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La ciencia explica cómo debemos saludar a un gato: las claves para ganarte su confianza

La clave para saludar a un gato correctamente está en entender su lenguaje corporal

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Aunque los gatos sean animales independientes, no es difícil ganarte su confianza

Aunque los gatos sean animales independientes, no es difícil ganarte su confianza / Pexels

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Saludar a un gato puede parecer una tarea sencilla, pero solo aquellos que tienen a este animal como mascota, saben que no es tan simple. Los gatos son animales independientes y, a diferencia de los perros, no suelen reaccionar con efusividad cuando nos acercamos a ellos.

Pero esto no significa que no puedas establecer una conexión con tu gato desde el primer momento, simplemente teniendo en cuenta varios factores clave para su bienestar, te ganarás su confianza.

La clave para saludar a un gato correctamente está en entender su lenguaje corporal, pues son muy sensibles a los gestos y a la energía que transmiten los humanos. Si intentas acercarte de manera brusca o forzada, es probable que el gato se aleje o te ignore.

Esto es lo que recomiendan los expertos

Ser paciente y permitir que el gato se acerque a ti a su propio ritmo es lo que recomiendan todos los dueños de los gatos y expertos en materia. Sin embargo, factores como la posición del cuerpo también es importante, pues mantenerse agachado o en cuclillas en lugar de inclinarse sobre el gato le dará una sensación de mayor seguridad.

Evita mirar al gato directamente a los ojos durante mucho tiempo es otro truco, pues los felinos pueden interpretar este gesto como una amenaza. En su lugar, puedes parpadear lentamente para transmitirles confianza.

En cuanto al momento adecuado para tocar al gato, es mejor esperar a que sea él quien tome la iniciativa. Si el gato roza su cabeza o cuerpo contra ti, es una señal de que se siente cómodo y está dispuesto a interactuar.

Eso sí, evita acariciar su tripa, pues es una zona muy sensible para los felinos. Por el contrario, tocar suavemente su cabeza o debajo de su barbilla es la forma más segura de comenzar una interacción física.