María La Portuguesa, el fracaso que ni Chicote pudo arreglar

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El cocinero se enfrenta a una de sus mayores retos

Alberto Chicote.

Alberto Chicote.

No se puede decir que Alberto Chicote no ponga el alma en cada programa. A pesar de las broncas que protagoniza en cada edición de su "Pesadilla en la cocina" el cocinero no siempre logra su objetivo: reflotar negocios que parecen en bancarrota. En este caso lo intentó con "María La Portuguesa", un local situado en el número 8 de la calle Barcelona de Madrid. El restaurante está actualmente cerrado.

El programa cerró la pasada semana su quinta temporada. Pero no desaparece de la parrilla. Hoy miércoles La Sexta emite un capítulo repetido. En esta ocasión se va a emitir el dedicado a "María la Portuguesa", un local que antes de que llegara el famoso cocinero televisivo tenía mala fama. "Estuve con unos amigos un domingo y no tenían nada de lo que pedíamos y algunos ingredientes decía que tampoco tenía. La comida muy mal elaborada y con poco esmero. No vuelo a este antro", escribió un cliente poco después de ir al local. Esa opinión (y otras muchas) sentó las bases de aquello contra lo que Chicote tendría que luchar en su programa.

Su llegada al restaurante no fue fácil. Cuando vio el género con el que trabajaban los cocineros Chicote estuvo a punto de vomitar. "Me están dando arcadas, esto es asqueroso", confesó el chef tosiendo sin parar y pidiendo a uno de los socios del restaurante (en este caso a la dueña) que oliera lo que estaba vendiendo. "Me cago en la puta. Esas sardinas estaban para llevares a alguien corriendo al hospital", aseguró Chicote a cámara.

Reforma

Después de someterlo a una intensa reforma tanto en lo que se refiere al mobiliario como en lo que respecta a la mentalidad de los dueños del local, el "María La Portuguesa" trató de salir adelante siguiendo (al menos en parte) los consejos que les había dado Chicote. "Me encanta, nunca había pensado una cosa así", confesó la dueña del establecimiento protagonista del capítulo.

Cierre

Durante el momento más álgido del programa Chicote llegó a estallar contra los responsables del local. "Tendréis lo que os merecéis: cerrar", confesó. Y parece que fue una especie de profecía. Por que sus cambios no dieron resultado.

El local cambió de nombre. Pasó a llamarse "Cheespain". Pero apenas aguantó unos meses. Actualmente en ese mismo local hay un tercer establecimiento de hostelería que nada tiene que ver con aquel que pasó por "Pesadilla en la cocina".