Una experta en neurociencia nos descubre todas las ventajas de vivir cerca de un río

El río Manzanares, con un recorrido de 92 kilómetros, discurre íntegramente por la Comunidad de Madrid, nace en la sierra de Guadarrama y desemboca en el río Jarama. Estos son datos geográficos que probablemente ya sabías, pero desde la CRónica de Arganzuela hemos querido ir más allá y descubrirle a sus vecinos (y a todos en general) la suerte que tienen de vivir cerca del río Manzanares. Porque sí, lo hemos consultado con dos expertos y el río aporta sobre todo muchos beneficios a nivel mental.

Nos apetece hacer más deporte si tenemos al lado el río. Está demostrado científicamente. Vicente Javier Clemente es catedrático en Ciencias del Deporte de la Universidad Europea, y nos cuenta que «es una realidad que hacemos más deporte en ambientes naturales» pero, ojo, que en este caso la humedad hará que tengamos «mayor fatiga, nos cansaremos más y, al sudar más, estaremos más deshidratados» y, por ello, aconseja «comprar prendas impermeables y transpirables para que la humedad no pase tanto por nuestro cuerpo y nos afecte menos».

Sobre todo es beneficioso para la salud mental

Reduce los niveles de estrés y reporta emociones positivas. Estar en contacto con la naturaleza siempre ha aportado al ser humano grandes beneficios para la salud, pero «los estudios siempre se han centrado más en los espacios verdes que los azules, pero la reducción de estrés está demostrado que ocurre más en los espacios azules», confiesa Clara García, experta en neurociencia, autora del libro Cerebrotes y con un canal de Youtube en el que habla sobre todo lo que ocurre en nuestro cerebro.

Las cinco grandes causas que producen este beneficio son:

1. Incita a realizar más actividad física. Es más agradable correr al lado de un río que por la ciudad con coches, semáforos, más personas...Y la propia actividad física nos ayuda a reducir el estrés y tener una mejor salud mental, algo que está demostrado por estudios.
2. Restaura los niveles de atención. La mayoría vivimos en ciudades urbanas donde estamos rodeados de estímulos como los carteles o las propias personas. Cuando vamos a un lugar tan tranquilo como un espacio azul, tenemos menos estímulos, lo que nos reduce el estrés, es «como que descansamos», explica la experta.
3. Cumple con la "hipótesis de la biofilia". Esta teoría fue estudiada por el biólogo Edward O. Wilson (1989) y lo que plantea es la tendencia innata de todos los seres humanos de sentirtse identificados con la naturaleza, y por ello, la experta en neurociencia nos afirma que tenemos «la necesidad de estar cerca del agua».
4. Nos da más luz solar, que nos aporta vitaminas. Ello influye en que tengamos un mejor estado de ánimo.
5. Mayor interacción social. Esto pasa porque son sitios agradables, que nos invitan a estar más tiempo ahí y esto se acaba proyectando una mayor amabilidad entre nosotros. De hecho, se ha demostrado que el sonido del agua es capaz de reducir el nivel de cortisol, hormona del estrés.

Mejor concentración y mayor longevidad

A nivel mental, son muchos los beneficios que Clara García nos expone: más allá de reducir los niveles de estrés y proporcionarnos más emociones positivas, también consigue que nos concentremos más y mejor.

De hecho, un estudio comprobó en una residencia de estudiantes que tenía vistas hacia espacios naturales que estos lograban una mayor y mejor concentración.

Y la cosa no queda aquí: un estudio escocés demostró que las personas que tenían un espacio azul (mar, río o lago) de 0 a 500 metros de su casa vivían más. Por ello, se puede decir que los arganzueleros tienen tanta suerte.

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