JOVEN ETERNAMENTE

Cuando el dinero lo compra (casi) todo: el millonario que quiere ser joven eternamente

Bryan Johnson tiene 45 años con un corazón de 37 y unos pulmones de 18: el millonario que quiere ser joven para siempre

Bryan Johnson

Bryan Johnson / Blueprints

Héctor González

Héctor González

Dicen que el dinero no compra la felicidad. Tampoco puede comprar la juventud, la máxima expresión natural de la 'obsolescencia programada'. Sin embargo, el multimillonario estadounidense Bryan Johnson está empeñando en demostrar que sí es posible adquirir con dinero el secreto para revertir el paso del tiempo.

Siguiendo la estela de aquellos alquimistas obsesionados con obtener el elixir de la juventud eterno, Johnson vive persiguiendo un sueño en apariencia inalcanzable: volver a tener 18 años. A sus 45 primaveras, este empresario tecnológico de Venice (California, Estados Unidos) tiene el corazón de una persona de 37, los pulmones de una de 18 y el dinero por castigo.

Para ello, este excéntrico millonario cuenta con un equipo de más de 30 médicos y expertos en salud que monitorizan y controlan todas sus funciones corporales. Bajo la batuta del especialista en medina regenerativa Oliver Zolman, dicho equipo ha aceptado la misión (¿imposible?) de revertir el proceso de envejecimiento en cada uno de sus órganos.

Johnson ha llevado su obsesión por detener el envejecimiento a un nivel extremo. Convencido de que la longevidad es la clave para alcanzar la realización personal y la felicidad, se ha comprometido a hacer todo lo que esté en su mano para luchar contra la inexorable rueda del tiempo. Junto con Zolman y su equipo, llevan más de un año desarrollando un programa experimental bautizado como 'Project Blueprint'.

Su objetivo es conseguir tener el cerebro, el corazón, los pulmones, el hígado, los riñones, los tendones, los dientes, la piel, el cabello, la vejiga, el pene y el recto de un joven de 18 años. Poner en marcha este programa le ha supuesto una inversión de más de 100 millones de dólares (cerca de 93 millones de euros) en tecnologías anti-envejecimiento en el último año, incluido el coste de instalar una sala medicalizada en su casa de Venice.

Tratamientos médicos mensuales y una rutina obsesiva

A través de una rutina ultraestricta, una dieta férrea, suplementos diarios y tratamientos médicos invasivos, Johnson está haciendo todo lo imaginable para lograr su objetivo de "demostrar mediante bioestadística una reducción del envejecimiento del 25% en los 78 órganos [de su cuerpo] para 2030". Probablemente, también para conseguir disfrutar lo menos posible de esos años arañados al crono.

Llevan un año trabajando en el proyecto y, gracias a que tenemos mucha información online, sabemos algunas de las claves del tratamiento: cosas como una dieta vegana de (exactamente) 1.977 calorías al día; una hora de ejercicio de alta intensidad al día, tres veces en semana; o irse a dormir todos los días a la misma hora (después de dos horas con unas gafas que bloquean la luz azul, eso sí).

Asimismo, también ha invertido en tecnologías emergentes, como la terapia génica y la ingeniería tisular, en las que están depositadas grandes esperanzas sobre las capacidades del ser humano de afrontar el envejecimiento.

¿Esperanza real o excentricidad sin sentido?

Por un lado, hay que admitir que Johnson presenta un nivel de salud y lozanía superior a la media de los hombres de su edad. Al menos, en lo que a salud física se refiere. Más allá de eso, cuesta ver en este proyecto nada más allá de 'la última excentricidad del rico de turno'.

Aunque existen algunos avances y estudios prometedores en el terreno de la medicina regenerativa, su aplicación práctica está bastante lejos de ser una realidad indiscutible. A día de hoy es posible contribuir a disminuir la oxidación natural de nuestro cuerpo, pero no frenar, ni mucho menos revertir, el proceso de envejecimiento.