LOS OTROS MUNDIALISTAS (XII): ESPAÑA 1982

Fahd Al-Ahmad, el jeque kuwaití que saltó al campo para anular un gol y lo logró

Stupar, colegiado soviético, dio marcha atrás en una decisión que tomó en el duelo de la selección de Kuwait contra Francia en el Mundial de España 1982

El árbitro fue sancionado de por vida y el hermano del emir, que acabaría perdiendo la vida luchando contra Sadam Husein, multado con 10.000 dólares

El jeque kuwaití Fahid Al-Ahmad Al-Sabah, victorioso, tras salirse con la suya en España 1982.

El jeque kuwaití Fahid Al-Ahmad Al-Sabah, victorioso, tras salirse con la suya en España 1982. / EPE

Denís Iglesias

Denís Iglesias

"¡Saquen a los jugadores del campo!" es el 'súmmum' de la indignación forofa. Un grito al cielo para reclamar una acción que nunca va a pasar y que tiene que ver con el incorrecto y subjetivo desempeño arbitral. A Fahid Al-Ahmad Al-Sabah la expresión no le pareció figurada e intentó que Kuwait, selección de la federación que presidía, se retirase en un partido del Mundial de España 1982. No hizo falta, porque el 'aficionado-mandatario' consiguió algo aún más valioso: que el colegiado Miroslav Stupar anulara un gol galo, convirtiéndose así en el árbitro del estupor.

Esta bochornosa escena ocurrió en el Estadio José Zorrilla de Valladolid, durante la segunda jornada del grupo 4. Kuwait necesitaba ganar para seguir con vida después del empate que logró en la primera jornada ante Checoslovaquia. Los petrodólares querían a toda costa una participación histórica, a pesar de que era la primera vez de Kuwait en un Mundial. Y hasta la fecha, la última.

MANOS ARRIBA

Para ello habían fichado al brasileño Carlos Alberto Parreira, quien llevaría a Brasil en EEUU 1994 a ganar su cuarto título. Tras dominar la fase de grupos de Asia, Kuwait esperaba seguir dando la sorpresa en España, pero desde los primeros compases del duelo contra Francia se hicieron palpables las diferencias entre ambas selecciones. El encuentro llegó al último cuarto de hora con un claro 3-1 en el marcador.

Por si quedara alguna duda, Alain Giresse marcó el cuarto tanto ante la pasividad de la defensa de Kuwait, que había escuchado un silbato, al parecer de un aficionado, creyendo que la jugada estaba invalidada. Entonces, en la grada de Zorrilla un hombre empezó a agitar ostensiblemente los brazos. No paraba de gritar y dirigirse a los jugadores de Kuwait, a los que pedía que se retirasen del campo. El personaje era Fahid Al-Ahmad Al-Sabah, presidente de la federación y hermano del emir del país del Golfo Pérsico.

Aquella sarta de aspavientos no funcionaba, por lo que ni corto ni perezoso, Al-Ahmad decidió bajar al campo, algo que no impidió la Policía Nacional, atónica, como el resto del público, por el espectáculo. Entre un mar de fotógrafos y agentes, el jeque conversó con sus jugadores y el colegiado antes de regresar a la grada. ¿Había conseguido algo?

Pues sí, el premio mayor, porque para completar el disparate, Después de 10 minutos de gritos y carreras, Stupar decidió anular el tanto francés para decretar un saque neutral. Aquel tanto frustrado no cambió el destino del encuentro, porque Bossi anotó el definitivo 4-1 y clasificó a los bleus para la segunda fase, a la que no accedió Kuwait, que volvió a caer derrotada en el último partido ante Inglaterra.

SANCIONADO DE POR VIDA

El mayor indignado aquella tarde fue Michel Hidalgo, seleccionador galo que estuvo a punto de enfrentarse con la policía por la indignación que le provocó aquella intervención jeque ex machina. Francia se quedó a las puertas de la final en España 1982 tras perder frente a Alemania Federal. También cayó contra Polonia en el partido por el tercer puesto.

Bastante peor les fue a Stupar y a Fahid Al-Ahmad, multado con 10.000 dólares. Tras el estudio de los hechos, la FIFA decidió sancionar de por vida al colegiado soviético -nacido en Ucrania-, que jamás volvió a dirigir un partido internacional. Fue el final a una carrera que empezó como futbolista hasta que en 1969 se retiró y empezó a dirigir en un rol distinto sobre el verde.

Los que conocían a Miroslav decían que era realmente bueno y que debido a su destreza fue designado como uno de los trencillas para la cita mundialista. Pero aquella exhibición ostensible de poder del jeque kuwaití cambió su destino. Quién sabe si el provenir de una sociedad tremendamente jerárquica influyó en su decisión, precipitada en un campo donde las fuerzas de seguridad tampoco estuvieron a la altura.

El destino de Fahd Al-Ahmad Al-Yaber Al-Sabah fue más tormentoso. Además del máximo dirigente del fútbol kuwaití, era hermano del emir Yaber Al-Ahmad Al-Sabah, quien reinó en el país petrolero durante casi tres décadas. Esta dinastía sigue gobernando el estado, como lleva haciendo desde el siglo XVII.

CAÍDO EN COMBATE

Fahd siempre fue un gran amante del deporte. Ejerció de presidente del Comité Olímpico de Kuwait desde 1974 hasta 1989, fue presidente de la Federación de Fútbol de Kuwait durante más de una década, también presidió la federación de baloncesto del país y fuera de él ejerció como presidente del Comité Olímpico de Asia, como vicepresidente de la Federación Internacional de Balonmano o ejerciendo de directivo de la FIFA.

Para bien o para mal, siempre fue un ferviente defensor de su país, hasta el punto de que en 1963 se unió al ejército. Combatió en varios conflictos y llegó a alcanzar el grado de teniente de la Guardia del Emir. Terminó perdiendo la vida en el campo de batalla. Durante la invasión de Irak a Kuwait, la mecha que prendió la primera Guerra del Golfo, el emir huyó a Arabia Saudí para salir del cerco de Sadam Hussein.

Sin embargo, Fahd se quedó resistiendo en la defensa del país. Pero el 3 de agosto de 1990, mientras intentaba defender el Palacio Dasman, la residencia del Emir de Kuwait, murió tiroteado. La lucha fue feroz. Le faltaban apenas unos días para cumplir los 45. Los invasores terminaron paseando su cadáver en lo alto de un tanque por la capital de la nación por la que dio la vida.

Uno de los seis hijos de Fahd, Ahmed, el primogénito, también llegó a ser dirigente de la FIFA, pero tuvo que dejar el cargo tras ser envuelto en un escándalo de corrupción. Fue uno de los responsables de dejar a Madrid sin los JJOO para darle la celebración a Tokio. En 2021, el recordado gesto intervencionista de su padre en España 1982 tuvo un 'homenaje' en su propio país. Otro jeque saltó al campo para protestar una decisión del colegiado, pero sin la fuerza y el resultado del imborrable incidente ante Francia, enmarcado en la galería de histriónicos momentos de la historia mundialista.