Controversia
¿Sabías que hay nombres científicos de animales en honor a Adolf Hitler?
La petición de numerosos investigadores de cambiar denominaciones dedicadas a dictadores, racistas y colonizadores divide a los expertos

'Anophthalmus hitleri', especie bautizada en honor a Adolf Hitler / Michael Munich
Atención, pregunta: ¿Deben cambiarse los nombres científicos de animales que sus descubridores o descriptores dedicaron, por ejemplo, a Adolf Hitler y Benito Mussolini, o bien deben mantenerse? La comunidad científica está dividida. Mientras se oyen voces que presionan para modificar el nombre de las especies que recuerdan a personas ofensivas, el organismo que regula los nombres científicos, la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica (ICZN por sus siglas en inglés), se opone.
El origen del último embrollo –tres emrbollos en realidad– se sitúa en los años treinta del siglo pasado. En 1934, un paleontólogo alemán, Paul Guthöri, le dio el nombre de Rochlingia hitleri a un insecto volador gigante, una mosca extinguida 300 millones de años atrás, del que había hallado restos fósiles. El nombre homenajeaba a Hitler y a Hermann Röchling, un comerciante nazi.
Tres años después o un año antes, dependiendo de la fuente, un entomólogo aficionado austriaco, Oskar Scheibel, también admirador de Hitler, decidió darle el nombre de Anophthalmus hitleri a un escarabajo ciego hallado en unas cuevas de Eslovenia.
También por aquellos años, una mariposa gigante descubierta en Libia, país entonces ocupado por Italia, recibió el nombre de Hypopta mussolinii, como homenaje al dictador fascista.
Una polilla con pequeños genitales, bautizada como Donald Trump
No son los únicos nombres "problemáticos" en el reino animal, y de hecho se siguen utilizando en ocasiones las designaciones científicas para homenajes, e incluso burlas. Una de las últimas mofas, el nombre elegido por un grupo de científicos para una polilla de pelusa rubia y pequeños genitales: Neopalpa donaldtrumpi.

Neopalpa donaldtrumpi. / Vazrick Nazari / Wikimedia Commons
Algunos investigadores llevan años solicitando cambiar los nombres científicos dedicados a personas relacionadas con dictadores, el racismo, el sexismo, la esclavitud o el colonialismo. Sostienen que ofenden a mucha gente y cuestionan su "idoneidad ética".
Objetivo: estabilidad y universalidad
La negativa de la Comisión Internacional de Nomenclatura Zoológica a cambiar los nombres científicos por motivos éticos ha provocado un enconado debate. Integrantes de este organismo publicaron el pasado 23 de enero un artículo en el ‘Zoological Journal of the Linnean Society’, en el cual explicaban sus razones. La principal, que amenazaría "la estabilidad de la nomenclatura y la comunicación científica".
El primer párrafo del artículo resume sus argumentos: "Los nombres científicos son fundamentales para las ciencias biológicas. Debido a que actúan como etiquetas principales para los taxones, los nombres científicos estables y universalmente aceptados son cruciales para el intercambio y la comunicación de datos claros e inequívocos en todo el mundo. Esto es de suma importancia no sólo para la ciencia, sino también para actividades vitales como la medicina humana y veterinaria, la agricultura, la pesca, la silvicultura y la conservación biológica".
"El objetivo fundamental del Código Internacional de Nomenclatura Zoológica es proporcionar la máxima universalidad y continuidad en los nombres científicos de los animales", de manera "compatible con la libertad de los científicos de clasificarlos según criterios taxonómicos", señala la Comisión.
"Como tal, el Código ha sido el principal documento de referencia y trabajo para regular, informar y orientar la nomenclatura zoológica y sus practicantes y usuarios durante más de un siglo, con el objetivo de promover la estabilidad y la universalidad", añade.

Adolf Hitler y Benito Mussolini. / Popperfoto
El Código contempla la posibilidad de modificar los nombres "inapropiados", pero se refiere exclusivamente a términos de datos activos, como rasgos o distribución, asociados incorrectamente con un taxón. Y es explícito al señalar que el nombre más antiguo disponible para un determinado taxón ha de ser "el nombre que se utilizará, independientemente de su idoneidad".
Juicios sobre moralidad
Aproximadamente el 20% de todos los nombres científicos en uso (más de 1,5 millones) son epónimos (nombres destinados a honrar a una persona o personas específicas) y, por lo tanto, representan la clase más extendida que puede causar ofensas.
La Comisión destaca que los topónimos (nombres que se refieren a un lugar o característica topográfica) representan alrededor del 10% del total, y "también pueden percibirse como ofensivos; por ejemplo, si surgen disputas sobre lugares, países o fronteras.
De tal manera que "varios cientos de miles de nombres científicos aceptados podrían verse cuestionados", subraya la Comisión, que sostiene que la sustitución de nombres científicos por considerarlos ofensivos "no está ni debería estar regulado por el Código". Además, sería "una tarea casi imposible".
Si bien la Comisión reconoce que algunos nombres científicos pueden causar "incomodidad u ofensa" a partes de la comunidad, "el compromiso con una sociedad estable y universal la nomenclatura sigue siendo la prioridad".
Cualquier evaluación de la moralidad o el carácter ofensivo de las personas honradas sería "subjetiva", insiste. Y, por lo tanto, sería "inapropiado" que la Comisión emitiera juicios "sobre tales cuestiones de moralidad".

Hembra de Lymantria dispar. / Didier Descouens
Porque "también existe la posibilidad de que los nombres neutrales y no ofensivos propuestos como reemplazos puedan considerarse ofensivos a medida que las actitudes cambien en el futuro, lo que generará nuevos nombres de reemplazo", indica.
El escarabajo ‘hitleriano’, al borde de la extinción
¿Qué argumenta los que reclaman cambiar esos nombres "inapropiados"? Entre otras razones, que no se puede priorizar "la estabilidad sobre la justicia social”, apunta Marcos Raposo, ornitólogo y taxónomo del Museo Nacional de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
También resaltan que mantener nombres con insultos racistas "niega la dignidad a las comunidades marginadas". Algunos investigadores han llegado a proponer eliminar todos los nombres en honor a humanos. Otros, constituir un "comité de ética especial" para revisar los nombres.
Más fácil resulta cambiar los nombres comunes. El año pasado, por ejemplo, la Sociedad Entomológica de América cambió el nombre de la Lymantria dispar. Era ‘polilla gitana’ y ahora es ‘polilla esponjosa’.
Volviendo al principio, algunos científicos defienden cambiar el nombre del Anophthalmus hitleri, pero no por motivos éticos, o al menos no solo por eso, sino para evitar su desaparición. Porque en los últimos años, simpatizantes neonazis han llegado a pagar miles de dólares por ejemplares de esa especie, lo que la ha llevado al borde de la extinción. Quizá cambiándole el nombre deje de estar amenazada su supervivencia.
Informe de referencia: https://academic.oup.com/zoolinnean/article/197/2/283/6994476?login=true+
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