Opinión | EN CLAVE EUROPEA

Mucho gasto, poca defensa europea

Los 27 miembros de la UE dedicaron globalmente a sus presupuestos de defensa en 2021 cuatro veces más fondos que Rusia y contaban con un 46% más de personal militar en activo que Moscú. Pero Europa, pese a su elevado gasto militar y número de tropas, sigue dependiendo de Estados Unidos para su defensa

Joe Biden habla en la OTAN en Madrid

Joe Biden habla en la OTAN en Madrid / REUTERS/Violeta Santos Moura

Desde 2014, Estados Unidos reclama en las cumbres de la OTAN que los países europeos destinen al menos el 2% de su producto interior bruto (PIB) a defensa. Pese a que dentro de la Unión Europea (UE) solo Grecia, Polonia, Rumania, Croacia, Estonia, Letonia y Lituania alcanzaron en 2021 ese objetivo del 2%, en términos absolutos el conjunto de los Veintisiete (miembros y no miembros de la OTAN) dedican anualmente una suma global muy elevada al presupuesto militar: 255.446 millones de dólares en 2021. Esa cifra debería permitir una mayor capacidad de defensa autónoma europea, en lugar de la total dependencia de EEUU.

Los 21 miembros de la UE que también pertenecen a la OTAN destinaron 240.799 millones de dólares a sus presupuestos de defensa en 2021, según la Alianza. A esta cifra hay que sumar los 14.647 millones de los seis países de la UE que aún no forman parte de la OTAN (Suecia, Finlandia, Austria, Irlanda, Chipre y Malta). En total, los citados 255.446 millones.

Esto implica que el conjunto de la UE destinó a defensa en 2021 cuatro veces más fondos que Rusia, la principal amenaza a la seguridad europea, que se limitó a 65.900 millones de dólares, según el informe sobre el gasto militar mundial del Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI). El presupuesto de defensa global de los 27 miembros de la UE es un tercio de los 793.990 millones del norteamericano. Pero la UE no debe pretender actuar militarmente fuera de su zona regional, ni la OTAN tampoco, ni tener desplegadas 130.000 topas en Extremo Oriente y el Pacífico como EEUU. El desastre de la intervención militar aliada en Afganistán y Libia y de la invasión norteamericana de Irak debería servir de recordatorio.

Superioridad numérica frente a Rusia

A nivel de fuerzas militares, la UE también dispone de una superioridad numérica frente a la amenaza rusa. El personal militar activo del conjunto de los 27 miembros de la UE ascendía en 2021 a 1,31 millones, según los datos de la OTAN y de los estados no miembros de la Alianza. Esta cifra es casi idéntica a los 1,35 millones de EEUU a nivel mundial en 2021, según la OTAN, y un 46% superior a los 900.000 con que cuenta de Rusia, según el International Institute for Strategic Studies (IISS).

Pese al elevado gasto y número de tropas, la capacidad de defensa europea está mermada por sus graves deficiencias en armamento, la fragmentación de su industria militar y la dispersión y limitada interoperabilidad de sus fuerzas militares, incluso en el marco de la OTAN, debido a su falta de encuadramiento en un ejército europeo.

La década de la política de austeridad, además de recesión, desempleo y retraso tecnológico, condujo a la degradación del 35% de la capacidad militar europea por falta de fondos para modernizar y mantener su armamento, señala un estudio del Center for Strategic and Internacional Studies (CSIS). Otro estudio publicado en International Security en 2021 detallaba cómo se había reducido drásticamente el armamento básico europeo, como tanques, artillería y aviones de combate. El informe de 2018 sobre la situación del ejercito de Alemania, principal potencia europea, fue devastador: la mayoría de los aviones y de los tanques estaba fuera de servicio, el 46% de la fragatas no podía salir a alta mar y había graves problemas con los submarinos, los helicópteros, el transporte aéreo y hasta con el equipamiento para los soldados.

La Comisión Europea reconoció en mayo que la UE había acumulado una falta de inversión en equipo militar de 160.000 millones de euros en una década, que existían graves carencias en tecnología militar, que el envío de material a Ucrania estaba vaciando los arsenales europeos, que la cooperación industrial militar entre los Veintisiete seguía siendo mínima y que el 60% de las compras de defensa se hacían a países de fuera de la UE. Las principales carencias de la UE, precisó la Comisión Europea, son: drones armados y defensas antidrones, defensa antiaérea, abastecimiento en vuelo, tanques, blindados, artillería, antitanques, fragatas, corvetas, submarinos, sistemas de satélites, comunicaciones y ciberdefensa.

El retraso de Europa en drones armados es revelador. Mientras Turquía produce y exporta desde 2018 el autodesarrollado dron Bayraktar TB2, el primer prototipo del eurodron (promovido desde 2013 por Francia, Alemania, Italia, España, Holanda, Grecia y Polonia) no estará disponible hasta 2024. El neuron, un dron furtivo armado europeo, demostró su efectividad como prototipo, pero eso no se ha traducido en su fabricación.