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Consejos para esquiadores principiantes: sube y baja de la montaña sin sufrir (demasiado) en el intento

El temporal de frío y nieve ha cubierto con un manto blanco muchas de las estaciones de esquí españolas, haciéndolas más que aptas para practicar este invernal deporte

Un hombre esquiando entre un manto de nieve en la estación de Candanchú (Huesca).

Un hombre esquiando entre un manto de nieve en la estación de Candanchú (Huesca). / Europa Press/Verónica Lacasa

J.M.C.

Después de unas Navidades casi otoñales en muchos puntos de España, por fin llegó el frío. El temporal de los últimos días ha bajado los termómetros por debajo del cero, convirtiendo las precipitaciones en nieve rápidamente. Las estaciones de esquí, que muchas de ellas no terminaban de arrancar, abren sus puertas.

Tras mucho tiempo de espera, los apasionados de la nieve se echan a las pistas y con ellos cientos de personas que prueban la experiencia de esquiar por primera vez en su vida. ¿Me caeré? ¿Sabré manejarme con los bastones? ¿Pasaré frío? Muchas son las dudas que tienen los novatos y aquí tratamos de arrojar luz para que su primera vez no sea catastrófica.

El momento y el lugar para empezar

Antes de escoger el día para comenzar nuestra aventura en la nieve, debemos mirar la previsión del tiempo. Las condiciones meteorológicas en lo alto de la montaña pueden cambiar rápidamente, pero el clima en general se puede saber de antemano. Si es una de tus primeras experiencias esquiando, lo mejor es escoger un día soleado y con poco viento, para que la actividad no se haga tan dura (no queremos agobiarnos y abandonar tan rápido).

La elección de estaciones de esquí tampoco es baladí. Apuesta por los espacios grandes, donde haya suficientes pistas de debutantes y con diferencias de niveles, para ir aumentando la dificultad poco a poco. Si vas a un centro con muchas pistas rojas o negras, de mayor dificultad, pensarás que no es lo tuyo y renunciarás antes de tiempo.

Indumentaria

"¿Y yo qué me pongo?" Una de las primeras cosas que nos vienen a la cabeza cuando nos planteamos ir a esquiar es la ropa. Es importante llevar una indumentaria adecuada y correctamente ajustada, ni con muchas capas ni con pocas: pantalón impermeable, camiseta térmica, forro polar y una chaqueta o abrigo cómodo. La impermeabilidad y la transpirabilidad de las prendas es vital, para evitar empaparnos o sofocarnos de más.

Usa unas buenas botas que eviten los resbalones y que no aprieten demasiado el pie, además de gorro y guantes para evitar el frío. Los esquís, el casco, los bastones o las gafas podremos normalmente alquilarlos. Y que no se nos olvide la crema solar y el protector labial: el sol pega fuerte en lo alto de las montañas y nos podemos quemar, de igual forma que el frío reseca y los labios se nos podrían cortar.

Equipamiento de esquí y snowboard en la estación de Valdezcaray (La Rioja).

Equipamiento de esquí y snowboard en la estación de Valdezcaray (La Rioja). / EFE/Raquel Manzanares

Agua y alimentación

Antes de subir a las pistas es importante que nos hidratemos y comamos bien, para evitar que nos entren ganas al entrar ya en materia. Una vez empieces a esquiar, es muy probable que no quieras parar hasta casi la hora de cierre.

Aunque parezca mentira, al subir y bajar las pistas nos deshidratamos rápidamente, por lo que es imprescindible llevar siempre con nosotros una botella de agua. Así nos centramos en la nieve y los esquíes, no en tener que ir a la cafetería a saciar el estómago o ir a hidratarnos para no sufrir un desmayo.

Técnicas

Si es tu primera vez, lo mejor es practicar con alguien experto o contratar clases con un instructor para que te enseñe las nociones básicas del esquí. Este ambiente más controlado te facilitará a aprender los conceptos. Una vez planteado esto, hay distintas consejos que debemos tener en mente a la hora de empezar:

  • Mira siempre hacia el lugar donde quieras ir, no mires al suelo ni te embobes con el paisaje, ya que en caso contrario podrías chocarte con alguien que se te cruce y acabar lesionándote.
  • Aprende a frenar y a controlar tu velocidad en cuestas suaves, de poca pendiente. Cuando las controles, podrás probar con otras más empinadas, aumentando gradualmente la dificultad a medida que ganes confianza.
  • Si ves que te vas a caer, utiliza tus rodillas para amortiguar el golpe. El centro de gravedad debe mantenerse siempre sobre los esquís.
  • Aprende a reconocer los peligros potenciales de la montaña y mantente alerta en todo momento.
  • Haz caso a tus profesores y sigue sus consejos. Si hay algo que no entiendas, no dudes en pedir ayuda o preguntar. Todo el mundo ha pasado antes por ahí, no creas que el esquiar es algo innato.

Mentalidad

Ir a la montaña a esquiar no es algo que se suela hacer todas las semanas, por lo que lo más importante es disfrutar al máximo la experiencia. Pasárselo bien, sin forzar, para así evitar lesiones. No tenemos que ser los mejores el primer día, deslizarnos suavemente por las alfombras de nieve sin morder los copos no se consigue sin práctica.

Tenemos que tener en cuenta nuestra propia forma física pues, aunque no lo parezca, esquiar es un deporte completo que requiere mucha energía. Brazos y piernas, cardio, el acostumbrarse a las temperaturas... No es algo demasiado común. Por eso, aunque queramos esforzarnos a tope desde el principio, debemos regular los esfuerzos o acabaremos reventados a las pocas horas. Cuando notes cansancio, lo mejor es descansar un rato, o las agujetas al día siguiente podrían ser terroríficas.

Y, sobre todo, debemos tener en cuenta que no somos perfectos. El primer día lo más probable es que pases más tiempo en el suelo que deslizándote por las pistas. No te rindas, levántate y sigue intentándolo. Los inicios son difíciles, pero la diversión estará asegurada.