudo antimisiles (European Skyshield) pone de relieve la gravedad del momento, las incertidumbres en materia de seguridad en Europa y el deseo de coordinar esfuerzos, costosos y no siempre aceptados por la opinión pública. Al mismo tiempo, es un cambio cualitativo acorde con la escalada verbal de las últimas semanas, con cruces de amenazas tan categóricas como la de Josep Borrell, que ha advertido de una respuesta aniquiladora de los aliados occidentales para el ejército de Rusia si el Kremlin recurre al armamento nuclear. Si no se desvanecen los riesgos de una mayor degradación de la seguridad en el entorno de Ucrania y en los estados fronterizos con Rusia, era inevitable un proyecto como el de Alemania para dotar a Europa de cierta autonomía de acción frente a la gestión de la crisis que ha hecho Estados Unidos. 

La voluntad de subrayar que el escudo antimisiles europeo es complementario y se coordinará con el de la OTAN excluye una competencia específica entre aliados, pero es también una consecuencia de la reflexión promovida por Borrell y otras figuras relevantes de la Unión Europea para dotar a los Veintisiete de una capacidad de respuesta específica en una situación de crisis global.

De los 15 países comprometidos con el nuevo escudo, solo Noruega y el Reino Unido están fuera de la Unión, pero son, en cambio, dos actores fundamentales en el esquema de defensa europeo al que parece que se adherirán más estados. Queda por ver si la presencia del flanco sudoeste de la Unión Europea -Francia, España, Portugal e Italia- es solo cuestión de tiempo o si estos cuatro estados quedarán fuera de la operación.

Las explicaciones de la ministra de Defensa, Margarita Robles, según las cuales Alemania no ha ofrecido a España participar en la iniciativa, son contradictorias con las de la embajadora de Alemania en Madrid, que habló de conversaciones preliminares "a bajo nivel" para la incorporación de España al escudo y lo son también con la presencia de representantes españoles en el debate de expertos anterior al anuncio del escudo, reseñada por un portavoz del Ministerio de Defensa alemán. 

Con independencia de lo que decidan los vecinos de España, sería esclarecedor saber cuál es el propósito del Gobierno en materia de seguridad; es insuficiente recordar que España participa en el escudo antimisiles diseñado por Estados Unidos y que enviará cuatro baterías antiaéreas más a Ucrania. La necesidad de disponer de información precisa tiene que ver con los posibles cambios de la política estadounidense en Europa en el corto plazo, si en noviembre cambia la correlación de fuerzas en el Congreso, y en el medio plazo, cuando dentro de dos años Estados Unidos elija presidente. 

Cada vez son más las voces autorizadas que sostienen que si Donald Trump o alguno de sus imitadores se instala en la Casa Blanca, revisará la relación con Europa, incluida la estructura y operatividad de la OTAN, y en tal caso el continente precisará de instrumentos de disuasión suficientes frente a la determinación manifiesta de Rusia de cambiar las reglas del juego y el mapa político de Europa. 

En medio de una crisis económica, a nadie le gusta echar cuentas sobre cuánto más hay que destinar a defensa y cómo, pero la guerra de Ucrania obliga a ello para disponer de un sistema eficaz de seguridad preventiva.