VIAJE EN EL DELOREAN

ExtendedancEPlay, un "twist en la piscina": el groove canalla y 'rockabilly' de Dire Straits

Cuando el rock se descalzó para bailar, Mark Knopfler y compañía se apartaron de su melancolía habitual para entregarnos un EP que sabe a verano, ritmo y diversión

Mark y John actuando en el Hordern Pavilion, Sydney, el 6 de marzo de 1983, durante la gira Love Over Gold de Dire Straits.

Mark y John actuando en el Hordern Pavilion, Sydney, el 6 de marzo de 1983, durante la gira Love Over Gold de Dire Straits. / X

Dire Straits siempre ha sido esa banda que te lleva de viaje: carreteras solitarias, noches cargadas de humo y canciones que huelen a lluvia. Pero con ExtendedancEPlay dieron un volantazo inesperado. Este EP, lanzado en enero de 1983, es todo lo que no esperabas de ellos: fresco, ligero y, sobre todo, bailable.

Mark Knopfler cambia aquí las melodías introspectivas por riffs juguetones, como si quisiera recordarnos que la música también está para divertirse. Con solo cuatro canciones, lograron algo único: condensar en poco más de 15 minutos la esencia de una banda que no teme explorar nuevos caminos. El album es el equivalente musical a abrir la ventana de tu coche y dejar que el viento te despeine, sin pensar demasiado.  

Un giro inesperado en una década eléctrica

Estamos en pleno 1983. La música vive una auténtica revolución: sintetizadores que dominan las listas, producciones ambiciosas que rozan lo cinematográfico y una mezcla de géneros que transforma las reglas del juego. Dire Straits, que hasta entonces había seguido su propio camino con discos sobrios y narrativos, decide hacer algo diferente.  

Con ExtendedancEPlay, la banda británica no solo rompió sus propios moldes, sino que le ofreció a sus fans algo inesperado: diversión pura. "Twisting by the Pool", el tema que abre el disco, es un himno para bailarines de espíritu libre, con un sonido que coquetea con el rockabilly y un ritmo que te transporta a una fiesta junto a una piscina en pleno verano.  

La ligereza continúa con "Two Young Lovers", un relato juvenil con un swing irresistible que deja ver a una banda disfrutando del momento. Y aunque "Badges, Posters, Stickers, T-Shirts" es quizás la más experimental, su esencia juguetona encaja perfectamente en el espíritu desenfadado del EP. Para cerrar, "If I Had You" baja un poco el ritmo, pero mantiene esa sensación de despreocupación que define este trabajo.  

Entre la melancolía y el baile

Para entender por qué este disco es tan especial, hay que mirar atrás. Dire Straits había surgido en 1977, cuando el punk y la música disco dominaban la escena. En ese panorama caótico, Mark Knopfler apareció con su guitarra precisa, su voz grave y un estilo que parecía sacado de otra época. Canciones como "Sultans of Swing" y "Romeo and Juliet" los convirtieron en referentes de un rock introspectivo y elegante, más centrado en las historias que en las modas.  

Por eso, este EP sorprendió a propios y extraños. No era un cambio radical, pero sí una declaración de intenciones: Dire Straits también sabía relajarse y disfrutar. Era como si Knopfler hubiera dejado la chaqueta de cuero en el perchero y se hubiera puesto una camisa hawaiana para pasar la tarde.  

Aunque breve, ExtendedancEPlay dejó huella. No es el disco más conocido de la banda, ni el más ambicioso, pero sí una de las mejores pruebas de su versatilidad. En una década donde la música se tomaba a sí misma muy en serio, Dire Straits demostró que no hay nada de malo en bajar la guardia y simplemente pasarlo bien.