LIMPIEZA

Cómo limpiar tu casa tras una calima o tormenta de arena

Las tormentas de arena nos dejan la casa "hecha polvo" nunca mejor dicho y para limpiarlo debemos hacer uso de mascarillas y gafas protectoras

calima

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EPE

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Las tormentas de arena llenan tu casa de polvo resbaladizo. Hay quienes además le tienen alergia. Cómo podemos eliminar y limpiar ese polvo fino y rojizo que deja la calima en tu casa cuando vienen estas tormentas.

Al ser un fenómeno meteorológico peligroso para la salud ya que el polvo en suspensión puede provocar problemas respiratorios e irritación de las mucosas, te recomendamos el uso de mascarillas y unas gafas de protección antes de comenzar a limpiar todo el polvo que dejan este tipo de tormentas.

Cómo limpiar el polvo en suspensión


1. Cristales y ventanas afectados por la calima

Cuando el polvo anaranjado se concentre en los cristales y las ventanas, límpialos con agua caliente y un buen chorro de amoniaco líquido. Puedes añadir unas gotas de lavavajillas al limpiador para potenciarlo.

El procedimiento de limpieza es muy sencillo y se realiza de la siguiente manera: Empapa un trapo de microfibra en el limpiador y pásalo por los cristales de las ventanas desde la parte de arriba hacia abajo. Hazlo con movimientos firmes para evitar dejar marcas blanquecinas.

2. Balcones y terrazas afectados por la calima

A la hora de limpiar el suelo del balcón o la terraza es conveniente retirar el polvo con un trapo viejo. Si utilizas una escoba, procura no hacer fuerza durante el barrido para evitar que el polvo se extienda a otras zonas de la casa.

Después de retirar el polvo, friega los suelos con agua, vinagre de limpieza y un chorrito de lavavajillas. No tienes a mano vinagre, hazlo con tu limpiador de suelos habitual.

3. Vehículos afectados por la calima

Para limpiar a fondo un vehículo cubierto de polvo anaranjado primero debes eliminar la capa más superficial de polvo rojo con una manguera de autoservicio o pistola de agua a presión. Evita pasar trapos en seco, pues esas partículas de polvo podrían dañar o rayar la pintura y los cristales de tu coche. Después, lava a conciencia las llantas o neumáticos con agua, jabón y un cepillo específico para las ruedas. Tras limpiar las ruedas, aplica agua jabonosa sobre la carrocería del coche y aclara con abundante agua. Asegúrate de utilizar una esponja suave que no maltrate la pintura.

4. Mobiliario afectado por la calima

Para eliminar el polvo de la calima que se ha posado sobre el mobiliario exterior (sillones, mesas, toldos, puertas, etc.) utiliza una pistola de agua a presión o una manguera. Lo ideal es que sigas un movimiento desde arriba hacia abajo, según indican los expertos de ManoMano.

Si es mobiliario de madera, mármol o granito, evita eliminar el polvo directamente pasando un trapo o paño ya que, por muy finas que sean, las partículas pueden arañar las superficies más delicadas. En su lugar, emplea agua para retirar el polvo y procura secar la superficie con un paño de microfibra.

5. Limpieza de una piscina afectada por la calima

Si tienes una piscina descubierta, te recomendamos que limpies primero los restos de la superficie del agua vaciando los cestillos y eliminando los desechos de la bomba. Después de esto, filtra el fondo y las paredes de la piscina con el limpiafondos y agrega cloro para matar las algas.

Por último, enciende la bomba y déjala en funcionamiento durante 24 horas. Transcurrido este tiempo, limpia bien el filtro para eliminar las algas y la suciedad que se ha acumulado.

6. Limpia los filtros de los aparatos de climatización

Las unidades externas de los aparatos de climatización deben vigilarse bien, especialmente cuando ocurran este tipo de fenómenos meteorológicos. La razón es obvia, estos aparatos son susceptibles a acumular más polvo en su interior (en los filtros) y a estropearse cuando se atascan.

7. Limpia tus plantas tras la calima

Si no las has guardado, tus plantas (las que están en la terraza, balcones o jardines) también habrán sufrido y estarán llenas de polvo tras la tormenta. Puedes limpiarlas con un paño y agua haciendo movimientos suaves y delicados. Su tallo lo puedes limpiar con un cepillo de hebras suaves o con un trapo de microfibra.