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Madonna, harta, vuelve a cargar contra el edadismo: "El mundo se niega a celebrar a las mujeres mayores de 45 años"

La reina del pop asegura sentirse atrapada en el resplandor de la discriminación por edad y la misoginia

Algunas investigaciones confirman una tendencia a estar más alegres a partir de los 50 años

Madonna, en una imagen de su Instagram.

Madonna, en una imagen de su Instagram.

María G. San Narciso

María G. San Narciso

Madonna está acostumbrada a dar que hablar. A lo largo de sus cerca de 40 años de trayectoria artística ha utilizado la sexualidad, la ambigüedad de los roles sexuales y la feminidad, entre otros elementos, de forma pionera. Por eso no era de extrañar que en la gala de los Grammy quisiera presentar la actuación de Smith y Kim Petras, justo antes de que convirtiera a la cantante en la primera mujer trans en subir al escenario en estos galardones. Pero en vez de hablar de su discurso, en el que trataba de dar las gracias por su "valentía", muchas personas optaron por hablar únicamente sobre alguna fotografías que hicieron a la reina del Pop. Según la cantante, eran en primer plano, tomadas con una cámara de lente larga por un fotógrafo de prensa que "distorsionan la cara de cualquiera". Otra vez volvía a desatarse el edadismo en las redes.

"Una vez más estoy atrapada en el resplandor de la discriminación por edad y la misoginia que impregna el mundo en el que vivimos. Un mundo que se niega a celebrar a las mujeres mayores de 45 años y siente la necesidad de castigarla si sigue siendo fuerte, trabajadora y aventurera", afirmaba en un post de Instagram.

"Nunca me he disculpado por ninguna de las elecciones creativas que he hecho ni por la forma en que me veo o me visto y no voy a empezar. Los medios me han degradado desde el comienzo de mi carrera, pero entiendo que todo esto es una prueba y estoy feliz de ser pionera para que todas las mujeres detrás de mí puedan tener un tiempo más fácil en los años venideros. En palabras de Beyoncé: 'No me romperás el alma'. Espero estar muchos años más de comportamiento subversivo, empujando los límites, enfrentándome al patriarcado y, sobre todo, disfrutando de mi vida", proseguía.

¿Qué es madurar con dignidad?

Las burlas y comparaciones con la mismísima Sara Montiel por su rostro se llevan sucediendo desde la entrega de premios. Pero hasta en algunos fans hay cierto rechazo. "Cierto es que Madonna tiene el título de 'el rostro del Pop'. Su cara forma parte ya de la historia de la cultura occidental. Miles de portadas en las más prestigiosas publicaciones del mundo la consagran como un icono. La portada de su disco True Blue es una de las joyas de la historia de la música. Su óvalo facial fue una de sus señas de identidad. Sus ojos han provocado las más intensas sensaciones desde que los descubrimos hace 40 años. Es el motivo por el que hay tanta alarma entre los fans. Sienten que es algo que se ha perdido. Necesitan sentir que 'su Madonna' sigue estando en las fotos, en los vídeo clips, en el escenario de sus giras. Pero creo que hay que empezar a ser conscientes de que la Madonna de 2023 es la que vimos la otra noche en la gala de los Grammy. Y si realmente te gusta, hay que acompañarla en esta nueva etapa.", escribe Chris Márquez, presidente de su Club de Fans Oficial en España desde 1987, en un mensaje justo después de nuestra llamada telefónica.

Márquez recuerda una entrevista, publicada en TVE, en la que preguntan a Madonna qué haría después de los 40. "Reuniré a mis amigos a cenar y los entretendré". Por aquel entonces ella tenía 33 años, pero ya se cuestionaba que la intérprete de Like a virgin pudiera seguir mucho más tiempo en esa línea.

"Hay personas que la critican por estar mayor y personas que lo hacen por ir de jovencita. También oigo mucho lo de que hay que saber madurar con dignidad. Pero, ¿qué significa eso? Es precisamente lo que ella quiere cambiar", asegura el fundador de la web de Madonna en castellano, que se pregunta si es más válido estar en su casa con la bata puesta o disfrutando en eventos rodeada de gente más joven e interesante. Encontrar el equilibrio para todo el mundo es complicado, sobre todo en una sociedad donde se critica tanto la apariencia envejecida como los retoques estéticos para aparentar estar más joven. Y, si no, que se lo pregunten a Nicole Kidman, Uma Thurman, Demi Moore o a Belén Rueda.

Lo sufren más las mujeres

El término edadismo lo acuñó Robert Butler en 1968 para referirse a la discriminación por razón de edad y, más específicamente, a la que se sufre al ir cumpliendo años. La actualización 23.6 del Diccionario de la Lengua Española, presentada por la Real Academia Española, incorporó esta palabra a finales de diciembre de 2022.

Por lo general, los estudios sobre este tema muestran que las mujeres perciben más este problema que los hombres. Por supuesto, Madonna no ha sido la única en sufrir el edadismo en el mundo del espectáculo. La estrella de 'Matrix', Carrie-Anne Moss, aseguró que le ofrecieron un papel de “abuela” tras cumplir 40 años. “Pasé de ser una niña a ser la madre y más allá...”, relataba en una conversación con la autora y cineasta Justine Bateman. Melanie Griffith en más de una ocasión habló de cómo las mujeres a determinada edad eran relegadas a papeles secundarios. Y Sarah Jessica Parker pidió acabar con la misoginia y el edadismo de las redes en una entrevista con Vogue. En cuanto aparecieron las primeras imágenes inéditas de la grabación de la vuelta de Sexo en Nueva Yorkla entrega And just like that..., le llovieron críticas por parecer “más vieja que cuando interpretó al personaje de Carrie Bradshaw por primera vez”.

El caso de Madonna y otras actrices es que se las critica por su aspecto cuando van teniendo arrugas, el cuerpo más flácido o el pelo grisáceo, pero también cuando se hacen cirugías para aparentar menos años y entrar en los cánones que pide la industria para determinados papeles o contratos. Los varones no suelen tenerlo tan difícil.

En España, la presentadora Paula Vázquez también se alzó contra el edadismo. Durante la entrega de la edición de 2015 de los Premios Bodevil del Mundo del Espectáculo recibió el galardón a su trayectoria. Y lo aprovechó para decir que “cuando te entregan un premio a toda tu vida, cuando llegas a los 40, ¿no hay futuro? En la televisión, ¿ya se ha acabado todo? Yo veo a los hombres y es cuando les llegan los ‘prime time’, los ‘late night’...”.

“El edadismo es síntoma de una sociedad que tiene unos valores muy asociados al mito de la eterna juventud y al patriarcado. Ser hombre tiene un poco más valor que ser mujer. Cuando se junta esta discriminación múltiple de ser mujer y, además ser mayor, impacta mucho más”, afirma la socióloga y gerontóloga Elena del Barrio.  

La batalla de las canas

Un ejemplo de eso son las canas. Mientras que lucir pelo blanco en los hombres se ve como algo atractivo, en las mujeres parece un signo de dejadez. “Ellos van ganando estatus mientras que las mujeres lo pierden y se invisibilizan”, añade.

Sin embargo, cada vez hay más mujeres que reivindican el cabello blanco. Una de ellas es la catedrática en la Universidad de Cambridge Mary Beard. “Me hace muy feliz de que las mujeres se tiñan el cabello si quieren. Sobre todo si es por diversión –una vez tuve algunas mechas rosas–, pero no si tienen miedo de que las vean con el cabello gris. Existe una división real entre hombres y mujeres en la televisión. A ellos se les permite –incluso se les anima– a tener canas y arrugas. Se suma a su autoridad. A nosotras no. Es un recordatorio de que la función de la mujer aún se ve en términos de sexo y glamur, no conocimiento y experiencia”, explicaba a El Periódico.

Aseguraba Beard que ojalá supiera por qué la sociedad sigue ignorando a las mujeres adultas, más cuando la edad es sinónimo de experiencia. “Pero la anciana es uno de los pocos sectores de la sociedad contra los que parece correcto tener prejuicios. Hay casi algo biológico en ello; como si una vez que ya no pudieras tener hijos simplemente estuvieras pasada”, señala.

Prejuicios entre feministas

Hasta entre las feministas jóvenes se palpan estos prejuicios. En podcasts de referencia vuelan bromas –o dramas– sobre la pesadilla que supone ir cumpliendo años y sobre los cambios que sufre el cuerpo. Pero, y aquí llega la gran noticia, el problema lo tiene quien lo ve así, no la persona que cumple años. Las investigaciones que hay sobre los aspectos positivos de envejecer confirman una tendencia a estar más alegres a partir de los 50 años.

“Y de sentirnos cada vez más dichosas, de manera que a los 80 años somos por regla general más felices que cuando teníamos 18 años (no me extraña)”, asegura la psicóloga y escritora feminista Anna Freixas en su libro ‘Yo, vieja’ (Capitan Swing). “Igual que hubo un momento en el que el machismo o el racismo estaba muy naturalizado en películas o series hasta que se puso en evidencia esas actitudes, con el edadismo esto aún no ha sucedido. Quizá ahora se está iniciando. El covid ha puesto el foco en la edad. Empieza a haber una movilización, que algunos textos nombran como gerontoactivismo, un movimiento en favor de la edad”, explica Del Barrio. Para la experta, este debe ser “liderado por las propias mujeres mayores que reivindiquen esa igualdad”. “La gente –concluye– no se ha dado cuenta de esas actitudes tan interiorizadas de discriminación por la edad”.

“Para hacer frente al edadismo necesitamos valorar la diferencia y validar la edad mayor como un tiempo diferente y significativo”, recuerda Freixas, que es una de esas mujeres que lucha para que no se las encorseten en “en un modelo en el que la apariencia juvenil sea el objetivo a lograr”.