Las diminutas algas terrestres capturan el 30% del CO2

Estos pequeños organismos del suelo tienen una importancia insospechada para el clima

Imagen al microscopio de un alga terrestre

Imagen al microscopio de un alga terrestre / CSIC

F. J. Benito

Una investigación llevada a cabo por científicos europeos entre los que figura Enrique Lara, investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el Real Jardín Botánico (RJB) de Madrid, ha demostrado que las algas terrestres tienen una especial relevancia para los ecosistemas terrestres.

Tal y como hacen las plantas, estos microorganismos captan el CO2 atmosférico y contribuyen así al almacenamiento del carbono en el suelo, actuando de esta manera contra el calentamiento global.

Gracias a su elevado contenido en fibra, macro y micronutrientes, aminoácidos, vitaminas y fitohormonas vegetales, las algas actúan como acondicionador del suelo y contribuyen a la retención de la humedad. Además, por su contenido en minerales, son un fertilizante útil y una fuente de oligoelementos.

Hace dos décadas aproximadamente, el biólogo marino estadounidense Paul Falkowski comprobó que las algas marinas captaban tanto carbono anualmente como todas las plantas terrestres reunidas. En este proceso, las algas, calificadas de bosque escondido, aprovechan la abundante luz solar que incide sobre el mar para activar su fotosíntesis.

A raíz de este descubrimiento, la pregunta que se plantearon los científicos es si también existe un bosque escondido en tierra firme. Todo apunta a que sí, a que no todo es oscuridad en el suelo. Tal y como se ha acreditado, la luz permite la vida de un promedio de 5 millones de algas microscópicas, bacterias y eucariotas fotosintetizadores por gramo de suelo a nivel global.

No obstante, hasta el momento, la presencia de estos organismos había sido calificada de discreta y el papel que juegan en la biodiversidad era considerado meramente anecdótico.

Imagen de una Trentepohlia aurea

Imagen de una Trentepohlia aurea / wikipedia

Los autores de este estudio, que acaba de publicarse en la revista The New Phytologist, han recopilado datos de productividad y han cuantificado la masa de carbono captada anualmente por las algas microscópicas a nivel planetario a través de modelizaciones basadas en aprendizaje automático (machine learning).

Una cantidad insospechada de CO2

"Estos datos nos han permitido estimar que las algas del suelo captan hasta 3,6 gigatoneladas de carbono por año, lo que representa aproximadamente un 30% de las emisiones anuales humanas de CO2 a nivel global", asegura el investigador Enrique Lara.

Asimismo, este descubrimiento permite desmontar algunos apriorismos, según los cuales la fotosíntesis microbiana era relevante únicamente en ambientes acuáticos.

Enrique Lara considera que "estos resultados revelan la importancia de preservar los ecosistemas terrestres como una tarea urgente a la hora de reducir el CO2 atmosférico para salvaguardar el clima. También abren la puerta a manipular la producción de microalgas del suelo con el objetivo de incrementar la captación de carbono atmosférico", concluye.

Las algas son organismos que hacen la fotosíntesis y que por lo tanto producen oxígeno, y que disponen de clorofila similar a la de las plantas. Pertenecen al reino chromista (integrados en el reino protista) y su tamaño resulta muy variable, desde las enormes algas marinas de varias decenas de metros a las especies microscópicas que habitan el suelo. Aunque requieren luz y cierta cantidad de agua para sobrevivir, las algas se encuentran en todos los ambientes terrestres, y son la base alimenticia de protozoos, nematodos, ácaros y lombrices de tierra. Su reproducción puede ser sexual o asexual.

Las algas se asocian a los hongos para formar líquenes, organismos más complejos que contribuyen a la mejora biológica de los silicatos mediante la excreción de ácidos orgánicos, proceso básico para convertir las rocas en tierra.

Las algas también se asocian a otros organismos

Las algas también se asocian a otros organismos / pxhere

En el suelo, las algas son más numerosas que los protozoos o la macrofauna, pero su población es menor que los procariotas (bacterias y arqueas). Las formaciones de colonias de algas varían entre 103 y 106 unidades formadoras de colonias/gramo de suelo, siendo habitual que estas algas aporten entre 7 y 300 kg a la biomasa del suelo.

Eso sí, la población de algas varía según el tipo de suelo: en suelos templados las algas verdes son más abundantes que las diatomeas, y éstas a su vez son más numerosas que las algas verde-amarillentas; en suelos ácidos predominan las algas verdes, y en suelos neutros las diatomeas.

Las algas se encuentran en las capas más superficiales del suelo, con acceso a agua y luz, aunque pueden hallarse algas hasta un metro de profundidad, pero que seguramente estarán inactivas, se encontrarán en estado de reposo. Las algas también pueden ser endolíticas (que se encuentran dentro de las rocas), principalmente en rocas areniscas y calizas, dónde el agua y la luz pueden penetrar, según informa Agrología/wordpress.