TRUCOS

¿Vinagre a las puertas? Este es el motivo por el que cada vez más gente lo hace

Se trata de una curiosa técnica que se ha hecho muy popular en la red

vinagre puerta

vinagre puerta / FREEPIK

B. Z. C.

Las puertas son uno de los elementos que tocamos a diario con más suciedad y bacterias. Por eso, es importante limpiar y desinfectarlas con frecuencia. Otro aspecto que no hay que obviar que la mayoría, especialmente las de interior, son de madera, por lo que hay que darles una protección extra.

Para realizar esta ardua tarea existen diversos productos en supermercados y grandes superficies. Si bien, también puede optarse por productos caseros. Una forma fácil y natural de limpiar las puertas de madera es utilizando productos como agua y vinagre.

El proceso de limpieza debería empezar por la retirada del polvo y suciedad, que se realizará con un paño húmedo.

Para la limpieza son necesarios los siguientes artículos los siguientes ingredientes y materiales: vinagre, agua, varios paños suaves y un bote con dosificador en spray.

Los pasos a seguir


Lo primero que hay que hacer es mezclar una parte de vinagre con tres de agua y remover para integrar bien los ingredientes. La mezcla se introducen en el bote con dosificador. Mientras tanto, se van sumergiendo en agua y escurriendo algunos de los paños, para tener los húmedos.

Con un paño seco, se retira el polvo de la puerta. Posteriormente, se pulveriza el producto sobre la superficie y extiende con el paño humedecido. Una vez que hayas limpiado, seca bien con el otro paño que queda para no dejar ningún rastro de humedad sobre la madera.

Además de estos trucos caseros para limpiar las puertas de madera, también es importante tener en cuenta algunos errores comunes que se deben evitar al limpiar las puertas. Por ejemplo, hay una tendencia a abusar del plumero para quitar el polvo, pero esto lo único que consigue es esparcirlo. También se debe evitar pasar por alto los marcos, manillas y pomos. Y por último, es importante secar bien estos elementos una vez que los dejamos limpios para evitar que la madera se agriete o no consiga el brillo que buscamos.