Opinión | CUMBRE

Alemania, socio preferente

La cumbre celebrada en A Coruña pone de relieve la sintonía en materia energética, pero deja en el aire la cooperación en el escudo antimisiles

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Olaf Scholz, durante su encuentro en Meseberg.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el canciller alemán, Olaf Scholz, durante su encuentro en Meseberg. / EFE/EPA/CLEMENS BILAN

Ayer se celebró en A Coruña la XXV Cumbre Hispano-Alemana, a la que acudieron, además del presidente Pedro Sánchez y del canciller Olaf Scholz, una quincena de ministros. Los temas estrella del encuentro, en estos tiempos de guerra y estrecheces, fueron la política de defensa y la energética, según consta en la declaración conjunta firmada al término del encuentro. Y, como es natural, no han faltado en la rueda de prensa final ni las proclamas de unidad en defensa de la legalidad internacional ni la reiteración de la condena de la agresión rusa a Ucrania, con mención explícita al hecho de que las anexiones realizadas por Moscú de cuatro territorios ucranianos son totalmente inválidas. 

Alemania ha sido históricamente el motor económico de la Unión Europea aunque en materia energética está pagando ahora los errores de bulto cometidos en el pasado por su alta dependencia del gas ruso. De ahí que la complementariedad con España sea necesaria para diversificar el abanico de proveedores de energía. España, que tiene una alta capacidad de regasificación, podría proporcionarle gas si Francia se aviniera a concluir el gasoducto que atravesara los Pirineos (Midcat).

En A Coruña, ambas partes destacan la "suma importancia" de que el proyecto esté listo en 2025 "para lograr un mercado interior de energía verdaderamente sólido dentro de la UE, acelerar la transición verde y reforzar la autonomía estratégica de la UE". Francia, de momento, no está dispuesta a financiar la obra -habría que movilizar unos 3.000 millones de euros- pese a que España ve en el Midcat una oportunidad para convertirse en el principal proveedor europeo de gas en el contexto de la guerra de Ucrania y para liderar, en un futuro próximo, la exportación del hidrógeno verde. 

Sánchez puso toda la carne en el asador y defendió que existe ya un compromiso de interconexión que no se está cumpliendo. Quizá la presión conjunta sobre Francia venza la resistencia de Emmanuel Macron. La cumbre incluyó acuerdos en materia sociolaboral y de formación, y se detuvo especialmente en cuestiones estratégicas, de seguridad y defensa, que incluyen diversos campos de ejecución de la "brújula estratégica" definida en el seno de la UE. Ambos líderes aseguraron que no trataron la cuestión del "escudo antimisiles", un proyecto alemán abierto a la cooperación. Sánchez se limitó a remachar los estrechos lazos con Alemania en materia de seguridad, dando a entender una posición cooperativa

Preguntados ambos líderes por la aplicación por Berlín de 200.000 millones para paliar la crisis inflacionaria, subvención que puede perturbar la igualdad de oportunidades, Sánchez recordó sin ambages la necesidad de resolver las crisis en marco del mercado único, como se ha hecho con la crisis pandémica, aunque piensa que Scholz respetará también ese mismo criterio. Scholz ha atribuido a las asimetrías intraeuropeas estas ayudas, que "también aplican otros". España siempre ha mantenido con Alemania relaciones intensas durante toda la etapa democrática, pero actualmente la coincidencia de dos líderes socialdemócratas augura un entendimiento mayor haciendo de ambos países un eje vertebrador en Europa.