¿Qué tiene el 'pulled pork' que gusta a todo el mundo? Receta deliciosa de esta carne mechada para chuparse los dedos

Smash burger, nachos con salsas, ramen y otros platos con noodles, cervezas artesanales, tacos, croquetas y tortillas que se separan de los sabores más clásicos, perritos calientes repletos de ingredientes extra, sushi, fingers de pollo o de queso, empanadillas argentinas, tartar de salmón o de atún, carnes a la brasa. Son algunos de los platos que inundan las cartas de muchos restaurantes actuales, algunos de ellos, negocios que arrancan y se suman a las fórmulas que están de moda.

Algunas de estas preparaciones son bastante nuevas o lo son sus métodos de cocinado. Otras, se han reinventado incorporando nuevos alimentos. Son propuestas que aúnan lo mejor de la tradición con un toque innovador. Así ha ocurrido con el famoso 'pulled pork' que ahora se incluye como parte de muchas hamburguesas en pan -o incluso, en sustitución de la pieza de carne habitual-, platos combinados, burritos, pizzas, kebabs o bocadillos.

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Los acompañamientos de este tipo de carne (des)mechada o desmigada son variados, desde unas verduras o unas patatas fritas, a un puré o una sencilla salsa umami repleta de sabor. Si bien no es un plato nuevo, ya que entre los fogones de las cocinas de las abuelas ya se preparaban guisos de carne desmenuzada, en este momento de la gastronomía están en tendencia. Chefs de todo el mundo aplican nuevas técnicas para conceder la mejor textura y sabor. Te contamos todo sobre la receta para triunfar preparando 'pulled pork'.

Receta de 'pulled pork' o carne desmenuzada: ingredientes y elaboración

En esencia, el pulled pork es carne condimentada y cocinada durante horas para que absorba el sabor y cortada en hebras. Por ello, para prepararla necesitarás una pieza de carne de cerdo (lomo, paleta, aguja...). Los cortes más recomendados son aquellos que estén ya deshuesados.

Entre los condimentos posibles, los más habituales son la sal, la pimienta, el pimentón, el orégano, el comino, la canela, la cayena, el jengibre, el ajo en polvo, la mostaza, el tomillo o el azúcar. También hay versiones que incluyen miel, salsa barbacoa, vino, cerveza o caldo. Lo bueno de este plato, es que se trata de un asado muy versátil, así podrás suprimir o agregar aliños e ingredientes a tu gusto.

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Para elaborarlo, lo primero es macerar la carne. Habrá que sumergirla en un bol con medio vaso de agua, un chorrito de aceite de oliva y las especias escogidas. Un truco: mezcla primero por separado las especias, unta la carne con el aceite y rebózala por todas sus caras en ellas y, solo después, colócalo en el bol con agua. Así te asegurarás de que los sabores estén bien distribuidos. Agrega también en este punto la sal y la pimienta, que en cualquier caso son imprescindibles para que la pieza esté sabrosa. Entonces, mete el recipiente tapado en la nevera durante al menos 5 horas (y si se puede dejar hasta el día siguiente, mejor).

Transcurrido ese tiempo, cocínalo a fuego fuerte y poco tiempo en una sartén sobre una cama de ajos y cebollas pochadas para marcarla y que vaya cogiendo aún más sabor. Agrega un pelín más de agua y, todo el jugo que desprendan los ingredientes deberás guardarlo. Ahora llega el paso más importante: introduce la carne en una cacerola con el caldo que haya producido (si no hay suficiente, se puede añadir más agua o caldo) y déjalo a baja temperatura durante otras 4 horas por lo menos. Otra opción es hornear durante un par de horas a unos 150-160 °C, dándole la vuelta cuando haya trascurrido la mitad del tiempo.

Una vez que se haya enfriado, solo queda desmenuzarlo. Si la cocción es la adecuada, las hebras de la carne se desprenderán fácilmente con los dedos o con ayuda de dos tenedores. La textura debería ser jugosa y tierna. También se puede pasar por la sartén rápidamente para concederle un toque crujiente adicional. Ahora sí, podrás emplear tu 'pulled pork' para deliciosos sándwiches, hamburguesas o simplemente acompañada de una ensalada o de unas patatas al horno.