SALUD

Estos son los primeros síntomas de la vejez: la crisis más temida no ha desaparecido

La mejora de la esperanza de vida ha hecho que cada vez tardemos más en hacernos mayores, pero eso no impide que se genere frustración al ver aparecer los primeros síntomas del envejecimiento

Un hombre contempla el horizonte.

Un hombre contempla el horizonte. / Shutterstock

O. G.

Cuando eres pequeño, soplar las velas de la tarta de cumpleaños es un momento emocionante. De hecho, cuantas más haya, mejor, porque más grande es el reto que supone apagarlas todas con una sola bocanada de aire. Sin embargo, llega un momento en la vida en el que esta tendencia se invierte. Las velas pasan a ser demasiadas y se opta mejor por los clásicos números blancos y rojos. Hasta el 39 todo está bien, el problema aparece cuando el primero pasa a ser un cuatro. Es el momento de entrar en la temida crisis de los 40.

Es verdad que en los últimos años la vida ha cambiado muchísimo. Tanto es así que poco tiene que ver la que lleva ahora una persona de 45 años con la que tenía hace solo un par de generaciones, sobre todo en las mujeres. En parte, esto tiene que ver mucho con el aumento de la esperanza de vida, pero también con que cada vez nos jubilamos más tarde. Por eso, muchos dicen que los 40 son los nuevos 30. Eso no quiere decir que se pueda escapar tan fácilmente a la crisis asociada a este cambio de década.

Pero, en realidad, ¿tiene base científica o más bien se trata de una consecuencia de la presión de la sociedad?

Como en todo lo que tiene que ver con los seres humanos, no existe un consenso. El comportamiento de las personas es tan complejo que en función de la corriente de pensamiento puede adquirir matices contrarios. La crisis de los 40 es una muestra de ello. Pero vamos por partes.

Andrew Oswald y David Blanchflower dirigieron hace ya más de una década una investigación cuyos resultados siguen estando vigentes. Estos estudiosos de la Warwick University y del Darmouth College de Estados Unidos confirma que la crisis de los 40 existe y que además es responsable de los cuadros de depresión y ansiedad que se diagnostican a los adultos que atraviesan esa década. Eso sí, es importante tener en mente que este cambio no se produce, ni mucho menos, el mismo día del cumpleaños. Es más, depende de variables tan variopintas (e irrelevantes a priori) como el lugar de residencia. Y, por, supuesto, del género.

LAS MUJERES, ANTES

Así, según este muestreo, la infelicidad atrapa a las mujeres en los propios 40 años. No hace falta esperar. Por contra, los hombres se resisten más, hasta el punto de que en Estados Unidos escapan de la crisis de los 40 casi hasta que cumplen los 50.

También las preocupaciones son distintas en cada caso. Los hombres ven cómo el envejecimiento pasa factura a su físico, a su masculinidad, incluso ven cómo esto afecta a su deseo sexual. También ven en los 40 el momento de determinar su carrera profesional ha tenido éxito o no. Y si es la segunda opción, si se conforman con eso o les domina la frustración. En el caso de ellas, la crisis tiene más que ver con el deseo de permanecer siempre jóvenes: es la época en la que las arrugas se vuelven más visibles y no hay apenas mechón que escape de las canas. Esto provoca que busquen la solución en la cirugía plástica o en los tratamientos estéticos, por ejemplo, a base de bótox.

Se trata de un fenómeno tan complejo que otros factores que podrían parecer determinantes en un primer vistazo en realidad no lo son tanto. Es decir, no afecta tener hijos o carecer de descendencia, tener pareja estable o estar recién divorciado o acabar de cambiar de trabajo (o de quedarse en el paro). Lo que sí podría modificar este entorno son las consecuencias de la crisis.

Ahora bien, estas afirmaciones no son verdades absolutas, por lo que no quiere decir que todas personas experimenten la crisis de los 40, ni siquiera que las que la padecen lo hagan en la misma medida.

LAS SEÑALES COMUNES

  • Síntomas de depresión: tristeza, ganas de llorar, pérdida de interés y placer, falta de energía y apetito, dificultad para concentrarse...
  • Deseo de experimentar cambios importantes en la vida. Puede ser dejar a la pareja, cambiar de trabajo...
  • Insatisfacción personal, reflejada en las relaciones personales, en el trabajo, en el balance de los últimos años...
  • Búsqueda de emociones límite, bien sea, por ejemplo, al practicar deportes extremos o hacer un viaje en solitario a un lugar recóndito (en personas que no tengan eso por costumbre).

CONSEJOS

  • Rodéate de gente afín a tus intereses, aleja de tu vida a las personas tóxicas y céntrate en aquellos que te aportan cosas positivas. Esto ayudará también a que las inseguridades pasen a un lugar secundario: una buena red multiplica la calidad de vida.
  • Dedícate tiempo. Bien sea reservando un rato para leer, para hacer algo de deporte, para preparar la comida del día siguiente... Algo que haga que tu día mejore.
  • Pauta nuevas metas. Pero, ojo, deben ser alcanzables, porque de lo contrario generará frustración. Además, a medida que se vayan consiguiendo, supondrán pequeñas victorias personales.