MALTRATO Y ACOSO

Fayna Bethencourt, sobre el maltrato de Carlos Navarro ‘El Yoyas’: "Siempre tuvo cuidado de no dejarme marcada la cara”

Fayna relata que cuando empezó a ser consciente de la situación, de que estaba siendo maltratada, los golpes y lesiones empezaron a ser mayores

Fayna Bethencourt

Fayna Bethencourt

D.M

Carlos Navarro, más conocido como "El Yoyas" fue concursante en 2001 de la segunda edición del reality de Telecinco de Gran Hermano. Actualmente, se encuentra en busca y captura, ya que tenía que entrar en prisión. Su expareja se encuentra preocupada por el paradero desconocido del que fue su maltratador.

Fue en este mismo reality donde empezaron sus indicios de malas formas y comportamientos extraños con su pareja en ese momento también en el concurso, Fayna Bethencourt. Debido a sus comportamientos violentos hacia su pareja, el concursante fue expulsado del programa, siendo la primera expulsión disciplinaria en la historia del reality de Telecinco. Fue ahí donde empezó todo.

En ese momento "El yoyas" había llegado a empujar a Fayna y tirarla de los pelos. "Te estoy pegando de cachondeo", le decía. Y ella le contestó: “¡Si casi me partes la oreja!”. Su carácter agresivo se vio también con otros concursantes, sobre todo con Ángel Tous, al que dijo que “si me pilla en la calle, le pego dos ‘yoyas’ que le tiemblan las orejas”, comentó en esa famosa frase que le valió el apodo de "Carlos Yoyas".

Como empieza todo

Fayna la explicaba a Risto Mejide en "Viajando con Chester" como ha sido su historia con Carlos. "Los monstruos existen y son muy humanos" le contaba Fayna que hace veinte años se enamoró de la versión más amable de un hombre que se encargó de mostrarle su mejor versión. "Siempre ayudaba a la gente, hablaba muy bien de su familia, pero todo un día cambió", afirmaba.

Primeras lesiones

"Estábamos en el coche, dije algo y me apretó tanto la mano que se me soltaron las lágrimas, ahí comenzó el maltrato psicológico". Cuando salieron del reality, comenzaron una vida juntos fuera de cámaras, aunque siendo conocidos y reconocidos por la gente en sitios públicos. El hecho de empezar a vivir juntos y ella estar tan lejos de su familia, provocó que se aislara y empezara a mostrar sus primeros indicios de maltratador.

Afirma que "las agresiones más fuertes son al final de la relación". Al principio empezó con toques: apretón de manos, pisotones con el talón, eran pequeños toques de atención. Perdón no me decía y si lo decía era "esta reacción mía lo has provocado tú". Y con esa respuesta violenta ante lo que él dice, empiezas a modificar tu comportamiento", explicó.

"Llega un punto de inflexión bastante duro y es una agresión física muy dura en el que me agrede físicamente de una forma brutal"

La fase de aceptación de que estaba siendo maltratada

Fayna relata que cuando empezó a ser consciente de la situación, de que estaba siendo maltratada, los golpes y lesiones empezaron a ser mayores. "Al defenderme y responder al maltrato, el castigo era peor", le comentaba a Risto. "Llega un punto de inflexión bastante duro y es una agresión física muy dura en el que me agrede físicamente de una forma brutal. Todo eso se relató en una sentencia. Me deja el cuerpo lleno de moratones. Siempre tuvo cuidado de no dejarme marcada la cara".

Denuncias y falta de control en el sistema judicial

Después de varias situaciones de agresión tras 16 años, donde también se habían visto involucrados los propios hijos de la pareja, Fayna decide denunciar varias veces la situación que vivía con su maltratador. En 2018 es condenado a cinco años y ocho meses de cárcel por el "maltrato" continuado a Fayna Bethencourt.

Sin embargo, nunca llegó a personarse para cumplir condena y actualmente sigue en busca y captura. 

Fayna culpa la inseguridad con la que vive

Fayna culpa al sistema judicial por el escaso control ante esta situación, si no también con el periodista que entrevistó a Carlos "el Yoyas" en un bosque y no lo entregó a la justicia". Fayna Bethencourt está ahora volcada con la visibilidad de la violencia de género y se emocionaba en la entrevista hablando de todas las mujeres que le han contactado y que a día de hoy viven su misma situación. 

Aun así, Fayna no puede evitar la preocupación de que su maltratador se encuentra en paradero desconocido, una situación que produce intranquilidad.