Opinión | CORRUPCIÓN

Sentencia de los eres: final de una época

La decisión llega por la mínima y pone altísimo el listón de la ejemplaridad, sobre todo con la pena de Griñán

Manuel Chaves y José Antonio Griñán durante el juicio por el caos de los ERE.

Manuel Chaves y José Antonio Griñán durante el juicio por el caos de los ERE. / Raul Caro Cadenas

El Tribunal Supremo ha confirmado en lo sustancial la sentencia de la Audiencia de Sevilla de noviembre de 2019, que condenaba a 19 altos cargos del PSOE por el caso de los eres, el uso irregular de 680 millones de euros para sufragar expedientes de regulación de empleo (ERE) "fraudulentos o innecesarios" y para ayudar a empresas con subvenciones arbitrarias con el objetivo de lograr la "paz social".

La condena más importante es la del expresidente de la Junta José Antonio Griñán -seis años de cárcel por malversación de fondos públicos y prevaricación-, seguida por la del también expresidente Manuel Chaves, nueve años de inhabilitación por prevaricación. Todas las condenas son muy duras, ya que otros ocho altos cargos, cuatro de ellos exconsejeros, tendrán que ingresar en prisión. Solo les queda el recurso al Tribunal Constitucional (TC), que no suele suspender la entrada en la cárcel para condenas superiores a cinco años.

Como ya ocurrió con la sentencia de 2019, el relato de los hechos probados justifica la dureza de las condenas porque, aunque no hubo ánimo de lucro, se ha juzgado todo un "sistema fraudulento" de reparto de dinero público sin control, con sospechas de amiguismo y clientelismo, instaurado en el año 2000 cuando el PSOE llevaba décadas en el poder en Andalucía y allí continuó hasta el relevo en 2018 por el Gobierno del PP y Ciudadanos, apoyado por Vox. Tan largo ejercicio del poder suele conllevar episodios de corrupción. Es significativo que la confirmación de la sentencia de los eres coincida con la toma de posesión de un Gobierno del PP con mayoría absoluta, un dato político que viene a ratificar el fin de una época marcado por la decisión judicial y que recuerda el peso que este caso de corrupción tuvo en el desplome del PSOE en Andalucía.

La sentencia del Supremo, no obstante, se ha adoptado por la mínima, tres magistrados a favor y dos en contra, sobre todo por la evaluación del delito de malversación, que es el que conlleva prisión. Dos magistradas consideradas progresistas firmarán un voto particular en el que defienden la absolución de Griñán y de otros tres exaltos cargos del delito de malversación. Aunque no se conoce su argumento, la defensa alegó que el dinero desviado a fines distintos de lo presupuestado lo fue a otros destinos que admitían también dinero público, por lo que no habría sido malversado.

En todo caso, este asunto ha pasado por todas las instancias judiciales (a falta del TC) y marca un listón de ejemplaridad no reflejado en otras sentencias. Los partidos utilizan siempre la corrupción como arma arrojadiza cuando afecta a otros. Al conocer la sentencia, el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, se apresuró a pedir al PSOE que depure responsabilidades. Sin embargo, tanto Chaves como Griñán ya se retiraron hace tiempo de la política y los socialistas ya pagaron con la pérdida del poder hace cuatro años.