LA BALA CAMBIO LA HISTORIA

Lucha a muerte por unos insultos y la Corona de España: así fue el Duelo de Carabanchel

El 12 de marzo de 1870, los duques de Montpensier y Enrique de Borbón se enfrentaron en un duelo por la corona de España en Carabanchel, cambiando el curso de la historia y la corona

Desafío entre el duque de Montpensier y Enrique de Borbón

Desafío entre el duque de Montpensier y Enrique de Borbón / Historia de la interinidad y guerra civil de España desde 1868

Ninguno falló a la cita. No dejaron que el miedo les convenciera de que era mejor aguardar en la cama. Su honor estaba en juego, pero también su más anhelada corona. Una motivación por la cual Antonio de Orleans, duque de Montpensier, y su primo Enrique de Borbón, duque de Sevilla, estaban dispuestos a morir.

Así, el 12 de marzo de 1870, acompañados de sus padrinos y la misma pistola, llegaron a la escuela de tiro de la dehesa de Carabanchel, dispuestos a zanjar con un solo disparo el conflicto y las desavenencias que comenzaron meses atrás.

Todo empezó por la codiciada corona de España

La rivalidad entre los duques de Montpensier y Enrique de Borbón se intensificó tras la Revolución Gloriosa, con ambos aspirando al trono de España. El duque de Montpensier, de origen francés, vio truncados sus planes de casarse con Isabel II debido a la amenaza de guerra con Inglaterra.

Tras su matrimonio con la hermana de la reina, Luisa Fernanda, soñó con el trono, pero la llegada de herederos y su exilio por conspirar contra Isabel detuvieron sus ambiciones.

Por otro lado, Enrique de Borbón, exiliado y cuñado de la reina, regresó tras conspirar contra ella tras la caída de Isabel II, decidido a reclamar la corona. Sus ataques al duque de Montpensier, a quien acusaba de traidor, avivaron aún más su enemistad.

El Duelo de Carabanchel: una batalla por el honor

Duelo de Carabanchel, el duque de Montpensier y el duque de Borbón

A la izquierda, el duque de Montpensier, a la derecha, el duque de Borbón / Archivo

Ofendido en su honor, el duque de Montpensier decidió convocar a Enrique de Borbón a un duelo a primera sangre en Carabanchel, un lugar conocido por sus prácticas de tiro. Los padrinos de ambos acordaron que, por sorteo, dispararían alternativamente con la misma pistola hasta que uno resultara herido.

El destino quiso que fuera el francés quien disparara primero, pero erró su tiro, al igual que Enrique. Sin embargo, en su segundo intento, Montpensier acertó de lleno, causando la muerte instantánea de su rival.

CONSCUENCIA Y CAUSA

Desde ese día, al duque de Montpensier todo le salió mal

Antonio de Orleans estuvo cerca de ser proclamado rey de España en innumerables ocasiones, pero su aspiración se desmoronó tras el fatídico duelo con Enrique de Sevilla el día en el que, por orgullo y honor acabó asesinando de un disparo a un Borbón. Lo que en un principio parecía llevarle a reinar, terminó siendo su sentencia.La bala puso fin a sus posibilidades de reinar al derramar sangre real. Y aunque se trató de disfrazar el hecho como un accidente, el duque de Montpensier terminó encarcelado y, más tarde, exiliado.

Las acusaciones de Enrique de Borbón a Antonio de Orleans

Ser insultado nunca es agradable, y menos aún cuando los desprecios se publican en un artículo dirigido “A los montpensieristas” de manera pública en la prensa. Duele, molesta y, sobre todo, hiere el honor. Y eso fue justamente lo que provocó que el duque de Montpensier, tras leer que Enrique de Borbón, su rival al trono tras la revolución de 1868, lo despreciaba por su “truhanería política” y lo llamaba un “hinchado pastelero francés”, le llevase a proponer una solución a la disputa: un duelo a primera sangre.

Sin vencedor real

La muerte de Enrique de Borbón conmocionó a Europa; el duque de Montpensier había derramado sangre real lo que, lejos de motivar su coronación, acabó con todas sus posibilidades.

Disfrazado como un accidente, solo fue encarcelado, sin embargo, sus enemistades crecieron conllevando a que el trono finalmente fuese ocupado por votación por mayoría, Amadeo de Saboya. Una decisión que terminó con el destierro de Montpensier junto al quiso, pero no fue.