Calentamiento global

Rebelión de los científicos españoles contra el cambio climático: “El planeta se muere”

Más de 1.000 de investigadores convocan acciones de desobediencia civil no violenta contra la inacción de los gobiernos

Protesta por el cambio climático.

Protesta por el cambio climático. / Efe

Ramón Díaz

El cambio climático está ‘matando’ al planeta y un grupo de científicos e investigadores españoles ha decidido decir ‘¡basta!’ Ante la inacción política y de los gobiernos. Ya son más de mil y el número crece día a día. Durante estos días protagonizan su primera acción de desobediencia civil no violenta coordinada en todo el mundo. “Durante décadas nuestros avisos no han sido escuchados, por lo que debemos pasar a la acción. Somos la ‘Rebelión Científica’”, claman.

Entre los firmantes figuran algunas de las más eminentes figuras de la investigación española, como el biólogo Fernando Valladares, la coautora del informe del IPCC Marta Rivera, el físico Antonio Turiel, el doctor en genética José Esquinas o el doctor en Ecología Fernando Prieto.

Representan diferentes disciplinas científicas y áreas de conocimiento y su compromiso es personal, no involucra a las instituciones para las que trabajan. Comparten una preocupación: “Los gobiernos no han tomado medidas acordes a la magnitud, urgencia y gravedad de la crisis climática, energética y de biodiversidad”.

Mientras tanto, las amenazas para la supervivencia de la civilización e incluso para la vida en el planeta aumentan cada día. “Esta inacción no puede seguir siendo tolerada: la situación es tan grave que hace necesaria la movilización de la comunidad científica para exigir que se actúe de inmediato. Ya no hay tiempo”, señalan.

“Las catástrofes se producen ante nuestros ojos y a gran escala”, alertan. Subrayan que incluso la pandemia de covid tiene que ver con el cambio climático: “Se origina en una zoonosis relacionada con la deforestación”.

Además, se multiplican y se aceleran las gotas frías, las nevadas, las lluvias torrenciales, las sequías, las olas de calor y los megaincendios. Y que el 75% del territorio español está ya “en alto riesgo de desertificación”. Aseguran que ya estamos viviendo a escala global la sexta extinción masiva: decenas de especies de fauna y flora desaparecen cada día.

Amenaza de colapso global

“Los niveles de contaminación son alarmantes desde todos los puntos de vista (plásticos, pesticidas, nitratos, metales pesados, etcétera) y sabemos que algunos puntos de no retorno climáticos se han activado”, advierten.

Deforestación en el Amazonas peruano.

Deforestación en el Amazonas peruano. / Agencias

Los integrantes de la Rebelión Científica recuerdan que en 2019, las evidencias científicas de la amenaza para la supervivencia de la humanidad y un colapso global del sistema de la vida en la Tierra llevaron a 11.000 integrantes de la comunidad científica a lanzar una alerta pública de emergencia climática, dirigida a todos los gobiernos del planeta. Pero no hubo, ni hay, una respuesta adecuada a esta “catástrofe que ya está en marcha”.

Para lograr que el calentamiento global no sobrepase 1,5ºC sobre los niveles preindustriales, tal y como se recoge en los Acuerdos de París hacen falta “transiciones rápidas y de gran alcance en los sistemas energético, terrestre, urbano y de infraestructuras (incluido el transporte y los edificios), e industrial”, señala Valérie Masson-Delmotte, paleoclimatóloga y codirectora del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC).

Pero para ello se necesitan “profundas reducciones en las emisiones en todos los sectores, un amplio conjunto de opciones de mitigación y un importante aumento en la escala de las inversiones en esas opciones”. Son acciones “que no se están realizando”, critica Masson-Delmotte.

Al contrario, este año “las emisiones siguen aumentando, los recursos se siguen agotando y los gobiernos siguen subvencionando con dinero público la industria de los combustibles fósiles y otras actividades que dañan tanto el medio ambiente como la salud humana”, denuncian.

Situación alarmante

Incluso la guerra de Ucrania tiene las mismas raíces que la crisis climática y de recursos: los combustibles fósiles, resaltan los integrantes de Rebelión Científica, que alertan de que si se sigue ese camino “el futuro de nuestra especie está directa e inmediatamente amenazado”.

La situación es tan alarmante y con tan poco impacto en las acciones concretas de los gobiernos, que el profesor Bruce Glavovic, coordinador del IPCC, acaba de publicar un llamamiento a toda la comunidad científica para dejar de elaborar informes “hasta que los gobiernos estén dispuestos a cumplir con sus responsabilidades de buena fe y movilicen con urgencia una acción coordinada desde el nivel local al global”.

Vista aérea de los alrededores de la localidad navarra de Funes tras el desbordamiento del río Arga.

Vista aérea de los alrededores de la localidad navarra de Funes tras el desbordamiento del río Arga. / Efe

Rebelión científica responsabiliza a los gobiernos y a los lobbies empresariales del “bloqueo de la acción ambiental rápida, al ignorar el principio de precaución y no reconocer que el crecimiento infinito en un planeta con recursos finitos es ‘una senda suicida para la humanidad’”, como ha señalado el secretario general de la ONU, António Guterres.

“La interacción entre economía, política y poder es central para explicar por qué los países con mayores emisiones per cápita, que lógicamente tienen más oportunidades de reducir las emisiones, en la práctica suelen adoptar la postura contraria”, han señalado en su último informe los expertos del IPCC.

Ocurre que los objetivos actuales de crecimiento que defienden los poderes económicos están “en contradicción directa con la reducción de los impactos ambientales por debajo de los umbrales de los límites planetarios”, añaden.

Cambio del modelo productivo

Los científicos ‘rebeldes’ juzgan imprescindible un “cambio radical de modelo productivo” para limitar el aumento de temperatura entre 1,5º y 2ºC sobre los niveles preindustriales.

El sexto informe del IPCC es de una claridad meridiana: “Los cambios de consumo individual no bastan y hace falta una transformación profunda y rápida del conjunto del sistema productivo, así como una transición justa para los colectivos más vulnerables”.

La propuesta de estos expertos es la “innovación social” y la creación de “nuevas instituciones” que permitan garantizar la participación real de la ciudadanía, la “democratización efectiva de la acción climática” y la “construcción de nuevos derechos, nuevas economías y nuevas instituciones”.

Incendio forestal.

Incendio forestal. / Unsplash

“Invitamos a toda la comunidad científica, a todos los colectivos y actores sociales y a toda la ciudadanía, a firmar este manifiesto y a pasar a la acción. Llegó la hora de exigir unos cambios que, de no producirse, van a ocasionar una cantidad inimaginable de sufrimiento. Un sufrimiento que puede ser evitado. Solo si asumimos que nuestro maravilloso planeta tiene límites, y que somos nosotros y nosotras quienes nos tenemos que adaptar a ellos”, recogen los firmantes de Rebelión Científica en un comunicado.

“En una época de guerras por los escasos recursos, de vulnerabilidad colectiva de la humanidad sin precedente alguno, necesitamos a la inteligencia colectiva funcionando, el compromiso de todas y de todos para reconocer que ha llegado el momento de pasar a la acción, y la valentía para hacerlo”, concluyen.

El manifiesto puede firmarse en

este enlace

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Web de 'Rebelión Científica':

https://www.rebelioncientifica.es/