Cuando Madonna era jefa de Kim Kardashian: tenía que recoger los excrementos de sus perros

Prácticamente todo el planeta conoce hoy en día a la modelo multimillonaria Kim Kardashian. Sus icónicos rasgos y looks la han convertido en uno de los rostros más influyentes del panorama mediático y en foco de todas las miradas en cualquier evento. Es una de las protagonistas del reality que trata sobre su familia, del que se han hecho múltiples temporadas y que han visto millones de personas. Pero no siempre fue así.

Y es que en su más tierna juventud, Kim Kardashian no era para nada célebre. Muchos de sus seguidores saben que uno de los elementos que la catapultó a la fama fue ser amiga -o más bien, asistenta- de Paris Hilton cuando tenía alrededor de 20 años, entre otras circunstancias y sucesos. Después de eso, su fama sería imparable. Pero hay que remontarse unos años más atrás para encontrar otra anécdota que la vincula directamente con una de las voces más conocidas de la música a nivel internacional, Madonna.

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La historia ha aparecido en la docuserie In Vogue: los años 90 que se ha estrenado en Disney+. Los seis episodios que por el momento están disponibles en la plataforma tratan sobre la industria de la moda a finales del siglo XX, narrada a través de la perspectiva de diseñadores, estilistas y periodistas como Hamish Bowles, Edward Enninful, Tonne Goodman y, por supuesto, la ilustre Anna Wintour.

La realización de este documental brotó a partir de un pódcast de Vogue con el mismo título. Todas las tendencias de la década noventera se resaltan a través de escenas en las que también aparecen otros personajes que han tenido gran peso en el plano de la moda, como Victoria Beckham, Kate Moss o la propia Kim. Aunque la audiencia parece conocer todo sobre ella a causa del reality, siempre pueden salir a la luz nuevos detalles.

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Entre otras historias, Kim Kardashian no ha mostrado problema en mostrar cómo sacaba un dinerillo cuando era pequeña. Era paseadora de perros de sus vecinos y, casualmente, entre ellos se encontraban los de Madonna. La pequeña Kim tenía en aquel entonces ocho años. Además de pasear con ellos para que hicieran ejercicio, tenía que estar pendiente de que hicieran sus necesidades y recoger los excrementos. A pesar de lo escatológico de este trabajo, la supermodelo confesaba hacerlo encantada, teniendo en cuenta quién era la dueña de los animales.

La futura influencer, por aquel entonces, se maravillaba de tener cierta relación con la reina del pop, quien en alguna ocasión incluso les regaló a ella y a su hermana Kourtney una caja llena de pulseras de goma de neón, que provocaron la emoción en aquellas niñas que, a su vez, pronto provocarían admiración en toda una generación.