QATAR 2022

Leo Messi acude al rescate del Mundial maldito

Argentina vive pendiente de "la pulga", no solo de su futbol sino también de su estado físico y de su ánimo

Messi, en un entrenamiento con Argentina.

Messi, en un entrenamiento con Argentina. / EFE

Emilio Pérez de Rozas

Leo Messi, que lo ha sido todo en esta vida, en este mundo, en el fútbol, menos campeón del mundo, que ha tenido que soportar, aunque él jamás lo reconocerá ¡jamás! que le quisieran, le mimaran y le valoraran más en Barcelona, en el Barça, que en su Argentina natal donde siempre lo consideraron un “pecho frío”, vive el momento más importante de su vida pues, a los 35 años, afronta su último Mundial, aquel que le puede convertir, en caso de ganarlo, en el mejor futbolista, ahora sí, de todos los tiempos.

Messi, que antes de viajar a Qatar dejó muy claro que se siente la persona más feliz del mundo en París y en el PSG, confesó que éste que puede ser un año muy especial, demasiado especial si lo cierra con su coronación alzando la Copa del Mundo como ganador. “Este año es diferente al anterior, llegué a París con otra cabeza, más acomodado al club, al vestuario, a mis compañeros, al juego. La verdad es que me siento muy bien en París. Me divertí de nuevo”, señaló el futbolista que, vestido de azulgrana, jugó 778 partidos, anotó la friolera de 672 goles y dio 303 asistencias.

Pendientes de Leo

Ese es el Leo Messi que se ha convertido, sin duda, en la gran estrella, no solo en los anuncios y lonas de los rascacielos de Doha, sino en el ambiente deportivo y periodístico del polémico Mundial de Qatar en el futbolista referencia. Como ha escrito con pluma fina Ezequiel Fernández Moores, en el diario ‘La Nación’, de Buenos Aires, “este es un Mundial maldito al que Leo Messi acude a su rescate”. Porque, en efecto, no es, como ha dicho Mauricio Pocchettino, que “detrás de Leo este toda una nación ansiando la conquista de este título”, sino que la otra aseveración de Fernández Moores es la dualidad “Mundial de Qatar: veneno; coronación de Messi: remedio”.

Quiera o no el resto del mundo, le duela o no al resto de megaestrellas presentes en Qatar, llámense Neymar Júnior, Kylian Mbappé, Kevin De Bruynes, Cristiano Ronaldo o Ansu Fati, ‘D10S’, al que no le gusta que le apoden así “porque mis hijos no deben pensar que lo puedo todo”, está en la boca de todo el mundo y, tal vez, por todo ello sea el único de la expedición argentina que duerme solo, que tiene una habitación individual, en el complejo de la Universidad de Qatar donde se hospeda la albiceleste.

Hay quien dice que Messi está solo en la cámara B-201 el búnker argentino porque no tiene ya a su compañero habitual y amigo del alma Sergio ‘Kun’ Agüero. Hay quien dice que lo dejan solo para que medite cómo llevarles hacia el título. De ahí que en la inmensa pared de su cuarto, se supone que en la de todos los componentes de la selección argentina, figura un mural donde puede leerse con letras gigantes: Somos todos, somos uno. Es evidente que Messi se pasa el día con el núcleo duro de la albiceleste, integrado, dicen, por sus amigos (ahora ya nadie critica en Argentina que los amigos de Leo sean los seleccionados) Paredes, De Paul, ‘Papu’ Gómez, Di Maria y Dybala, que comparten mate y el juego del truco.

Argentina vive pendiente de Messi, no solo de su futbol sino también de su estado físico, de su ánimo. Eso de que lleve dos días entrenándose solo, que los técnicos explican que solo es “para regular las cargas de trabajo”, les tiene muy preocupados, pero Leo jugó los 90 minutos ante Emiratos Árabes y, encima, marcó un golazo con su pierna mala, la derecha.

"Yo siempre miro a Leo, busco donde está, pero no siempre hay que dársela a él, no"

Ángel Di Maria

— Jugador de la selección argentina

Como contó Pochettino, Argentina ha sabido adaptar todos los elementos que tiene en sus manos Lionel Scaloni para que el mejor jugador del mundo se sienta el mejor. La estrategia no es otra que hacer trabajar a destajo a todos los demás, por ejemplo, a los volantes como De Paul, Paredes, Guido Rodríguez, Gómez, Mac Allister, Enzo Fernández, Palacios y hasta al propio Di Maria, que se pasa el día currando para mayor lucimiento de su amigo Leo Messi.

“Yo siempre intento conectarme con Leo”, explicó Di Maria al llegar a Doha, “buscarlo continuamente, saber donde se encuentra, pero también entiendo que, aunque él pueda solucionar la jugada, como ha demostrado millones de veces, no siempre hay que dársela a él. O hay que pensar cuándo conviene dársela”. Ese es, probablemente, el nuevo rol, el último truco, ideado por Scaloni y Messi para mayor lucimiento del crack argentino y, sobre todo, para menor desgaste del 10: buscarlo solo cuando es el momento, no siempre, ni antes ni después.

Messi es el único que tiene una habitación individual en Doha, presidida por un inmenso mural que reza "Somos todos, somos uno"

Es por ello que, en cuanto puede, Messi dice que Scaloni es un grandísimo entrenador. Y es por ello que el bueno de Scaloni reconoce que ese reconocimiento de Leo “no es porque me considere el mejor entrenador del mundo sino porque conectamos perfectamente cuando hablamos de fútbol y cuando planeamos los partidos y lo que necesita Argentina para ganar”.

Nadie duda de que Leo Messi lucirá sus mejores galas futbolísticas el próximo martes frente a Arabia Saudí, a las 11 de la mañana. Nadie duda de que el trabajo intenso que tanto el ‘profe’ Luis Martín, preparador físico albiceleste, como Luis García, el kinesiólogo de la selección argentina, están haciendo con el capitán de Argentina permitirá que Messi empiece su cuenta goleadora y su capacidad para regalar goles a sus compañeros de mate y truco al mayor nivel jamás visto, pues también Leo sabe que empezar bien, luciendo bonito, esta Copa del Mundo es la mejor manera de ganarla.

Hay un dato demasiado contundente como para pensar que quienes conceden grandes números a Argentina de convertirse en la próxima campeona del mundo no tienen ni idea de este juego: la selección albiceleste lleva 36 partidos consecutivos sin perder.