Opinión

Pensiones: sostenibilidad frente a incertidumbre

Manifestación de pensionistas en la Puerta del Sol (Madrid).

Manifestación de pensionistas en la Puerta del Sol (Madrid). / Carlos Luján.

Las pensiones son, sin duda, el gran pilar de nuestra sociedad del bienestar, por lo que ninguna reforma de las mismas debería hacerse sin poner como prioridad a las personas, los pensionistas de hoy y los de mañana.

Los de hoy, nuestros padres y abuelos, aquellos que con su esfuerzo, sacrificio y trabajo construyeron la España que disfrutamos, los que merecen una jubilación tranquila, los que necesitan seguridad, confianza y certidumbre.

Son ellos y los que vamos detrás, la generación del baby boom, los que vamos a tener que sufrir una incierta reforma de las pensiones.

Incierta porque no es clara, porque no es transparente, porque no concreta el cómo ni el cuánto, ni cómo se van a pagar las pensiones del futuro ni cuánto nos va a costar a los españoles esta reforma.

Las pensiones se pagan a través del empleo que es la verdadera palanca del Estado del Bienestar, a más empleo mejores pensiones. Sin embargo, las cuentas no salen. Con una tasa de paro juvenil de casi el 40%, ¿quién va a pagar la pensión a esos millones de “baby boomer” que empiezan a jubilarse en pocos años? ¿Cómo ahorrar en la hucha de la Seguridad Social para garantizar las pensiones?

Las fórmulas que ofrece el Gobierno son retrasar la edad de jubilación; recortes en las pensiones, especialmente en las cotizaciones más altas, penalizando doblemente a quien más ha pagado durante su vida laboral y hachazo a los contribuyentes mediante subida de impuestos.

Todo menos atajar la raíz del problema de las pensiones que es la creación de empleo, especialmente en jóvenes que son los grandes olvidados por el Gobierno, y el ahorro en gasto público, por ejemplo reduciendo ministerios y asesores.

Por tanto, el escudo social del Gobierno volvemos a ser cada uno de los ciudadanos que tenemos que pagar sus experimentos. Lo sabemos bien los autónomos a los que no dejan de subirnos las cuotas; lo saben bien las familias a las que han subido el recibo de la luz más de un 200% y lo van a sufrir los pensionistas de hoy y del futuro con esta medida que no garantiza la sostenibilidad de las pensiones.

El Gobierno abre en canal el corazón del Sistema del Bienestar con la reforma laboral a medida de Podemos y la de las pensiones a medida del PSOE, ambas tienen su origen en el sectarismo, en querer destruir todo lo que construyó el PP, aunque haya servido para crear empleo y sostener las pensiones y ambas ponen en riesgo de colapso el Sistema.

Porque la política social debe gestionarse pensando en los que más lo necesitan, no con medidas cortoplacistas ni con experimentos; sí con diálogo, consenso, seriedad, responsabilidad y sentido común.

Algo que no se aprecia en una reforma que no contempla recuperar el complemento a madres trabajadoras que eliminó este gobierno mal llamado feminista; que deroga las desgravaciones fiscales al ahorro; que suprime el factor de sostenibilidad y esconde cómo será la equidad intergeneracional.

Una reforma que no se centra en resolver el problema de fondo, que no garantiza la sostenibilidad y que pone en riesgo el gran consenso de la democracia, el Pacto de Toledo. Una reforma que, de momento, sólo genera incertidumbre.