Opinión | IMPACTO TELEVISIVO

She-Hulk y el humor contra el machismo

La nueva superheroína de Marvel ha generado una ola de críticas que quieren destruir su mensaje de empoderamiento

Jennifer Walters, alias Hulka, en ’She-Hulk: Abogada Hulka’.

Jennifer Walters, alias Hulka, en ’She-Hulk: Abogada Hulka’. / MARVEL STUDIOS

Una mujer verde y gigante ha llegado a la pantalla de televisión y un fenómeno casi atmosférico (sí, coincidió con el temporal que ha hundido las temperaturas y nos ha dejado dormir a pierna suelta por fin este verano) se ha levantado con furia: cuando aún no se había estrenado, los foros donde se recomiendan películas y series se llenaron de críticas furibundas ante lo que calificaron de “basura woke”, esto es, “políticamente correcta” y “progre”. El nuevo juguete televisivo que ha excitado la batalla ideológica se llama She-Hulk y cuenta las andanzas de una abogada que se convierte por accidente en una supermujer. Otra mujer con superpoderes. Otro superhéroe que además es más fuerte que el consagrado Hombre Masa, Hulk, al que supera en fuerza y agilidad. 

El personaje de Marvel es defendible de principio a fin: la mujer verde se inventó en 1980 y cobró vida del talento de Stan Lee, el rey del cómic para nada sospechoso de infrarrepresentar o maltratar a caracteres masculinos por el hecho de serlo. She-Hulk también ha hecho apariciones en televisión y cine en personajes secundarios en las últimas décadas. ¿Una serie solo para ella? ¿Y con autoparodias y humor en clave de guerra de sexos? No solo está bien, sino que hace más falta que nunca.

Un reciente estudio del Laboratorio LipsiMedia Ad-Lab, Universidad de Valladolid, revela la importancia de la narrativa, los relatos, para cambiar la forma de pensar. "Esta capacidad de los relatos para contribuir a nuestra experiencia de ocio y al modelado de nuestro pensamiento hace que sea muy importante seguir indagando acerca de qué son las historias, cómo están estructuradas, qué hacemos con ellas y cómo nos afectan", apunta el director del Lipsimedia, Jesús Bermejo-Berros.

Fueron películas de los años 40 como 'La costilla de Adán', donde' veíamos a Katharine Hepburn y Spencer Tracy enzarzados en hilarantes disputas en los tribunales como pareja de abogados enfrentada en un proceso judicial, las que dieron los primeros pasos (aún cargados de moralina y límites más o menos subliminales, para que no se descontrolara el movimiento de liberación femenino) para concebir un imaginario en el que la mujer podía competir profesionalmente con el hombre y hasta vencerle en un terreno que hasta entonces le estaba vedado. 

Pues en 2022 tenemos al alcance del mando a distancia un referente que sigue esa estela, el de la por otra parte superheroína más preparada de todo el universo de los cómics, con un doctorado, y que patea el paternalismo que invade el día a día, los micromachismos constantes, y retrata con humor por qué ser mujer es una lucha constante. ¿Necesita aprender a controlar la ira? "Pues resulta que eso se me da de fábula. lo hago constantemente. cuando me piropean por la calle, cuando un hombre incompetente intenta explicarme mi propio trabajo, lo hago básicamente, a diario, porque si no, dirán que soy temperamental, difícil". ¿Os suenan estas reflexiones, estas situaciones?

La mujer verde, una de los primeros superhéroes que se inventaron que rompe la llamada cuarta pared y se dirige desde las viñetas, ahora desde la pantalla de televisión, a los espectadores, apela como pocos personajes a nuestra realidad y emociones, y transfiere como pocas esa narrativa capaz de cambiar mentes a la que aluden los estudios científicos.

Por eso será que ha enfurecido a tantos usuarios de internet, prestos a lanzar campañas organizadas para destruir mensajes feministas con peso suficiente para calar. Pero este torbellino de ficción calará hasta los huesos.