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'House sitting': alojarte gratis en el extranjero mientras cuidas mascotas

El trabajo de los house sitters permite conocer nuevos lugares y aprender otros idiomas: una experiencia soñada para los amantes de los animales

La razón por la que cada vez más gente pone sal en la escoba para barrer en casa

Un Malinois Belga, la raza de perro más inteligente

Un Malinois Belga, la raza de perro más inteligente / Petplace

Clara G. Lorenzo

Clara G. Lorenzo

Vacaciones, jornadas de trabajo maratonianas, urgencias… Las mascotas requieren en muchas ocasiones más horas de cuidados de las que le podemos dedicar. Por este motivo, cada vez es más común recurrir a terceras personas que se ocupen de nuestros compañeros, ya sea para un paseo o para hacerse cargo de ellos durante un periodo de tiempo.

Al igual que los au pair —gente joven que se traslada a otro país para vivir de acogida con una familia mientras ayuda en el cuidado de los niños o en las tareas del hogar—, el trabajo de los house sitters permite conocer nuevos lugares y aprender otros idiomas. Una experiencia soñada para los amantes de los animales. Eso sí, no está remunerado. Se trata de un intercambio, por lo que tendrás que tener capacidad económica para financiar el viaje, el alojamiento y otros gastos derivados.

Además de la propia experiencia de vivir en el extranjero y de estar rodeado de perros, gatos u otro tipo de mascotas, entre las ventajas del house sitting se encuentra también la posibilidad de disfrutar del propio hogar en el que habitan los animales que se vayan a cuidar, en ocasiones casas con jardín, piscina o incluso granjas.

En cuanto al tiempo de duración del house sitting, este puede extenderse desde una semana hasta varios meses. En el caso de Raquel, su experiencia se prolongó 60 días. Encontró la oferta en una de las múltiples páginas y aplicaciones disponibles para esto: Trustedhousesitters. Llevaba seis años en la misma empresa pero con la pandemia de Covid-19 se quedó en paro. Fue entonces, finalizada la crisis del coronavirus, cuando decidió viajar a Melbourne, Australia. A su cargo, dos perros y un gato. "Pocos días antes, llegó a darme un poco de vértigo porque te trasladas a un lugar que no conoces y a una casa con una serie de rutinas o normas a las que al principio igual no te da tiempo a adaptarte, pero fue una experiencia increíble. En aquel momento yo no podía permitirme tener animales y esta me pareció la forma perfecta de disfrutar de su compañía", relata la joven madrileña a este diario.

Antes de cerrar el trato, Raquel revisó otras opciones en el mismo país, pero se decantó por esta porque se trataba de una vivienda amplia, con piscina y jardín, y muy bien situada, concretamente en la ciudad de Torquay. Además de cuidar a las mascotas, también tenía que encargarse del mantenimiento de la piscina. "Tuve suerte con los propietarios y con los animales. Los perros llegaron a convertirse en compañeros de aventuras y hacía rutas con ellos todas las mañanas", explica. "Me organizaba de tal manera que podía permitirme pasar unas horas en la playa o acudir a conciertos u otros eventos para conocer gente", añade.

Opciones de destinos disponibles en una de las webs de 'house sitting'.

Opciones de destinos disponibles en una de las webs de 'house sitting'. / /

Aunque Raquel habla inglés correctamente, esta experiencia le sirvió para mejorar: "Al principio me costó porque el inglés en Australia es distinto al que estamos habituados a escuchar, pero poco a poco vas haciendo oído y acostumbrándote". Tras pasar dos meses como house sitter en Melbourne, alargó su estancia en el país dos semanas para poder conocer otras ciudades y lugares del mismo. "Después de tantos días en Torquay conseguí hacerme una buena planificación de las vacaciones con recomendaciones que me habían hecho los propietarios de la casa y otros australianos que fui conociendo, por lo que las buenas experiencias estaban aseguradas".

Además de buscar destino, en las páginas web de house sitting también puedes colgar tu anuncio para encontrar un cuidador para tus mascotas. Es el caso de Rafa, quien por trabajo tuvo que trasladarse un mes de Madrid a Berlín. "Normalmente si me voy unos días un amigo se encarga de mi perro, pero un mes era demasiado tiempo para dejárselo, así que opté por esta práctica. Me llegaron varias solicitudes, y aunque me daba un poco de pánico dejar mi casa y a Ron, el perro, con un desconocido, fue todo genial", explica.

Funcionamiento de las plataformas

El house sitting no es totalmente gratis. En algunas páginas webs exigen una tarifa para registrarte como cuidador. Esta puede ir desde los 20 euros hasta los 90. Después debes completar tu perfil con una descripción y tratar de que el propietario te elija a ti entre el resto de candidatos. Trustedhousesitters, Nomador o MindMyHouse son algunas de las plataformas disponibles.