Biodiversidad

Sorprendente recuperación de arrecifes de coral en Australia: la ‘ayuda vecinal’, clave

El intercambio interno de larvas impulsa la regeneración de estos ecosistemas, incluso en condiciones adversas

Una buceadora observa corales en el arrecife Scott.

Una buceadora observa corales en el arrecife Scott. / Nick Thake / James Gilmour

Sorpresa mayúscula en las antípodas: los científicos han constatado una inesperada recuperación de arrecifes del coral en Australia. De tan magnitud que un equipo de investigadores ha decidido estudiar las causas y ver si sería posible ‘exportar’ la mejora a otras zonas del planeta. La ‘clave’ principal del resurgimiento de los corales es la ‘ayuda vecinal’.

El estudio, protagonizado por oceanógrafos del Instituto Australiano de Ciencias Marinas (AIMS por sus siglas en inglés) se realizó en el sistema de arrecifes Scott, y ha revelado que tener ‘buenos vecinos’ –la conectividad local entre las comunidades coralinas– tiene premio: desempeña un papel fundamental en la resiliencia y recuperación de estos ecosistemas.

Los hallazgos, publicados en la revista Limnology and Oceanography, destacan cómo los mecanismos de intercambio de larvas dentro de un mismo sistema de arrecifes pueden impulsar su regeneración incluso en condiciones adversas, desafiando la creencia predominante hasta ahora de que la recuperación depende principalmente de la conectividad a gran escala.

El sistema de arrecifes Scott, hogar de ballenas y tortugas en peligro de extinción y de miles de corales, está compuesto por tres atolones coralinos situados a aproximadamente 300 kilómetros de la costa noroeste de Australia: Ashmore Reef, Seringapatam y Scott Reef, y Rowley Shoals.

Arrecife Seringapatam, parte del mismo sistema de arrecifes que el Scott.

Arrecife Seringapatam, parte del mismo sistema de arrecifes que el Scott. / Greenpeace Australia Pacífico

Las aguas que rodean los tres arrecifes están repletas de vida. Hay al menos 29 especies de mamíferos marinos; 41 especies de aves; casi 1.000 especies de peces; tiburones, serpientes marinas, rayas, peces sierra y muchos más animales asombrosos y únicos, algunos de los cuales no se han encontrado en ningún otro lugar del planeta.

A pesar de su aislamiento y exposición a diversos factores de estrés, como los eventos de blanqueamiento masivo registrados en 1998 y 2016, estos arrecifes han mostrado una capacidad notable para recuperarse.

Estrés térmico

Camille Grimaldi, autora principal del estudio, explicó que las comunidades conectadas a través del sistema de arrecifes que intercambian grandes cantidades de larvas "pueden recuperarse más rápidamente de las perturbaciones que aquellos sistemas menos conectados".

La investigación se basó en un modelo biofísico de alta resolución que simuló 21 años de desove anual de coral en Scott Reef. Los resultados mostraron que aproximadamente la mitad de las larvas de coral generadas permanecen dentro del sistema de arrecifes, viajando entre 100 metros y decenas de kilómetros desde su punto de origen.

Estas larvas crean una red altamente conectada dentro del arrecife, permitiendo intercambios entre distintas zonas, como lagunas y planicies arrecifales. La otra mitad de las larvas es exportada hacia el océano abierto, con una posibilidad limitada de asentarse en otros arrecifes cercanos debido a la distancia.

Vista aérea del arrecife Seringapatam.

Vista aérea del arrecife Seringapatam. / Nick Thake

"La dispersión local de larvas ayuda a formar una red que fortalece la resiliencia del sistema de arrecifes, facilitando la recuperación ante factores estresantes como la mortalidad inducida por el calor", afirma Grimaldi. Este proceso, conocido como retención local, es particularmente relevante para sistemas aislados como Scott Reef, donde el aporte de larvas de otros arrecifes vecinos es insignificante debido a la distancia.

James Gilmour, coautor del estudio, subraya que los hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre los mecanismos de recuperación de los arrecifes. "Hemos demostrado que los sistemas de arrecifes que cuentan con mecanismos de dispersión local pueden tener una mayor probabilidad de recuperación después de perturbaciones", explicó. Además, resalta que comprender y preservar estas dinámicas internas es crucial para el manejo eficaz de los arrecifes aislados.

Capacidad de recuperación

El estudio también analizó el impacto de factores ambientales adversos, como el estrés térmico, en la conectividad local. A pesar de las altas temperaturas asociadas a olas de calor marinas y otros eventos extremos, la red de conexión interna del arrecife demostró ser notablemente robusta.

Esta resiliencia estructural podría explicar cómo Scott Reef logró recuperarse tras los dos eventos de blanqueamiento masivo que afectaron al sistema en los últimos 30 años. En ambos casos, la cobertura coralina comenzó a mostrar signos de regeneración en tan solo ocho años.

No obstante, los investigadores advierten que esta capacidad de recuperación depende de que algunas comunidades locales permanezcan intactas o muestren tolerancia a las perturbaciones. Cuando un sistema de arrecifes enfrenta un daño severo y generalizado, la recuperación impulsada por la conectividad local puede verse comprometida, a menos que sea complementada por una dispersión a larga distancia.

Corales en el arrecife Scott.

Corales en el arrecife Scott. / Greenpeace Australia Pacífico

El aislamiento geográfico de Scott Reef lo ha protegido en cierta medida de amenazas comunes en otras regiones, como la contaminación o especies invasoras. Sin embargo, su ubicación también lo expone regularmente a ciclones tropicales, que pueden causar daños significativos en los arrecifes. En este contexto, los investigadores sugieren que identificar las zonas dentro del sistema que actúan como fuentes clave de larvas es esencial para orientar las estrategias de manejo y restauración.

Las acciones de gestión local dirigidas a preservar y mejorar la conectividad dentro del arrecife pueden tener un impacto sustancial en su salud general, según apunta el estudio.

"Proteger las comunidades coralinas con alta capacidad de retención local no solo promueve la regeneración, sino que también mejora la resistencia del sistema frente a cambios climáticos futuros", exponen los investigadores, que abogan por desarrollar estrategias de conservación más efectivas y adaptadas a las necesidades específicas de cada sistema de arrecife.