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SUPERMERCADOS

Los carritos de la compra de los supermercados tienen los días contados: así haremos la compra a partir de ahora

A partir del próximo año, se prevé que los carros de supermercado se utilicen a través de tecnología NFC y códigos QR

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La revolución digital ha alcanzado diversos aspectos de nuestras vidas, y los supermercados no son una excepción de ello

La revolución digital ha alcanzado diversos aspectos de nuestras vidas, y los supermercados no son una excepción de ello / EFE

Madrid

Cuando vamos a hacer la compra no es un secreto que lo primero que hagamos sea coger un carrito para que nos ayude a llevar todos los alimentos que vamos a cargar. Ahora, ¿qué pensarías si te contamos que esta cómoda herramienta podría desaparecer para siempre?

La revolución digital ha alcanzado diversos aspectos de nuestras vidas, y los supermercados no son una excepción de ello. En España, usamos carros de compra que funcionan a base de monedas para hacer más fácil el desplazamiento de los alimentos, pero lo cierto es que estos podrían tener los días contados a partir de ahora.

Con el cambio que te detallamos a continuación, los compradores podrán disfrutar de una experiencia de compra más fluida, rápida y segura. Estos nuevos carritos, que ya han sido implementados en países como Suecia, Alemania y Japón, prometen cambiar la forma en que hacemos la compra.

Adiós a los carritos convencionales

A partir de 2025 ya no necesitarás monedas para desbloquear los carros de la compra. El próximo año, estos funcionarán mediante tecnología Near Field Communication (NFC) códigos QR, lo que permitirá utilizarlos a través del teléfono móvil.

En estos casos, el usuario tendrá que acercar su móvil a uno de estos lectores, que permitirá que los productos colocados en el carrito se registren de forma automática, acelerando el proceso de pago y disminuyendo las colas en las tiendas.

No obstante, a pesar de que esto supone una gran facilidad para los compradores, la digitalización también podría repercutir en el personal de los supermercados, ya que no serán necesarios tantos empleados para ejercer las funciones típicas de una tienda, aumentando, en cierto modo, el desempleo.