Opinión | AL PASO

Voladura controlada de Casado

Pablo Casado a la salida de la cadena Cope.

Pablo Casado a la salida de la cadena Cope. / José Luis Roca

Un meme atravesó las redes. De los congregados en Génova, irrumpían voces que reclamaban "Ayuso, róbame a mí". "Y a mí", "Y a mí", respondían los ecos. El humor no siempre tiene sentido de la realidad. Habría sido más correcto clamar "¡Dame un contrato a mí! Y el coro lo haría reverberar hasta el infinito. Carlos Cano, en una copilla de la época inocente de nuestra democracia, hacía cantar al coro de los currelantes "¡Felipe, colócanos!". Entre estos dos momentos de humor, la democracia española ha perdido su ingenuidad. Ha recorrido el camino desde la ancestral ilusión de gozar del privilegio de un trabajo, a la actual visión globalizada en la que un contrato de mascarillas equivale a que te toque la lotería.

En medio, la sociedad española ha asistido atónita a la degradación de la vida pública. Los ingenuos tardan mucho en perder la ingenuidad. Pero al final, la constancia de los malvados es más intensa que su ceguera. Ahora muchos se rasgan las vestiduras y proclaman "¡El PP es un partido sistémico!". Puede que sea sistémico, como los bancos, y por eso cobren comisiones, pero no estoy de acuerdo con este argumento. El PP se ha corrompido hasta la médula justo por la idea de que era un partido insustituible. Eso lo ha cobrado con creces.

Todo se paga. Ningún lector de Platón cree que los malos puedan ser amigos mucho tiempo. Cronos, el padre de la justicia histórica, procura que lo secreto se haga público con la rotundidad de una revelación. Lo que ha emergido estos días se puede resumir así: violar la omertà es firmar una sentencia de muerte. Eso ha hecho Casado. Antes lo intuíamos. Ahora lo sabemos.

El proceso ha sido sangriento porque estamos ante actores poco refinados. En realidad, Casado y Almeida lo han puesto muy fácil. Implicar al gafe de Carromero (un nombre que inclina a los actos fallidos de Freud) en una operación de espionaje, es tentar al fatum. Un tipo que fue a apoyar a la oposición cubana y eliminó a su jefe no debería tener una segunda oportunidad. Combatir contra un gafe envalentonó a la gente de Díaz Ayuso. El estallido preventivo de la bomba del espionaje, la presentación de Ayuso como la monja atropellada, y el contraataque torpísimo de Casado ejerciendo de fiscal, han cerrado un guion que parodia la época de Franco.

Las dos palabras fundamentales de Ayuso han sido "familia" y "casa", dos conceptos que no tienen que ser traducidos para disponer de un tono amenazante. Pero no conviene dejarse engañar. Que los hombres de Casado se hayan comportado como pardillos no quiere decir que Rodríguez no haya elaborado un plan consistente. Algo piensa, aunque no sepamos muy bien si es el Ello, el Yo, o el Superyó del PP. En esta situación, las confusas declaraciones de Aznar han sido interpretadas por la gente del partido como la señal de una huida general. Casado se ha quedado solo en dos días.

Aquí está la clave de la situación: era preciso cargarse a Casado ahora, cuando se sabe que la legislatura llegará a su final y todavía se dispone de tiempo suficiente para preparar con tranquilidad las elecciones andaluzas y las próximas generales. La ratonera de Castilla-León mostró que no había tiempo que perder. Si se esperaba más, ya no se podría cambiar de caballo. Era necesario aprovechar la debilidad en que Mañueco había dejado a Casado y confiar en la torpeza de su respuesta. Creemos que no tiene consecuencias que el líder de un partido sea elegido a la contra, porque ni querían a Soraya Sáenz de Santamaría ni a Rajoy; que, para esta función negativa, fruto de las pasiones tristes de almas turbias y envejecidas, servía improvisar a un impostor que no se avergonzaba de mentir con su currículum. Se supone que todo está permitido porque, si se logra, el poder todo lo cubre. Pero no es así. El poder cubre unas cosas y revela otras. Respecto a Casado ha revelado su torpeza como líder, lo frágil que resulta ser un presidente instrumental. Quien conocía la lógica de aquella elección, debería haber tenido la gallardía de no prestarse a una victoria de carambola.

Si algo es claro para las fuerzas que soportan al PP, es que Madrid no puede ser entregado"

Por supuesto, la operación tenía algunos riesgos políticos, pero nunca el de que un ataque de pureza del PP exigiera la dimisión de Díaz Ayuso. Si Casado fantaseó con eso, es que a todos sus déficits hay que añadirle el de ser un soñador. Si algo es claro para las fuerzas que soportan al PP, es que Madrid no puede ser entregado. Defenestrar a Díaz Ayuso tendría esa consecuencia y, hoy por hoy, puestas las cosas en la balanza, el PP prefiere Madrid a España. Si no encuentra un líder para España, es igual. Seguirá haciendo obstruccionismo y punto. Pero al menos se fortalecerá la líder de Madrid.

Ese fue el control de riesgos. Y respecto de la investigación de la fiscalía, poca esperanza. Es verdad que todos los trabajos dejan huella. Hallar la de Tomás Díaz Ayuso no debería ser complicado. Se pueden rastrear correos, llamadas telefónicas, videoconferencias con China para garantizar el suministro de mascarillas. Supongo que los amigos chinos de Madrid intervendrían de algún modo, aunque sea de traductores. Sería bueno ver esos documentos y reconstruir ese camino. Por pedagogía comercial. ¿Pero estará dispuesto el fiscal a adentrarse en ese laberinto legal chino-español? Creo que no.