La energía eólica mata en Asturias hasta 3.000 aves y murciélagos

Entre 2.000 y 3.000 aves y murciélagos han muerto por impacto contra aerogeneradores en el Principado de Asturias desde su puesta en marcha, según una estimación realizada por SEO/BirdLife. La ONG ambiental, que ha analizado la información publicada por el Gobierno del Principado, defiende que las cifras públicas –372 siniestros entre 2001 y 2020–, no tienen en cuenta factores como la tasa de detectabilidad en la búsqueda de los cadáveres por parte de los observadores o las tasas de desaparición de cadáveres por parte de los carroñeros, lo que implica que los datos oficiales pueden ser “sensiblemente inferiores a los reales”.

Teniendo en cuenta únicamente la tasa de desaparición y de acuerdo a la información científica disponible al respecto, que indica que de media solo se detecta el 15 por ciento de los cadáveres, SEO/BirdLife concluye que, en las centrales instaladas en los últimos 20 años podrían haber muerto hasta 3.000 animales, en su mayoría especies protegidas.

La ONG lanza una alerta: “Si lo que se pretende en el futuro es triplicar la potencia eólica instalada, se podrían alcanzar mortalidades de unos 7.000 ejemplares, muchos de ellos de especies protegidas y amenazadas”.

Las cifras aportadas por SEO/BoirdLife revelan que de los 372 siniestros reportados por el Gobierno asturiano, 341 corresponden a aves, de 45 especies diferentes. De esas 341 aves siniestradas, 259 ejemplares pertenecen a especies protegidas a nivel estatal, al estar incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial (Lespre) y/oen el Catálogo Español de Especies Amenazadas.

Falta de información

Tres de las aves fallecidas por impacto con torres eólicas son milanos reales (Milvus milvus), catalogados como "En Peligro de Extinción”; dos son buitres negros (Aegypius monachus), y una, un aguilucho cenizo (Circus pygargus), catalogadas ambas especies como “Vulnerables”. Además, otros 253 ejemplares están incluidos en el Lespre.

SEO/BirdLife apunta que solo recibió información relativa a seis centrales eólicas y a una línea eléctrica de evacuación, tras su petición en marzo de 2019 a la Dirección General de Minería y Energía de la Consejería de Empleo, Industria y Turismo del Principado de los informes anuales de seguimiento ambiental contemplados en el Plan de Vigilancia Ambiental durante la Fase de Explotación de las 19 centrales eólicas instaladas y en funcionamiento en Asturias, así como de sus líneas eléctricas de evacuación.

En este sentido, la ONG considera que para procurar la correcta integración de los criterios ambientales en el desarrollo eólico de Asturias sería necesario “evaluar adecuadamente el impacto generado por la instalación de las centrales eólicas y sus infraestructuras asociadas, independientemente de que su ubicación esté o no en espacios naturales protegidos”.

Pero para realizar esta evaluación sería necesario contar con un buen inventario de avifauna y murciélagos que incluyera la información de todo un ciclo anual.

“También sería preceptivo que las evaluaciones incluyeran los correspondientes estudios de sinergias e impactos acumulados de otros proyectos, autorizados o proyectados, así como de todas las infraestructuras asociadas (tendidos eléctricos de evacuación, subestaciones eléctricas, caminos de acceso, etcétera), que tendrán efectos acumulados sobre los mismos elementos del paisaje y la biodiversidad, y no únicamente de los efectos que constituyen una única central eólica”, apunta la ONG.

En la actualidad ninguno de los proyectos eólicos analizados y alegados por SEO/BirdLife en Asturias incluye este tipo de estudios.

Las renovables,“imprescindibles”

Tanto en el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), titulado ‘Cambio Climático 2022: Impactos, Adaptación y Vulnerabilidad’, como en las evidencias que desde hace tiempo destaca la Plataforma Intergubernamental Científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), se destaca el “papel imprescindible” de la conservación de la naturaleza en el enorme reto de la lucha contra el cambio climático, y que el despliegue renovable “no se instale en zonas de alto valor ecológico que hagan peligrar la conservación de hábitats y especies”. 

SEO/BirdLife considera que las energías renovables son “absolutamente imprescindibles” para afrontar los dos grandes desafíos de las próximas décadas: el cambio climático y la pérdida de biodiversidad.

Pero considera del mismo modo “absolutamente imprescindible”que su despliegue -en todos los tamaños- sea “responsable”; esto es, “respetuoso con los espacios y especies de alto valor natural, y participado por la ciudadanía”.

“Es necesaria una planificación y una zonificación que ordene el despliegue renovable estableciendo, con carácter vinculante, aquellas zonas incompatibles por su alto valor ecológico”, añade el colectivo conservacionista, que defiende desde 1993 unas “renovables responsables”, concebidas para provocar “el máximo beneficio a las comunidades locales y el mínimo impacto ambiental”.

Recomendaciones del CSIC

El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y SEO/BirdLife han elaborado dos documentos para contribuir a su desarrollo: un decálogo para unas renovables responsables y unas recomendaciones sobre zonas que deberían ser prioritarias para el desarrollo renovable y zonas que deberían quedar excluidas.

En el decálogo se indica que la transición energética es “urgente” y ha de ser “sostenible” y“modélica en tiempo y forma”, incluyendo en la discusión a “todos los actores implicados” y mediante un “proceso transparente”.

Más puntos del decálogo: la transición energética “no debe dejar a nadie atrás y debe ser justa con las zonas afectadas por la descarbonización”; debe alcanzar a “todo el sistema energético”; debe ir “más allá de la mera producción de energía renovable”; y ha de ser “cosa de todos”.

El presidente de la Asociación Española para la Conservación y el Estudio de los Murciélagos (SECEMU), Juan Tomás Alcalde, resaltó el año pasado en una entrevista concedida a la agencia Efe que cada año mueren en España entre 100.000 y 200.000 murciélagos por las aspas de los aerogeneradores de los parques eólicos. Esta situación está provocando una dramática disminución de las poblaciones de estos mamíferos voladores.

Decálogo para unas renovables responsables: https://seo.org/wp-content/uploads/2021/05/Renovables-Responsables-DECALOGO-PARA-UNA-TRANSICION-ENERGETICA-COHERENTE-CON-LA-TRANSICION-ECOLOGICA.pdf