Opinión | PALIQUE

El último verano

Salida de pasajeros en el inicio del verano en el aeropuerto de Málaga.

Salida de pasajeros en el inicio del verano en el aeropuerto de Málaga. / Álex Zea / Europa Press

El economista Santiago Niño Becerra alertó el otro día en los cursos de la UMA del "síndrome del último verano". En síntesis: nos lo estamos gastando todo, viajamos como locos, planeamos viajar como locos y todo está lleno. El ojímetro ya lo había detectado: cabe un alfiler, pero no su familia. Llenazos. En chiringos y restaurantes, bares, hoteles y apartamentos turísticos. Algunos destinos no saben cómo gestionar la saturación. Está pasando en Zahara de los Atunes, por ejemplo. Que es solo un botoncito de muestra. Según Niño Becerra, somos más o menos conscientes de que hemos pasado malos tiempos y de que la crisis en otoño va a ser de órdago. Por esas dos razones gastamos y gastamos como cigarras en este estío como si fuera el postrero.

Uno siempre ha sido, algo, partidario de vivir como si fuera esta noche la última vez. O como si este fuera, sí, el último verano. Lo que ocurre es que afortunadamente quedan muchos veranos pero no sabemos si los vamos a vivir con trabajo, con dinero en el bolsillo, con capacidad para comer algo más que mortadela o con inflación.

Exceltur también advirtió el otro día (hay días en que todo pasó "el otro día") de que hay una "furia viajera" que imposibilita conseguir un vuelo a Europa a no ser que uno pague mucho más, mucho, de lo que solía costar.

Estamos viviendo los años veinte en un solo verano: charlestón, champán y Dios proveerá. Pies para que os quiero. Sedentario el último. Aquí, viaje y después gloria. El destino que seremos. Vacaciones para todos y carpe diem. No llegamos a fin de mes pero sí llegaremos a fin de verano. Tiesos.

Estamos viviendo los años veinte en un solo verano: charlestón, champán y Dios proveerá"

La industria turística está de enhorabuena y nos lo vamos a pasar en grande. Que nos quiten lo viajao. A fin de cuentas, llevan toda la vida pronosticándonos por estas fechas un "otoño caliente". Sí que es verdad que éste además podría ser sin gas.