Plástico y salud

¿Son nocivos los microplásticos que ingerimos cada día sin saberlo?

Los científicos descubren que alteran la flora intestinal y amenazan el sistema digestivo

Microplásticos recogidos en aguas de Baleares

Microplásticos recogidos en aguas de Baleares / GEN

Ramón Díaz

Los microplásticos son un problema mundial debido a su prevalencia en entornos naturales y en la cadena alimentaria. Ocho millones de toneladas de plástico terminan cada año en los océanos y una parte acaba en forma de micropartículas en el tracto gastrointestinal del ser humano al ingerir animales marinos. Pese a ello, su impacto en la flora intestinal humana no ha sido hasta ahora bien estudiado. Un grupo de investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha evaluado sus riesgos potenciales en el aparato digestivo humano al ingerir alimentos que los contienen. Su conclusión: los microplásticos alteran la flora intestinal y pueden tener efectos nocivos sobre la salud a nivel digestivo.

La ingesta de microplásticos (piezas de menos de cinco milímetros) afecta tanto la composición como a la diversidad de las comunidades microbianas del colon y altera el equilibrio en los microorganismos presentes en el sistema digestivo: disminuye la presencia de bacterias conocidas por sus efectos positivos en la salud y aumenta la de otros grupos microbianos dañinos.

Estos ocho científicos españoles han demostrado además por primera vez que los microplásticos pueden transformarse durante su avance por el tracto gastrointestinal y llegar al colon con una forma distinta a la inicial, según se recoge en el estudio, publicado en la revista ‘Scientific Reports’. Es la primera evidencia científica de biodegradación de polímeros durante la digestión humana.

Los investigadores simularon el paso completo de una dosis única de tereftalato de polietileno (un tipo de plástico muy usado en envases de bebidas y textiles) a través del tracto gastrointestinal, recreando las diferentes regiones del aparato digestivo y sus condiciones fisiológicas.

Ingesta humana: 166 mg. al día

Las dosis de microplásticos probadas en investigaciones previas con modelos animales eran superiores a las detectadas en alimentos y bebidas comestibles, pero inferiores a la ingesta diaria humana estimada.

En esta ocasión, los científicos españoles expusieron la microbiota colónica humana a una concentración de microplásticos más cercana a la realidad, 166 miligramos por ingesta de tereftalato de polietileno, que se corresponde con la ingesta diaria estimada en humanos.

El simulador gastrointestinal utilizado en el estudio

El simulador gastrointestinal utilizado en el estudio / CIAL-UAM

“Es necesario conocer el destino en el organismo de estos materiales presentes en nuestro día a día y las consecuencias a corto, medio y largo plazo”, afirma Victoria Moreno-Arribas, investigadora del CSIC y coautora del estudio. “Dada la posible exposición crónica a estas partículas a través de nuestra dieta, los resultados obtenidos plantean que su ingesta continuada podría alterar el equilibrio intestinal y, por tanto, la salud”, añade.

Los autores centraron el estudio en los cambios registrados durante los procesos de fermentación y digestión gastrointestinal tanto de la morfología y estructura de los microplásticos como de las comunidades microbianas del colon del intestino grueso.

Para ello, los microplásticos fueron sometidos a diferentes tratamientos que simulaban las fases oral, gástrica y del intestino delgado de la digestión, antes de entrar en contacto con la flora del colón, previamente estabilizada en un simulador gastrointestinal dinámico, que imitó el impacto de las micropartículas digeridas en el complejo ecosistema microbiano intestinal.

“En resumen, nuestros resultados revelan que la exposición de la microbiota colónica humana a microplásticos afectó a las comunidades microbianas presentes, tal como se había informado en modelos animales expuestos a micro y nanoplásticos, e incluso a otras nanopartículas”, recoge el informe.

Efectos insospechados

Este efecto en la microbiota colónica podría influir negativamente en la salud humana”, alertan los científicos españoles. “La disminución de grupos microbianos esenciales para el correcto equilibrio de la microbiota intestinal y el aumento de diferentes grupos bacterianos proinflamatorios y relacionados con enfermedades podrían alterar la homeostasis intestinal”, añaden.

Un matiz: el estudio cubrió solo uno de los posibles puntos clave de impacto de la ingestión de microplásticos en la flora intestinal. Además, se utilizó tereftalato de polietileno neto, sin aditivos de procesamiento de polímeros. Pero en los plásticos se utiliza gran cantidad de aditivos, “con efectos insospechados sobre la microbiota intestinal”, señalan los científicos. 

Microplásticos

Microplásticos / Pixabay

“Además, la ingesta de microplásticos podría generar factores de riesgo adicionales, ya que los provenientes del medio ambiente también podrían actuar como vectores de posibles patógenos o contaminantes, que podrían afectar directa o indirectamente a la microbiota intestinal y estar relacionados con la disbiosis intestinal” (alteración de la flora digestiva), subrayan los investigadores del CSIC.

De ahí que señalen que se necesita más investigación para dilucidar el efecto de la ingesta de los microplásticos en el equilibrio de la comunidad ecológica de microorganismos presente en el intestino humano; saber si pueden acumularse en algunos órganos o tejido y las consecuencias a corto, medio y largo plazo; y, en definitiva, evaluar el riesgo para la salud humana.

Los autores del informe son: Alba Tamargo, Natalia Molinero, Julián J. Reinosa, Victor Alcolea-Rodriguez, Raquel Portela, Miguel A. Bañares, Jose F. Fernández y M. Victoria Moreno-Arribas, del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL), el Instituto de Catálisis y Petroleoquímica (ICP) y el Instituto de la Cerámica y el Vidrio (ICV).

Informe de referencia: https://www.nature.com/articles/s41598-021-04489-w