Costumbre perjudicial

¿Por qué no hay que dar de comer a las palomas, gatos y otros animales callejeros?

No lo necesitan para sobrevivir y estaremos causando más problemas que beneficios

Dar de comer a las palomas, una mala costumbre

Dar de comer a las palomas, una mala costumbre / El Periódico

Redacción

Muchas personas, movidas por su amor a los animales pero desconociendo sus costumbres y verdaderas necesidades, suelen dar de comer a palomas, gatos y otras especies callejeras, creyendo que así contribuyen a su bienestar. Y, sin embargo, los expertos advierten de que este modo de actuar no siempre es positivo y puede causar problemas de salud pública, tanto para las personas como para los propios animales.

Para empezar, dar de comer a los animales favorece su reproducción descontrolada y facilita la proliferación de plagas, con las consiguientes consecuencias sanitarias. Baste decir que cucarachas y ratas son atraídas por los restos lanzados al suelo. Además, esos restos provocan un incremento de suciedad y malos olores en la vía pública.

Un artículo publicado en la revista Consumer alerta de que dar de comer a los animales altera también la relación entre las diferentes especies que viven en la ciudad. Por ejemplo, en el caso de los estanques (cuando se quiere alimentar a peces, patos y otras aves acuáticas) esos alimentos contaminan el agua y pueden hacerla inhabitable para otras especies.

Hay que tener en cuenta en muchas localidades las ordenanzas municipales prohíben directamente lanzar comida a gatos, palomas, patos, peces y otros animales urbanos, con las consiguientes sanciones económicas.

Y es que, aunque pensemos que sin nuestras aportaciones alimenticias, estos animales pasarán hambre, no es cierto. Todos los expertos recuerdan que la mayoría de ellos no precisan de suministro de alimentos por el ser humano, ya que son capaces de procurarse su propio sustento.

Esta es la forma correcta de actuar en cada caso, según señalan ONG, veterinarios y otros expertos:

Patos y peces

No hay dar de comer nunca a patos y peces de los estanques ubicados en parques y jardines, pues no necesitan mendrugos de pan para alimentarse, como tampoco precisan esa amplia variedad de productos-basura que se les lanza: desde patatas fritas y ganchitos hasta donuts y golosinas. Este tipo de productos no solo no les beneficia, sino que incluso les causan graves daños a la salud.

Un estanque con aves

Un estanque con aves / pinterest

Incluso el pan, aparentemente inofensivo, tampoco es adecuado para lanzar al agua, pues las migas y restos de alimentos varios provoca el conocido efecto del crecimiento excesivo de algas, multiplicación de insectos, aumento de moho y desarrollo de bacterias. Eso convierte esas aguas en inhabitables para otras especies e incluso para las que ya están dentro y pretendíamos ayudar.

Palomas

Carece de cualquier sentido inundar de trozos de pan parques, aceras, plazas y demás lugares donde abunden las palomas. Estas aves son totalmente autosuficientes para buscar comida tanto cuando hace frío como cuando hace calor, dado que son omnívoras (al menos, las urbanas) y no tienen reparos en comer cualquier cosa que encuentren.

Lo único que se logrará tirando comida al suelo es que las colonias de palomas aumenten más, con los consiguientes problemas que generan estos animales, tan conocidos por todos y que tanto cuesta resolver a los ayuntamientos.

Una paloma urbana

Una paloma urbana / Pxhere

Hay que recordar, además, que las palomas son portadoras de parásitos como garrapatas, piojos, sarna y otros, y pueden transmitir enfermedades como histoplasmosis, salmonelosis, colibacilosis o clamidiasis aviar.

Gatos

Los gatos callejeros ya han nacido en libertad en la calle, por lo que no se trata, en general, de animales abandonados. Están acostumbrados a vivir en ambientes urbanos y, según los veterinarios, ni siquiera es recomendable su adopción, a la que no terminan de acostumbrarse.

Alimentar a los gatos de ciudad está directamente prohibido por los ayuntamientos, que suelen encargarse de estas colonias, a veces con voluntarios que se ocupan de supervisar el bienestar de dichos animales, incluso alimentándolos bajo los sistemas legalmente establecidos.

Un gato callejero

Un gato callejero / Pxhere

En todo caso, darles de comer de forma descontrolada, sin atender a criterios científicos, genera un aumento de la insalubridad, aparición de ratas, cucarachas y malos olores.

Perros

Se calcula que en España viven más de 800.000 perros en la calle. Al contrario de lo que pasa con los gatos, suelen ser animales que han sido abandonados por sus dueños. En este caso, lo mejor siempre es encontrarles un nuevo hogar, y si nosotros no vamos a ocuparnos del animal, hay que ponerse en contacto con el Ayuntamiento o con alguna entidad protectora de animales que haya en nuestro vecindario.

Perro de la calle

Perro de la calle / Pinterest

Mientras tanto, hay que alimentarles con la comida recomendada por los veterinarios, que suele ser pienso compuesto, más sano que los restos de nuestra propia comida.

Animales silvestres

Si no es recomendable dar de comer a animales callejeros, mucho menos lo es hacerlo con animales salvajes, los cuales, por su propia naturaleza, saben perfectamente dónde, qué y cuándo comer. Alimentarlos por parte del ser humano solo conseguirá romper su funcionamiento natural y alterar sus costumbres.

Artículo de referencia: https://www.consumer.es/medio-ambiente/problemas-alimentar-animales-callejeros-silvestres.html