ALIMENTOS EXÓTICOS

Los cuatro insectos que se pueden comer en España y que ya se venden en algunos supermercados

El consumo de insectos como alimento es algo que, aunque pueda causar rechazo a muchos, poco a poco se está introduciendo en Europa

El insecto de gusano o crisalis, considerado una buena fuente de proteínas.

El insecto de gusano o crisalis, considerado una buena fuente de proteínas.

A. V.

La gastronomía es una de las costumbres humanas más variadas a lo largo del mundo. Los productos que se usan en las elaboraciones típicas de cada región pueden resultar muy curiosos o sorprender en otras partes del globo terráqueo, como es el caso de los insectos. Estos animales son un alimento muy común en algunos países asiáticos, como Vietnam o Tailandia, pero su consumo en Europa no está tan extendido, aunque el interés por ellos ha crecido notablemente.

Las propiedades nutritivas y el bajo impacto ecológico y económico que implica su producción, han hecho de los insectos —así como de todos los productos derivados de ellos— un campo dentro de la industria alimentaria al que Europa parece haber echado el ojo.

La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (AESAN) es la autoridad competente en cuanto a la regulación del consumo de este tipo alimentos y, hasta ahora, solo permite cuatro de ellos. De hecho, es la encargada de aprobar un alimento como apto por el consumo humano, y el pasado mes de agosto, incluyó un insecto más a la lista de "nuevos alimentos".

En ella, se encuentran todos aquellos que o bien sean de reciente creación e innovadores, o se hayan producido usando nuevas tecnologías y procesos de producción. Sin embargo, también contempla todos aquellos que se consumen o se han consumido de forma tradicional fuera de la Unión Europea. Y en este último caso, se incluyen estos cuatro insectos:

Gusano de la harina

Conocido científicamente como tenebrio molitor, es el primero insecto autorizado para consumo humano desde mayo del año 2021. Se puede consumir entero y desecado en forma de aperitivo o como ingrediente alimentario en una amplia serie de productos alimenticios y, en concreto, en España, hay una empresa salmantina que lo produce.

Langosta migratoria

Este insecto, cuyo consumo fue aprobado en noviembre de 2021, se conoce científicamente como locusta migratoria. Se debe tener especial cuidado con él, pues la AESAN concluyó que su consumo puede producir reacciones alérgicas a aquellos con alergias preexistentes a los crustáceos, los ácaros del polvo o los moluscos. A pesar de ello, se comercializará en formato congelado, seco y en polvo.

Grillo doméstico

La aprobación del grillo doméstico o acheta domesticus para el consumo llegó en febrero de 2022 y se suele presentar como aperitivo en seco, pero también como ingrediente en varios alimentos en polvo o congelados. También se encuentra en algunos productos proteicos, galletas y productos de pasta. Como sugerencia, en Asia se suele preparar a la parrilla con mostaza y miel o se incorporan a algunos pasteles y golosinas.

Larvas de escarabajo

Este último insecto, conocido como alphitobius daperinus, ha sido aprobado en julio de 2022. La AESAN llevó a cabo un estudio en el que se evalúa el consumo específico de la larva de escarabajo en preparaciones congeladas y liofilizadas (esto es, deshidratados mediante la congelación y posterior sublimación a presión del hielo creado), bien entero o en forma de pasta o polvo.

Estas preparaciones sirven para ser utilizadas como ingrediente en diferentes productos alimenticios, como barritas de cereales, pasta, productos análogos de carne y productos de panadería. El estudio concluye que podría ser utilizado como suplemento alimenticio en adultos, teniendo en cuenta que la larva no será la única fuente de proteína dietética.

Un elemento importante que los consumidores deberán tener en cuenta es que este insecto apto para el consumo humano puede provocar reacciones alérgicas, bien por la propia sensibilidad de la persona que la consume o provocadas por las proteínas menores de la larva de escarabajo en sujetos con alergia a los crustáceos y los ácaros del polvo.