Opinión | ANÁLISIS

Más que Sánchez

No es posible entender este Congreso socialista sin mirar atrás. Durante mucho tiempo, después del sangriento Comité Federal de su destitución y de la épica de las primarias, Pedro Sánchez se convirtió en el gran activo del PSOE. Se hizo con el control absoluto del partido en junio de 2017 y, justo un año después, la moción de censura contra Mariano Rajoy le dio la plataforma institucional que le permitió encadenar victorias en las urnas. Hoy nadie duda, ni siquiera quienes le combatieron con más fiereza, que la resurrección electoral de los socialistas no podría entenderse sin el desafío de Sánchez a todo lo que era y había sido el PSOE. El mismo PSOE que ahora reivindica en este 40º Congreso Federal.

Hay quienes bromean con que Sánchez podría haber tirado para este cónclave del lema con el que Susana Díaz dio el salto a las primarias, aquel “cien por cien PSOE” que, en el reverso, venía a decir que su contrincante no era un pura sangre socialista. Eso ocurrió hace solo cuatro años y las heridas siguieron soltando pus durante algún tiempo, como poco hasta que el poder hizo efecto cicatrizante y la intensidad de la pandemia terminó cambiando la perspectiva de casi todo. Ahora ya no hay dolor. Lo demostró el presidente cuando remodeló su Gobierno sin vetar a quienes le dieron la espalda en el pasado y lo quiere expresar este fin de semana juntando al “cien por cien PSOE” en Valencia.

A Sánchez ya no le sobra nadie porque él solo no se basta. Las cosas han cambiado. Los presidentes autonómicos (“los barones”, en la terminología bélica de las primarias) han resistido bien en sus territorios, tanto como líderes del partido en sus federaciones como al frente de sus Gobiernos autonómicos y Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero son referencias indiscutibles para el socialismo. Con sus luces y sus sombras, sus legados son las banderas en las que se sigue envolviendo el PSOE.

Que los dos expresidentes intervengan en este Congreso, especialmente que lo haga González, lanza un potentísimo mensaje al conjunto de la organización y presenta un liderazgo de Sánchez muy distinto al de 2017. Un Sánchez que supera el sanchismo y que necesita algo más que ser Sánchez. Porque en la memoria del electorado queda ya lejos el relato del ave fénix al que sacó tanto provecho y ahora éste es un presidente con años de gestión a sus espaldas, con debe y haber en la cuenta de resultados, con un perfil institucional que quiere enlazar definitivamente con lo que siempre ha sido el PSOE. Ese hilo de continuidad es el que quiere mostrar en Valencia, propiciando además el reencuentro de las bases socialistas con su historia. De la militancia y las élites, volviendo al vocabulario de la contienda.

Tal y como se ha planteado, puede decirse que éste es un Congreso de más PSOE. Lo que está por ver ahora es si todo esto se traduce en más vitalidad en los órganos de dirección de los socialistas y si el debate interno e, incluso, la discrepancia vuelven a tener cabida en el partido.