CASTILLA Y LEÓN

Los técnicos no localizan a la osa herida en Palencia y a su osezno y no se descarta que hayan salido de la cueva

Vista tomada por las cámaras nocturnas del osezno saliendo de la cueva a comer.

Vista tomada por las cámaras nocturnas del osezno saliendo de la cueva a comer. / JUNTA DE CASTILLA Y LEÓN

Roberto Bécares

Roberto Bécares

El equipo de rescate de la Junta de Castilla y León no sabe con certeza si la osa herida tras el ataque de un macho en el Parque Natural Fuentes Carrionas (Palencia) y su osezno siguen con vida o no, ni tan siquiera si continúan escondidos en la cueva donde se refugiaron tras la pelea. 

Fuentes de la Junta explican que ni el dron utilizado esta semana para recorrer la osera ni las cámaras tipo pértiga que se han introducido en la cavidad han podido obtener rastro de los plantígrados, por lo que no se descarta ninguna hipótesis, ni siquiera que hayan salido a la superficie por otro lado de la cavidad.

Tras la brutal pelea de los osos, que tuvo lugar hace dos semanas en la Peña Santa Lucía, una zona altamente escarpada entre Santibañez de Resoba y La Lastra, la osa y su cachorro, de alrededor de cuatro meses de edad, se escondieron en una osera muy estrecha, de aproximadamente 15 metros de longitud. 

En la lucha, recogida por los excursionistas videoaficionados, el macho, que estaba en celo, falleció tras despeñarse alrededor de 30 metros. La osa quedó herida también al precipitarse montaña abajo, pero salvó la vida al recorrer en la caída mucha menos distancia.  

Desde un primer momento, el equipo de rescate de la Junta, formado por entre seis y diez personas y entre los que hay agentes forestales, técnicos de la Patrulla Oso de la Junta y un veterinario de Burgos, montaron un dispositivo para tratar de salvar la vida a los animales. 

Las cámaras de visión nocturna lograron capturar durante los primeros días la imagen del osezno saliendo a por comida -manzanas y pienso- y agua, pero desde hace varias jornadas no se tiene rastro de él, ni de la madre. 

En el operativo se están usando tanto un dron especializado en espeleología, derrumbes y emergencias como cámaras térmicas, pero las muchas conexiones de la cueva evitan que los aparatos puedan recorrer toda la longitud del espacio.

En uno de los últimos movimientos, el operativo ha ampliado su perímetro de actuación para comprobar si han podido salir de la cavidad por otro lugar. 

Uno de los objetivos de los técnicos era evaluar la posibilidad de que el cachorro sea capturado para lograr su pervivencia y trasladarlo a las instalaciones especializadas hasta que alcance el peso y la edad necesarias. 

Para ello, según se puede comprobar en las imágenes facilitadas por la Junta, se colocó a la entrada de la cavidad una jaula alargada, pero todavía no se ha activado al no tener constancia de que ambos osos sigan vivos. 

Este protocolo de captura ya se aplicó con éxito en los años 2019 y 2020 con los oseznos Saba y Éndriga, que, tras su paso por las instalaciones de aclimatación en condiciones de semilibertad que la Junta posee en la finca de Valsemana (León), pudieron ser reintroducidos con éxito en la Cordillera Cantábrica.

En esta zona del norte de Palencia, muy cercana al Pico Curavacas, y situada en el límite con Cantabria, se tenía constancia de al menos otro ejemplar hembra de oso pardo con su cachorro, además de la plantígrado y su osezno. De hecho, esta osa que ahora está bajo el radar de los guardas habría perdido recientemente a otro de sus cachorros.