MUNDIAL DE QATAR

La despedida 'Mundial' de Bale 'in that order': balones perdidos, lesión y manotazo a la cámara

Gareth Bale golpea una cámara después de la eliminación de Gales ante Inglaterra.

Gareth Bale golpea una cámara después de la eliminación de Gales ante Inglaterra. / LEE SMITH / REUTERS

Denís Iglesias

Denís Iglesias

Es indudable que Gales no habría estado 64 años después en un Mundial de no ser por Gareth Bale, el dragón en su bandera y el mejor jugador de la historia del país. Pero tampoco se cuestiona en territorio galés que el pobre desempeño de su estrella ha lastrado el rendimiento de la selección de Rob Page, colista del grupo B, donde solo fue capaz de arañar un punto ante EEUU gracias, precisamente, a un tanto de penalti del actual jugador del Los Angeles FC.

Para pasar de ronda, Gales necesitaba vencer a Inglaterra y esperar un resultado favorable en el Irán - EEUU. Pero los ingleses se cobraron la revancha de la Eurocopa de 2016, cuando Bale y los suyos alcanzaron las semifinales, mientras que los 'pross' encajaron una humillante eliminación en octavos ante Islandia. Los galeses celebraron por todo lo alto aquel batacazo de sus vecinos.

Sin embargo, Marcus Rashford, autor de un doblete este martes, advertía en la previa que "no hace falta ser un genio para ver cómo hemos mejorado desde 2016. Nuestro equipo es totalmente diferente, porque hemos avanzado mucho y aprendido en el camino". En esa trayectoria, el fútbol galés ha seguido creciendo, como demostró la clasificación para Qatar 2022, pero siempre a lomos de un líder que, pese a situar como máxima prioridad a su selección -por delante del golf y del Real Madrid en aquella célebre pancarta- no ha dado lo que de él se esperaba en este Mundial.

SIN UN TIRO A PUERTA

Bale terminó la primera mitad sin ningún disparo a puerta o regate completado y con apenas un pase exitoso frente a cinco pérdidas. Fue sustituido en el descanso por Brennan Johnson. Lo que en principio fue interpretado como una decisión técnica, resultó ser un intercambio forzoso por lesión. "Cinco minutos antes del intermedio, Gareth sintió un dolor en la corva (parte opuesta a la rodilla). Joe Allen y Ben Davies también tuvieron que salir. Fue un gran esfuerzo de todo el grupo y no podría estar más orgulloso de ellos", justifica el seleccionador Rob Page tras el encuentro.

"Podríamos haber mantenido mejor el balón, pero no permitiré que se diga una mala palabra sobre este grupo de jugadores. Lo han dado todo hoy. El segundo tanto me decepciona un poco, sin embargo, no quiero hablar de cosas negativas", insistió el técnico que reemplazó a Ryan Giggs al frente de Gales en 2020. Bale no pudo contener su frustración y lo pagó con un cámara del partido, al que le dio dos golpes cuando se retiraba cojeando del terreno de juego. No quiso ser la imagen de la derrota.

Parece un colofón triste para un jugador que todavía tiene 33 años, pero que muestra un continuo declive físico. Jugar los dos primeros partidos completos contra EEUU e Irán acabó por pasarle factura a un jugador que ha estado a medio gas en la MLS. Aunque siempre propicio para escoger sus apariciones, anotó en el minuto 128 de la final del campeonato estadounidense. Fue suplente en ese partido crucial, salió en el 97 de la prórroga y forzó los penaltis con ese tanto salvador.

"SEGUIRÉ SI ME QUIEREN"

Porque Bale es un jugador que sigue teniendo un aura de genialidad que le acompaña, como su carácter díscolo. En la previa al decisivo partido contra Inglaterra, se dedicó a responder, como él solo sabe, con monosílabos. A pesar de todo, es intocable para su selección. "No creo que sea la última vez que le veamos con la camiseta de Gales", aseguró Page y Gareth le correspondió: "Seguiré mientras pueda y me quieran. Es un momento difícil, pero esto no para".

El expreso de Gales recordó que "en marzo comienza la fase de clasificación para la Eurocopa y espero estar". Seguramente, su voluntad acabará siendo la de vestir la camiseta de los dragones hasta que no le queden fuerzas, pero sus piernas se mueven de otra manera. Sin ser capaz de mantener el ritmo competitivo de la MLS, se antoja difícil un repunte en el rendimiento de Bale, desgastado físicamente y con más dificultades para controlar mentalmente el deporte de alta competición.