Ferrari invertirá 4.400 millones para electrificarse y alcanzar la neutralidad de emisiones en 2030

Ferrari invertirá 4.400 millones para electrificarse y alcanzar la neutralidad de emisiones en 2030

Ferrari invertirá 4.400 millones para electrificarse y alcanzar la neutralidad de emisiones en 2030

<strong>Ferrari</strong> se electrifica. La marca italiana ha detallado su estrategia para dar el paso hacia la movilidad eléctrica, que pasa por la llegada de su primer coche eléctrico en 2025 y por el objetivo de que las ventas de coches eléctricos representen ya el 5% ese año, disparándose hasta el 40% para 2030. Hasta 15 nuevos ‘Cavallinos’ llegarán entre 2023 y 2026, año para el que el 60% de sus coches a la venta estarán electrificados, dando paso a una nueva era para la marca.

En cifras, Ferrari espera invertir 4.400 millones de euros hasta 2026 en su electrificación y en la descarbonización de sus operaciones para 2030, aunque la gran mayoría de esa cifra se destinará a desarrollo de producto. Para 2025, los híbridos representarán el 55% de sus matriculaciones, reduciendo su peso en el mercado para la marca hasta el 40% en 2030. Sumando ambas tecnologías, Ferrari confirma que el 80% de sus ventas corresponderán a modelos electrificados ese año, dejando apenas un 20% a la combustión.

Una de las grandes dudas, sobre todo a nivel de cliente y fan, es la capacidad que tendrá Ferrari para hacer de sus eléctricos coches emocionales que transmitan las mismas sensaciones que sus coches propulsados por poderosos, y muy ruidosos, motores V12 o V8. “Todo lo que haremos estará siempre enfocado en ser Ferrari, en marcar la diferencia”, promete John Elkann, presidente de la compañía. “La oportunidad que nos da la electrificación y la electrónica nos permitirá hacer coches todavía más únicos”, añade. No queda otra que esperar, aunque la aproximación de la marca a la hibridación con coches como el <strong>296 GTB o el SF90 Stradale</strong> da lugar al optimismo.

Neutralidad de emisiones en 2030

Como adelantó Neomotor, dentro de los planes eléctricos de Ferrari está la construcción de una nueva línea de producción para sus coches electrificados, algo para lo que la marca ya habría adquirido más terreno en su ciudad, Maranello. Además, la firma italiana promete que desarrollará sus propios motores eléctricos, inversores y módulos de batería, mientras que otros componentes procederán de proveedores externos.

Asimismo, la marca de superdeportivos aspira a ser neutral en emisiones de carbono para 2030, con lo que se convertiría en una de las compañías automovilísticas que más rápido alcanza este hito, al que aspiran casi todas para 2050. Además de la nueva línea de producción para coches electrificados, Ferrari ha instalado una planta de pilas de combustible de óxido sólido de 1 MW en Maranello, construida por Bloom Energy, que le suministrará energía más limpia para el 5% de sus operaciones. Según sus palabras, la necesidad de gas de este nuevo sistema es un 20% menor, con lo que el ahorro es importante, sobre todo si se alimenta de hidrógeno, renovable y cero emisiones, aunque puede usarse gas natural, biometano o una combinación de todos ellos.

Los inversores respiran

<strong>La electrificación pesa sobre Ferrari como una losa de grandes dimensiones</strong> y ha provocado que una marca como la italiana, que presenta año a año los mejores márgenes de beneficios del sector, caiga en bolsa ante las dudas sobre su capacidad de llevar a cabo las inversiones necesarias para electrificarse y, al mismo tiempo, mantener su rendimiento económico. También los inversores desean que los Ferrari eléctricos mantengan su capacidad de emocionar al conductor, porque es el gran reclamo que lleva a miles de clientes anuales a comprar una de las máquinas de Maranello.

En ese sentido, además de las promesas de Elkann en materia de rendimiento y sensaciones, Ferrari también se comprometió a que las inversiones no afectarán a la gran rentabilidad de la marca. De hecho, espera que sus beneficios operativos alcancen los 2.700 millones de euros en 2026, con sus primeros eléctricos en la carretera, lo que supondría casi doblar la cifra del año pasado, 1.500 millones euros, con un crecimiento anual del 9% hasta ese año.

Para conseguirlo, la enseña de Maranello dijo que esta mejora de los beneficios operativos llegarán gracias a los superdeportivos de combustión que comercializan en la actualidad y que seguirán lanzándose, así como gracias a la llegada del Purosangue, su primer SUV, que será híbrido y además se ofrecerá con un motor V12 de gasolina. Según admitieron desde la marca, Ferrari está “asombrada” con la demanda que tienen del coche, pese a que todavía no se ha presentado -está prevista su presentación en septiembre-.

Arranca una nueva era en Ferrari de la que depende su futuro. Los inversores esperan que cumplan su promesa y se mantenga como la marca más deseable, pero también más rentable, de la automoción global. “Ferrari siempre entregará un coche menos de lo que el mercado demanda”, dijo <strong>Benedetto Vigna, CEO de Ferrari</strong>, parafraseando a Enzo Ferrari para cerrar la presentación.