LA VIDA CONTIGO

¿Es desaconsejable tomar café con el estómago vacío?

Es la tercera bebida más popular del planeta, pero, como todo, si se consumo en exceso puede provocar efectos adversos

Un joven hace café.

Un joven hace café. / Shutterstock

O. González

A la gente que le gusta el café le gusta mucho el café. Es más, la relación de amor es para muchos tan intensa que dirán que les es imposible vivir sin él. Tanto es así que incluso su sabor y su aroma se pueden convertir en una especie de adicción, en el primer pensamiento nada más suena el despertador. Solo, con leche, cortado, americano, con hielo, con un chorrito de licor... Todas las opciones son buenas siempre que los granos sean de calidad y la cafetera sea buena. Esa es la clave del éxito. Y lo que distingue a una buena cafetería de otras del montón. El olor que se percibe nada más entrar es un buen indicativo de la experiencia que puede ofrecer.

Y es que cuando uno coge carrerilla es difícil parar. Primero, uno nada más levantarse, para empezar bien el día. Después, otro a media mañana, para aguantar el ritmo del trabajo. Uno más después del almuerzo, por supuesto, es el final perfecto de una buena comida. Y por qué no el último a media tarde, no tan tarde para que la cafeína afecte al sueño, pero a tiempo para la merienda.

No en vano, tras el agua y el té, el café es la tercera bebida más consumida del planeta. Porque cada café que se toma se convierte en un ritual: cada taza es testigo de conversaciones íntimas, de miedos, de ideas, de sueños... Muchos de los momentos importantes aparecen acompañados por un buen café. Según un estudio reciente realizado por la International Coffee Organization, España es el decimonoveno país en el que más café se consume del mundo.

Aunque en muchas ocasiones se ha demonizado (se ha dicho que provoca cáncer, y también todo lo contrario), numerosos estudios científicos han puesto en valor sus múltiples propiedades. Eso sí, para que suponga un chute de nutrientes debe ser natural (no torrefacto), de cultivo orgánico, que no tenga aditivos ni edulcorantes... Es decir, café y nada más.

Pero, ¿cuáles son esos beneficios? Es rico en antioxidantes, los responsables de la regeneración y la protección celular frente a posibles daños externos, radicales libres y metales pesados responsables de muchas enfermedades. La vitamina que más contiene es la B, la culpable de que obtengamos energía de los alimentos que consumimos. Y ahí no para la cosa: el café contiene potasio, magnesio, fósforo, selenio, sodio, calcio, hierro, zinc... En su justa medida, también es un aliado para la pérdida de peso y para prevenir la insuficiencia cardiaca y otras enfermedades coronarias.

Pero, como todo, los excesos de café pueden traer consecuencias negativas. Puede que la más visible sea que los dientes adquieren un tono amarillento, pero no es la única. Su alto contenido en cafeína hace que se puedan presentar problemas para conciliar el sueño, incluso episodios de insomnio. En este mismo sentido, esta bebida es estimulante y en grandes cantidades puede provocar estrés, ansiedad e irritabilidad. También tiene efectos en la presión arterial, por lo que los que la tengan alta tendrán que tener cuidado y consultar con su médico en qué medida pueden tomar café. Por ejemplo, según un estudio publicado en la revista The American Journal of Clinical Nutrition en 2019, beber seis o más tazas de café al día incrementa en un 22 por ciento el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares.

¿CÓMO AFECTA AL ESTÓMAGO?

El café es ácido y esto hace que se estimule la producción de ácido gástrico. Esto no debería ser un problema para las personas que no tengan problemas de estómago. La cafeína, otro de los componentes principales de esta bebida, también puede ser perjudicial para el estómago en determinados casos. De hecho, a las mujeres embarazadas se les aconseja tomarlo descafeinado. Eso sí, es probable que, de producirse, estos efectos no se noten a corto plazo.

En los casos más extremos, que son todo menos habituales, el café puede provocar úlceras en el estómago, afectar al intestino delgado, provocar gases...

¿SE DEBE BEBER CON EL ESTÓMAGO VACÍO?

A priori no es lo más aconsejable, ya que las contraindicaciones del café se intensifican en estos casos. Aunque los científicos no se ponen de acuerdo al cien por cien. Varios estudios apuntan que el bienestar gástrico se puede ver comprometido por esta práctica. Esto se debe a que el amargor del café provoca un aumento del ácido estomacal, lo que daña el revestimiento del estómago, y puede llevar a que aparezcan síndromes como el del intestino irritable.

Las personas propensas a padecer problemas estomacales pueden sufrir incluso nauseas, indigestión o vómitos. Esto puede ocurrir siempre que se toma café, pero será de forma más acentuada cuando se beba en ayunas. Pero, como todo, se debe valorar de forma adecuada la respuesta de cada persona.