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¿Beber agua con azúcar alivia las agujetas? Mitos y verdades sobre esos 'pinchacitos' post entreno

Los síntomas son conocidos por muchos, la causa que las provoca es más misteriosa; ante la falta de confirmación científica, los remedios para solventar las agujetas se convierten en una fuente de mitos

El cuádriceps, uno de los músculos donde podemos sufrir agujetas.

El cuádriceps, uno de los músculos donde podemos sufrir agujetas. / Getty Images

J.M.C.

Es un clásico de todos los años. Tras meses sin hacer ejercicio, te propones entrenar para recuperar la forma. Correr, levantar pesas, hacer ejercicio intensivo... Da igual el deporte escogido, casi siempre ocurre lo mismo. El primer día empiezas poco a poco, te das cuenta de que no estás tan mal, decides forzar tu cuerpo hasta donde llegue. Concluyes el entreno y en ese momento notas cansancio, pero lo peor está por llegar: dolores musculares intensos, pinchazos localizados... llegaron las temidas agujetas.

Los síntomas son conocidos por muchos, la causa que las provoca es más misteriosa. Y, ante la falta de confirmación científica, los remedios para solventarlas se convierten en una fuente de mitos. La teoría más aceptada es que las agujetas serían pequeñas microrroturas provocadas en los tejidos musculares que surgen cuando realizamos una serie de actividades a las que no estamos acostumbrados.

Al ser músculos no tan entrenados, son menos resistentes y el excesivo esfuerzo daña las fibras. Las molestias normalmente duran de dos a cinco días, tiempo suficiente para la recuperación (si el dolor persiste mucho más tiempo, lo que tenemos podría ser una verdadera rotura y lo mejor sería acudir a un especialista). Pero, ¿es verdad que podemos acelerar la reparación de los músculos si tomamos azúcar? ¿Existe algún alimento que ayude a la regeneración? ¿Tener agujetas implica que estamos entrenando bien? ¿Es bueno seguir entrenando los grupos musculares afectados?

Muchas son las dudas que envuelven a la formación de agujetas. Por eso, vamos a tratar de explicar los mitos y verdades que existen sobre su formación y cómo podemos recuperarnos antes de esas pequeñas molestias.

¿Beber agua con azúcar?

El típico consejo que se ha dicho siempre no es más que un mito, pero tiene su justificación científica. Antes de creer que las agujetas son microrroturas musculares, la teoría más extendida sobre su formación era que éstas aparecían por la cristalización del ácido láctico, que pinchaba las fibras musculares. Frente a esa creencia, el agua con azúcar (o la limonada) facilitaría disolver esos cristalitos, acabando con las molestias.

Sin embargo, nunca se ha demostrado la existencia de esa teoría, como tampoco se ha comprobado la formación de esos cristalitos de ácido láctico. Tomar agua con azúcar no serviría de nada. Tampoco las sales de frutas o el bicarbonato ayudan demasiado.

¿Estiramientos para reducir el dolor?

Otra mentira repetida es la frase de "estira o tendrás agujetas". Estirar es una práctica beneficiosa a la hora de realizar todo tipo de deportes y que debemos incluir en nuestra rutina de ejercicio, pero no necesariamente sirve para prevenir las agujetas (ni las soluciona una vez producidas).

¿Entrenar los mismos músculos?

Parece lógico, pero a en ocasiones no resulta tan claro. Forzar los mismos músculos en los que tenemos esas microrroturas no ayuda, sino que es más probable que duelan más. Incluso podríamos pasarnos y hacer que esa pequeña "lesión" se convierta en una verdadera rotura.

¿Si salen es porque el entrenamiento es fructífero?

La aparición de las agujetas no implica que el entreno haya sido bueno, sino más bien que nos hemos sobrepasado (o bien porque nos hemos ejercitado demasiado o, la mayoría de las veces, porque la forma física previa es paupérrima). El cuerpo llega a su límite y reacciona, ocasionando esas microrroturas.

Por ello, lo más recomendable tras una época de parón es volver a los entrenamientos de manera paulatina, poco a poco. El peligro de fatigar las fibras musculares es menor. Si terminas un entrenamiento y no tienes agujetas, no tiene por qué significar que la actividad ha sido demasiado floja, sino que vamos cogiendo fondo.

Consejos para recuperarte (antes) de las agujetas

Si beber agua con azúcar no sirve, entrenar más duro tampoco, estirar fuerte tampoco está recomendado... ¿Qué podemos hacer para evitar las agujetas? Los expertos médicos y fisioterapeutas recomiendan, en primer lugar, la prevención. Si no queremos sufrir esos pinchacitos al día siguiente, lo más importante es asumir nuestra condición física y no forzar el cuerpo más de la cuenta. Calentar bien, ejercitarnos de forma paulatina, consumir más proteínas para facilitar la regeneración de las fibras musculares y ducharnos con agua fría tras el entrenamiento son algunos de los consejos previos a su aparición.

Una vez ya sufrimos las agujetas, a partir de las 24 horas del entrenamiento, lo mejor es realizar un descanso activo con ejercicios suaves como el footing, la natación o la bicicleta estática. Esto ayuda a reactivar el sistema circulatorio y facilitar la recuperación muscular. La aplicación de crioterapia y baños de contraste (fríos y calientes) o masajes suaves con antiinflamatorios en la zona afectada son algunas de las ayudas externas de las que podemos disponer para sentirnos mejor.