Mariano Paredes es el último barnizador de guitarras de Madrid y está en Latina

Empezar con una guitarra, coger después un violín, a continuación otra guitarra y terminar con otro violín. Así define su rutina el último barnizador de guitarras de Madrid (y uno de los pocos de España), Mariano Paredes. Por su taller han pasado los instrumentos de los músicos más conocidos alrededor del mundo. 

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El secreto de Paco de Lucía está en Latina

A Mariano Paredes se le confía cada semana lo más valioso e importante para un músico: su instrumento. Lo hacen con la seguridad de que los va a tratar como nadie: "Cuando se araña o se estropean, siempre llaman a Mariano Paredes", comenta el protagonista entre risas. 

Por sus manos han pasado las cuerdas de "todos los guitarristas de renombre que puedas conocer del mundo flamenco o clásico", según define. Posiblemente, el más conocido sea Paco de Lucía. En la pared de su taller, tiene colgado un cartón dedicado del conocido músico en el que se puede leer "Mariano, tu muñequilla es una maravilla", una joya que define cómo trabaja. La muñequilla es una técnica que consiste en aplicar barniz de goma laca, una de las favoritas de Mariano y la que pedía el guitarrista andaluz. Intenta trabajar siempre con elaboraciones naturales, porque considera que los sintéticos no quedan igual de bien y "huelen mal". El trato con los artistas siempre ha sido bueno y sus clientes le han acompañado toda la vida. 

Con especial cariño, recuerda que su padre barnizó la guitarra que se le regaló al presidente americano Eisenhower en su visita a España en el 1959. También han trabajado con instrumentos de los Rolling Stones.

A sus casi 60 años, explica que le apasiona cada día más barnizar los violines. Son instrumentos con más diversidad de colores, que están creciendo y, al ser antiguos, suponen un mayor reto para él. Viendo su jubilación aún lejos, espera seguir disfrutando de la música desde cualquier ámbito.

¿Por qué es tan importante barnizar una guitarra?

La principal función del barniz es la de proteger el instrumento, especialmente de arañazos. Se inventó para embellecer, pero acabó evolucionando para abarcar otras dimensiones. Lo más importante es darle calidad acústica a la madera. El barniz influye en el sonido del instrumento, de nada vale escoger uno muy bonito y brillante, si acaba apagándolo. Cuando se toca, la madera vibra y si lo envuelves demasiado con la elaboración, lo estropeas. Ahora hay una gama más amplia de colores que se pueden utilizar, para darle nuevos aspectos a la guitarra. 

Desde 1948, casi 80 años de recuerdos

Tres generaciones de los Paredes han trabajado en el taller desde que abrió en Vallecas. Ahora desde Lucero, siguen cuidando con la máxima atención los instrumentos. Con tan solo 16 años, Mariano Paredes empezó en el negocio. Su hijo también estuvo barnizando durante un tiempo, pero ahora se dedica a otro sector.