Ambientes extremos

Esto es lo que se halló al abrir una cueva sellada durante 5 millones de años

La gruta Movile, en Rumanía, desarrolló un sorprendente ecosistema en condiciones aparentemente imposibles para la vida

Las criaturas descubiertas al abrir una cueva sellada durante 5 millones de años

Las criaturas descubiertas al abrir una cueva sellada durante 5 millones de años / Pinterest

Joan Lluís Ferrer

Hace 5,5 millones de años, una cueva situada en Rumanía sufrió la caída de una gran roca que tapó su entrada y quedó totalmente aislada del mundo. Pese a ello y pese a que el aire tóxico de su interior convirtieron el lugar en teóricamente inhabitable, acabó desarrollando un curioso ecosistema con numerosas forma de vida totalmente distintas. El ser humano entró en la cueva Movile por primera vez hace solo unas pocas décadas y descubrió un mundo asombroso.

Ubicada a solo unas pocas millas al oeste del Mar Negro en Rumania, la cueva Movile fue descubierta por primera vez por humanos en 1986 cuando un grupo de trabajadores buscaba un terreno para construir una planta de energía nuclear. Hoy en día, el acceso al lugar está bloqueado por las autoridades y solo se puede acceder a él con un permiso especial, aunque las cavernas centrales están naturalmente "protegidas" por una serie de pozos verticales y estrechos túneles de piedra caliza.

Una vez en las profundidades de la gruta, el aire contiene menos de la mitad de la cantidad de oxígeno que se encuentra al aire libre y rebosa de altos niveles de dióxido de carbono y sulfuro de hidrógeno. El interior, además, es completamente oscuro y no ha visto un rayo de luz solar durante millones de años.

Algunas de las especies halladas en la cueva

Algunas de las especies halladas en la cueva / Science

Gracias a este cóctel de condiciones extremas, el lugar ha demostrado ser una mina de oro para los biólogos. Uno de los primeros intentos de documentar este extraño ecosistema se puede encontrar en un artículo escrito en 1996 por un trío de biólogos de la Universidad de Cincinnati (EEUU) y publicado en la revista Science. Posteriormente, nuevos estudios han confirmado lo excepcional de este ecosistema, que literalmente parece de otro mundo.

Escorpiones, arañas, caracoles y otras especies nunca vistas

Y es que en este entorno hostil la vida parece estar en auge. Ya en el estudio de 1996, los tres científicos identificaron 48 especies, 33 de las cuales eran totalmente exclusivas de esta cueva. Aparte de especies de araña, pseudoescorpión, cochinilla, ciempiés, estudios posteriores también hallaron sanguijuelas, caracoles y muchas otras especies.

La mayoría de las diminutas criaturas de la cueva no tienen visión y carecen de pigmento. Pero en realidad, ¿quién necesita ver en la oscuridad total? También son, en general, un grupo de aspecto larguirucho, con extremidades muy largas y antenas que les ayudan a navegar en la oscuridad.

Uno de los invertebrados que se descubrieron

Uno de los invertebrados que se descubrieron / Science

Según el microbiólogo J. Colin Murrell de la Universidad East Anglia, lo más normal es que las bacterias que existen en la gruta vivieran ya en su interior mucho tiempo antes de que la cueva quedara aislada. El resto de los insectos, debieron de caer y quedar atrapados cuando el suelo calizo se desplomó sellando la cueva. Luego los invertebrados se reprodujeron y se adaptaron a este hábitat subterráneo y sin luz solar hasta nuestros días. La cueva se extiende por unos 100 kms cuadrados, la mayor parte inaccesibles.

Como si esta cueva no fuera lo suficientemente extraña, fue el primer ecosistema terrestre descubierto que se basa en bacterias quimiosintéticas. La mayoría de los ecosistemas requieren la fotosíntesis para aprovechar la energía de la luz solar. Sin embargo, dado que no hay luz natural en la cueva, las bacterias necesitan obtener su energía y carbono directamente de reacciones químicas, como la oxidación de sulfuro o la oxidación de amonio.

¿De dónde salía el alimento?

Análisis del agua del lago demostraron que no se veían partículas de alimentos. “Así que la gran pregunta fue, ¿de dónde viene la comida para alimentar a todas estas criaturas? La comida proviene de una película espumosa que se encuentra en la parte superior del agua del lago y en las paredes de la cueva. Esta película es como papel higiénico, e incluso se puede rasgar como un pedazo de papel higiénico. Está lleno de miles de millones de autótrofos de bacterias», afirmó en el momento de su descubrimiento el microbiólogo Rich Boden, que entonces estaba en la Universidad de Warwick en Coventry, Reino Unido.

Científicos explorando la cueva

Científicos explorando la cueva / Mihai Baciu, GESS LAB, Mangalia

El ecosistema de la cueva dependía enteramente de estas bacterias quimiosintéticas. Pueden extraer carbono sin necesidad de luz solar, y las bacterias más numerosas usan dióxido de carbono, mientras que otras obtienen su carbono del metano. La película bacteriana en el agua del lago y las paredes de la cueva es donde todos los nutrientes ingresan al ecosistema de la cueva y es el único ejemplo conocido de un sistema de este tipo. El ciclo de la vida puede continuar a medida que las pequeñas criaturas se comen el limo y las criaturas más grandes se comen a las más pequeñas.

«Estas bacterias obtienen su carbono del dióxido de carbono al igual que las plantas», dice Boden. «El nivel de dióxido de carbono en la cueva es aproximadamente 100 veces más alto que el aire normal. Pero a diferencia de las plantas, obviamente no pueden usar la fotosíntesis ya que no hay luz.»

Una ventana abierta al pasado

El ecosistema y las criaturas únicas de Movile Cave quizás podrían ayudarnos a entender cómo era la vida en el pasado primordial del planeta, así como darnos algunas pistas para luchar contra los gases de efecto invernadero. En los primeros años de nuestro mundo, la luz solar estaba oscurecida por una sopa atmosférica que contenía dióxido de carbono, metano y amoníaco. Es posible que las primeras células vivas fueran similares a las encontradas en la cueva.

Más impresionante es la capacidad de las bacterias de la cueva para oxidar el metano y descomponer el dióxido de carbono, ambos gases de efecto invernadero importantes en el actual proceso de cambio climático. Los investigadores creen que sería realmente interesante descubrir cómo estas bacterias logran oxidar o descomponer estos dos gases para desarrollar así una tecnología que sea capaz de descomponer los dos gases de nuestra atmósfera a niveles más aceptables que los actuales.

Todavía hay muchos misterios que yacen en lo profundo de la Cueva Movile. Incluso después de décadas de saber que existe, los investigadores creen que todavía hay muchos más habitantes por descubrir, algunos de los cuales podrían tener conocimientos sobre la biología evolutiva e incluso sobre la naturaleza de la vida misma.

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Contacto de la sección de Medio Ambiente: crisisclimatica@prensaiberica.es