SEGURIDAD AL VOLANTE

La importancia de llevar el reposacabezas del coche de forma adecuada en caso de accidente

La DGT aconseja cómo llevar el reposacabezas para no sufrir el “latigazo cervical”

Reposacabezas de un coche

Reposacabezas de un coche / PEXELS

H.G.

La Dirección General de Tráfico (DGT) publica habitualmente avisos, advertencias sobre malas prácticas al volante y consejos sobre seguridad vial. A este último respecto, el organismo acaba de lanzar un mensaje a través de sus redes sociales, subrayando la importancia de llevar bien ajustado el reposacabezas.

Y es que, tal y como recuerda la DGT, en caso de accidente, el reposacabezas juega un papel clave a la hora de evitar lo que se conoce como 'latigazo cervical'. Se trata de una lesión que se produce por un movimiento rápido y enérgico del cuello, hacia atrás y hacia adelante, como el chasquido de un látigo; algo muy habitual en los accidentes de tráfico.

Por ello, Tráfico explica en su cuenta de Twitter que el reposacabezas forma, junto con el cinturón de seguridad y el airbag, un sistema diseñado para garantizar la seguridad de los pasajeros y evitar que se produzca el latigazo cervical y otras lesiones frecuentes.

"El reposacabezas, si está bien colocado, limita el movimiento excesivo del cuello y evita el latigazo cervical", detalla el vídeo explicativo que acompaña a la publicación del organismo. Dicho vídeo contiene una serie de instrucciones sobre cómo se debe colocar correctamente este elemento para asegurarnos de que cumple su función lo mejor posible.

El cinturón de seguridad y el 'efecto submarino'

De todos los elementos de seguridad mencionados, el cinturón de seguridad es el más importante de todos. El cinturón de seguridad es uno de los elementos clave a la hora de protegernos ante un accidente de tráfico. Sin embargo, no llevarlo de manera correcta puede ocasionarnos lesiones importantes.

El 'efecto submarino' se produce cuando el cuerpo del ocupante del vehículo no está bien sujeto porque el cinturón de seguridad está muy holgado o mal abrochado, de modo que presiona el asiento hacia abajo y se desliza por debajo de la banda abdominal. Esto eleva el riesgo de chocar contra el volante, el salpicadero o la parte baja del habitáculo.