OCTAVOS DE FINAL | MARRUECOS-ESPAÑA

Un cruce endiablado y con aires de derbi para España: “En Marruecos el partido es una cuestión de Estado”

Juan Pedro Benali, entrenador con una amplia experiencia en el fútbol marroquí, avisa de la especial motivación con la que “la mejor generación de la historia del país” afronta el duelo contra la selección que dirige Luis Enrique

“No son el típico equipo africano, defienden muy ordenados, no se desarman y son extremadamente peligrosos en las transiciones”, analiza el técnico español

La selección de Marruecos celebra un gol ante Canadá.

La selección de Marruecos celebra un gol ante Canadá. / Reuters

Daniel Gómez Alonso

Daniel Gómez Alonso

Lanzados y con la motivación por las nubes, como ya ha avisado Luis Enrique, Marruecos llega al duelo de octavos de final del Mundial ante España convencida de poder dar el golpe y rebasar en Qatar la barrera que establecieron en México 1986, en el que es hasta ahora su mejor resultado en una Copa del Mundo. "Nos vamos a matar en el campo por el pueblo de nuestro país", avisaba este lunes Munir El Kajoui, portero que jugó en el Numancia y en el Málaga, expresando sin tapujos un sentimiento que, por el rival que tendrán enfrente, va más allá de lo que representa un simple partido de fútbol.

"Para ellos es algo más. El país está revolucionado, solo se habla del partido, no hay sitio en los bares, no hay clases ese día. Es como un derbi, casi una cuestión de Estado, se vuelven a contar las historias antiguas, la reconquista, Al-Andalus...", cuenta el cartagenero Juan Pedro Benali, quizás el español que mejor conoce el fútbol marroquí tras haber entrenado y ejercido de director deportivo durante la última década en cinco equipos en la Primera División del país.

"Le tienen ganas a España por el partido del último Mundial de 2018 en Rusia, que empató Iago Aspas (2-2) en el último minuto, y quieren demostrar que nos pueden ganar. Además, hay muchísimos emigrantes en la península, y solo contra España y contra Francia podía tener este componente emocional que lo hace una final, ya que pasar a cuartos contra un rival así sería para ellos como ganar el Mundial", incide, recalcando la importancia sentimental que tiene el duelo entre vecinos a los que apenas separan 15 kilómetros de mar, proximidad pese a la cual el fútbol marroquí sigue siendo bastante desconocido fuera de África.

"Desde que yo llegué hasta ahora ha habido una cambio abismal, no tiene nada que ver. Las infraestructuras han cambiado muchísimo, la Federación ha invertido muchísimo en el desarrollo del fútbol, y ahora llegando los resultados", explica el entrenador murciano, que llegó a Marruecos en 1999 para dirigir al Ittihad Khemisset. Tras varias experiencias en distintos equipos, salió del país africano para poner rumbo a países como Qatar, Emiratos Árabes, Japón o España antes de regresar en 2016, primero para ejercer de director deportivo del Atlético Tetuán y posteriormente como entrenador de clubes como el Chabab Rif Al Hoceima, el Ittihad Tanger, el RS Berkane o el Ittihad Tanger, la que hasta ahora ha sido su última aventura como entrenador.

Regragi para poner paz

"Son la mejor generación de la historia del país. Jugador por jugador, todos los futbolistas de la convocatoria, menos tres que están en el campeonato marroquí, están en ligas como la inglesa, española, francesa, italiana, holandesa... En cualquier país que vayas hay jugadores marroquís con mucha calidad", enumera Benali antes de poner en valor el trabajo del entrenador de Walid Regragi, que asumió el cargo de seleccionador en agosto tras la guerra entre el antiguo entrenador, el bosnio Vahid Halilhodzic, y Hakim Ziyech, estrella del equipo.

Apenas tres meses y tres amistosos le han bastado a Regragi para pasar de ser criticado por su inesperado nombramiento, acusándole de ser un “cabeza de aguacate”, a ser un héroe nacional e igualar, como poco, el mejor resultado histórica de la selección marroquí.

"Nos conocemos bien, es un entrenador que trabaja mucho a sus equipos tácticamente y sabe mucho de fútbol", asegura Benali sobre su colega, con el que coincidió en 2004 en el Racing de Santander, cuando el actual seleccionador de Marruecos era jugador y el español trabajaba en la dirección deportiva, cimentando una amistad que se mantiene a día de hoy. Posteriormente, durante su etapa como entrenador en la liga marroquí se enfrentaron en varias ocasiones, en las que pudo ver de cerca los inicios del ex lateral derecho en los banquillos.

"Ha caído de pie en el vestuario y después de la experiencia con el seleccionador anterior, que era menos sociable y trabajaba con un estilo más antiguo, ha sabido unir a todos los jugadores tras la misma bandera", destaca sobre un vestuario en el que 14 de los 26 convocados han nacido fuera de su país, en lugares como Países Bajos Bélgica y España. "Las mentalidades han cambiado, los jugadores son más individualistas. Me tengo que adaptar", reconocía Regragi a su llegada al banquillo.

Una cualidad, la de la adaptación, que destaca su amigo Benali, haciendo hincapié en que el hecho de "ser marroquí pero haber vivido mucho fuera, en países con diferentes mentalidades como Francia y España, le ha ayudada para gestionar un grupo de futbolistas que en algunos casos son estrellas y que no es fácil porque algunos hablan árabe, otros no, otros se comunican en francés, otros español..."

Peligro a la contra

"Es un grupo muy sólido, no son la típica selección africana. Para ellos, de hecho, es más difícil para ellos jugar contra equipos africanos que contra los europeos, porque ellos están acostumbrados al orden, a la organización y a manejarse en ese tipo de partidos", analiza Benali sobre una selección que pasó la fase de grupos como primera, por delante de selecciones de primer nivel como Croacia o Bélgica.

"Aunque le metas un gol no se desarman, siguen con su plan y en los últimos minutos te presionan, te agobian hasta que cometes un error. Y si se adelantan, van a tratar de cerrar todas las puertas y dejar que te frustres buscando un zarpazo a la contra", cuenta sobre el plan de juego habitual de Regragi.

Los jugadores de Marruecos celebran la clasificación para octavos con Walid Regragi.

Los jugadores de Marruecos celebran la clasificación para octavos con Walid Regragi. / REUTERS

Un plan en el que Sofyan Amrabat, hermano del ex del Málaga Nordyn Amrabat, ejerce un papel vital desde el puesto de pivote, haciendo de eje entre la línea defensiva y la del centro del campo. "Arrasa con todo lo que cae por su zona, si España intenta avanzar por dentro le va a costar", avisa Benali, que advierte del principal arma del rival de la selección de Luis Enrique en octavos.

"Van a la presión sin miedo, muerden, no te dejan girar ni jugar fácil. Buscan ese fallo y pueden castigar mucho las pérdidas tontas de balón. Y en las transiciones ofensivas salen con muchísima velocidad, ahí se sienten muy cómodos con En-Nesiry, Ziyech o Buofal, que tienen llegada al área, uno contra uno, golpeo lejano..."

"España debe dar mucha velocidad a la circulación de balón y romper a la espalda de los centrales, que es quizás el punto más débil", explica Benali sobre las debilidades de Marruecos. "Son los más lentos y los que más pueden sufrir si les consigues sacar de sitio, sobre todo el capitán Romain Saïss. Por eso, se refugian atrás y no dejan espacio, puesto que para él es más fácil".

Algo que tratará de evitar Regragi, que en la previa del partido ha explicado que "el plan de Marruecos pasa porque España no sepa qué hacer con el balón", y que intentará lograr Luis Enrique, al tanto de los peligros de su rival "tras una gran primera fase" y sabedor de que "si alguien menosprecia a Marruecos no es la selección española".