Callejón del Peligro en Alcalá de Henares: la calle más sangrienta de Madrid y su oscura historia

Descubre la historia oculta del Callejón del Peligro en Alcalá de Henares, la que fuera una de las calles más peligrosas de Madrid

Fachada del callejón del Peligro antes de su desaparición

Fachada del callejón del Peligro antes de su desaparición / Baldomero Perdigón

«Te reto a un duelo». Esta frase, cargada de rivalidades y desafíos, dejó su huella en Alcalá de Henares y aún resuena en su historia.

Aunque hoy los enfrentamientos sangrientos han quedado atrás, hace más de 500 años, el Callejón del Peligro, estrecho y sombrío, se convirtió en el escenario de estos duelos que comenzaron entre los universitarios y a los que pronto se acabaron sumando los madrileños.

Situado entre la calle Mayor y la calle de los Escritorios, hoy solo quedan como vestigios una puerta y una placa conmemorativa, recuerdos de un pasado marcado por la violencia y la tragedia de los ganadores y perdedores.

La puerta y placa conmemorativa del Callejón del Peligro

La puerta y placa conmemorativa del Callejón del Peligro / José Javier Viera

Por qué se convirtió en el punto de encuentro

Pese a ser una solución común ante una disputa por el honor, la realidad es que los duelos estaban prohibidos o, como mínimo, mal vistos ante la ley. De ahí a que para su desarrollo se tuviera que buscar un sitio idóneo para salvar la privacidad y evitar posibles represalias.

En el siglo XVIII, el callejón fue clausurado (y este fue el motivo)

Sin embargo, el boca a boca incentivó que estos duelos cada vez fueran más frecuentes.

Ya no respondían a la oscuridad de la noche; era un constante ir y venir de personas cargadas con su arma, dispuestas a zanjar la ofensa… hasta el siglo XVII.

Fue entonces cuando se mandó construir el Colegio de los Irlandeses, donde se hospedaban, en su mayoría, estudiantes extranjeros. De ahí que Beatriz de Silveira, esposa del fundador, descubriera a ojos de todo este sitio «secreto» para acabar con la mala reputación del lugar y preservar la paz de los estudiantes. Con ello, logró clausurar el callejón y, por ende, dar fin a esta ida y venida