Todo sobre el alimento más beneficioso para tu organismo: estas son las ventajas y contraindicaciones de las semillas de lino

Las semillas de lino proceden de una planta herbácea, de la familia de las lináceas, que crece hasta 1 metro de alto. Se aprovechan casi todas las partes, pero lo cierto es que su consumo puede estar ligado a numerosas patologías si no se tiene especial cuidado con ellas.

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Por un lado, las hebras del tallo se utilizan en la industria textil. Por otro, estos pequeños granos de los que vamos a tratar a continuación se pueden consumir directamente incluidos en recetas; y también se puede extraer de ellos aceite y harina. Además, el lino es muy bonito en primavera, ya que brotan unas flores de color violeta o azulado.

En cuanto a la época de recolección, el otoño es el momento del año en el que se recogen las semillas. Aunque los cultivos de lino surgieron en el valle del Nilo, hoy en día el crecimiento de esta planta se ha propagado por muchas zonas del globo y su uso está muy extendido, por sus múltiples propiedades. Pero, ¿cuáles son? ¿Pueden o deben todas las personas consumir semillas de lino?

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Beneficios de las semillas de lino o de su aceite

• Antiinflamatorio. Esta cualidad contribuye a reducir infecciones en la piel o el acné, gracias a la capacidad de hidratación del lino al retener el agua.
• Mejorar la digestión y otras afecciones del sistema digestivo. Las semillas de lino contienen mucílago y lignano, muy eficaces contra el estreñimiento, la irritación de los tejidos gástricos, la acidez y que, además, reducen la hinchazón. Aun así, consulta a un médico digestivo antes de incorporarlo en tu dieta habitual.
• Brillo en el pelo. La fibra que se ha mencionado anteriormente sirve para nutrir y suavizar el cabello.
• Contribuye a adelgazar. El lino sacia mucho por su alto contenido en fibra: se ingerirá menos cantidad y reducirá los antojos. Sin embargo, cualquier cambio en la dieta, sobre todo con intención de bajar o subir de peso, conviene que esté supervisado por un profesional.
• Reduce la hipertensión. Se ha comprobado que las semillas de lino bajan la tensión, por lo que puede ser un beneficio para personas hipertensas.
• Disminuir los niveles de glucosa en la sangre y mantener los de insulina, gracias a los ácidos grasos insaturados del aceite de lino. Esta propiedad es muy beneficiosa para los diabéticos, pero esto no excluye mantener el tratamiento indicado por el médico.
• Bajar el colesterol. Relacionado con la propiedad anterior, el aceite de linaza ayuda a reducir el colesterol, gracias al Omega 3, entre otros componentes.
• Propiedades nutritivas. Las semillas de lino contienen antioxidantes (como flavonoides), proteínas, aminoácidos, grasas saludables, vitaminas (C, E o K, y algunas del grupo B) y minerales como hierro, potasio, magnesio y fósforo.

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Contraindicaciones de las semillas del lino

Las semillas de lino desprenden sustancias tóxicas cuando se machacan, como el ácido cianhídrico y el ácido prúsico. Sin embargo, la industria alimentaria ha alterado los granos extraídos de las plantas de lino cultivadas hoy en día para reducir al mínimo la proporción que contienen de estas. Aun así, no conviene ingerir grandes cantidades de harina de lino y se aconseja tomar las semillas enteras. El pequeño tamaño de estas permite tragar sin la necesidad de triturarlas previamente ni de masticarlas.

Además, no deben consumirlas aquellas personas con tendencia a una tensión baja, puesto que el lino la disminuirá más aún y se podrían ocasionar mareos o, incluso, desmayos. Tampoco se recomienda a pacientes con tratamientos anticoagulantes (como la aspirina u otros) o afecciones gástricas e intestinales (ni enfermedad de Crohn), ni a mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.

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Por otra parte, si se está tomando cualquier medicamento o se tiene una patología, conviene consultar previamente a un médico antes de consumir las semillas de lino. También hay que tener en cuenta que las semillas de lino tienen una gran capacidad de absorción, por lo que no se deben consumir en las horas anteriores y posteriores a tomar un medicamento, ya que su podría disminuir su eficacia o tener alguna contraindicación.