Cambroneras, Injurias y Peñuelas: los barrios de Arganzuela que Madrid prefirió olvidar
Sus orígenes se remontan al plan Castro, una iniciativa que si bien hizo brillar a la capital también acabó acentuando zonas de pobrezas, como la de estos barrios que fueron conocidos como la cara B del Plan Castro

Cambroneras, Injurias y Peñuelas: los barrios de Arganzuela que Madrid prefirió olvidar / José L. Demaría López «Campúa»
A finales del siglo XIX, Madrid vivió una transformación urbana sin precedentes, impulsada por el audaz Plan Castro. Una iniciativa considerada como «maravillosa», que, paradójicamente, acabó acentuando la división entre las clases sociales.
Mientras se alzaban espléndidos palacetes en los barrios de Salamanca y Chamberí, pensados para la aristocracia y la burguesía, también proliferaban fábricas, lavaderos y barrios humildes que acogían a obreros y migrantes rurales.
Los mismos que habían huido del campo bajo la idea de alcanzar y disfrutar de la imagen de la capital que se vendía: un escaparate repleto de nuevas oportunidades, donde se omitía hablar de la falta de trabajo y el desequilibrio social que, en Carabanchel, dio paso a tres barrios: Cambroneras, Injurias y Peñuelas.
Barrio de las Cambroneras

Una juerga gitana en las Cambroneras / Archivo Histórico
- Localización: Ubicado junto a los lavaderos del río Manzanares, a la izquierda del Puente de Toledo. Lo que hoy abarcaría: la calle Alejandro Dumas y finalizaría en el Paseo de las Melancólicos.
- ¿Cuántas personas habitaban en ese barrio?: Según los periódicos de la época, se calculaba una veintena de familias, es decir, unas 500 personas.
Apodado como el «albacín madrileño», lo poblaban familias humildes andaluzas o manchegas que, atraídos por esa imagen idílica, habían dejado sus pueblos para descubrir la realidad: la precariedad y la falta de recursos para las personas menos adineradas.
Vivían en chabolas, al margen de la tan famosa planificación urbana, ligada a casos de extrema pobreza. Una falta de recursos que provocó que la burguesía y tendiera a estigmatizar a quienes vivían ahí, señalando su falta de recursos con los índices de criminalidad y miseria. Una visión clasista que criminaliza la pobreza y empañaba la otra cara: la de una sociedad marginal donde buena parte de sus habitantes trabajaban en huertas y mercados.
Barrio de las Injurias

Distribución de los socorros a los pobres del barrio de las Injurias / Archivo Histórico
- Localización: Situado junto al río Manzanares y el arroyo de Embajadores, se encontraba en lo que hoy es la zona alrededor de la Glorieta de Pirámides y el Paseo de Yeserías.
- ¿Cuánta personas residían ahí?: Se estima, según los informes de la época, que unas 700 personas habitaban las Injurias
Iniciado por el empresario y marqués de Santa Ana en 1886, con el apoyo de la clase burguesa para evitar que las clases bajas se unieran al incipiente movimiento obrero, al crear un asilo para pobres. El barrio, que tomó su nombre del Cristo de las Injurias, llegó a ser hogar de centenares de personas en las conocidas casas del Cabrero.
En 1906, estas familias fueron expulsadas por no poder pagar el alquiler. Un desahucio orquestado por el Ayuntamiento bajo un plan de higienización de la capital, que escondía un profundo odio de clase y acabó convirtiéndose en una crítica al sistema de la Restauración, al finalizar con la demolición del barrio en 1909.
Barrio de las Peñuelas

El barrio de las peñuelas en 1917 / José de María López, Campúa
- Localización: Tras una reestructuración de la época, actualmente ocuparía desde el Paseo de la Esperanza hasta el de Acacias.
- ¿Cuántas personas residían ahí?: Dio cobijo a unas 300 familias de clase obrera.
Toma su nombre de la plaza de Santa Isabel y ha sido, desde sus orígenes, un enclave obrero dentro del Plan Castro, proyectado para el ensanche de Madrid. En el siglo XIX, se componía principalmente por las conocidas ‘casas de patio’, donde vivía una población trabajadora que se aglutinaba en condiciones precarias.
Además, buena parte de la mano de obra de la cercana Fábrica del Papel también residía allí. Con el paso del tiempo, comenzaron a levantarse viviendas y un dispensario antituberculoso, mejorando la calidad de vida y posición social del barrio. Hoy, tras una profunda transformación, se ha consolidado como uno de los puntos de referencia social más populares de Arganzuela.
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