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RESIDUOS

La basura se acumula en las calles de Madrid entre críticas por la tasa: "No sé si es casualidad o es que la gente está protestando"

El fenómeno de la "basura al pie del contenedor" pone a prueba el plan de choque del Ayuntamiento mientras vecinos y oposición muestran su rechazo al cobro por la gestión de residuos

Residuos alrededor de los contenedores en la calle de Lagasca, en Madrid, este sábado.

Residuos alrededor de los contenedores en la calle de Lagasca, en Madrid, este sábado. / EPE

Madrid

"Es que hoy es festivo", contesta un trabajador de la limpieza de Madrid a una pareja que le pregunta sobre la suciedad en una calle de Chamberí en el Día de Todos los Santos. Es cierto que es más destacado en fines de semana y festivos, pero el fenómeno de la "basura al pie del contenedor", como lo definió el alcalde José Luis Martínez-Almeida, se está convirtiendo en costumbre en los barrios y en el centro de la ciudad seis meses después de la huelga de basuras.

El Ayuntamiento no es ajeno al problema. "La limpieza viaria no está en los estándares que nos gustaría", admitió Almeida esta semana, antes de presentar en el pleno un plan de choque de tres meses para solucionarlo. La propuesta, presentada el martes, surge de un informe que el alcalde encargó a finales de septiembre tras admitir que la limpieza "había empeorado en los últimos tiempos". Según este texto, el deterioro del estado de las calles se explica por comportamientos incívicos o incumplimientos de los comercios que no respetan los horarios del servicio "puerta a puerta". El abandono de muebles y enseres sin previo aviso también supone un problema en distritos como Puente de Vallecas, Carabanchel, Usera y Villaverde.

Vecinos consultados por este diario confirman que la situación también se produce en sus distritos. "No sé si ha sido casualidad o es que la gente está protestando por la tasa de basuras, pero sí es verdad que esta semana he notado más basura en mi calle", asegura Aurora, vecina de Vicálvaro. "A veces es porque no se recogen los contenedores, pero otras es que la gente es incívica, dejan las cajas en la acera sin doblarlas y meterlas al contenedor o dejan bolsas con ropa en cualquier lado", confirma Mariluz, residente en Ciudad Lineal. En otros casos, como asegura Sara, vecina de Chamberí, el problema no es alrededor de los cubos de basura: "No rebosan como si no los recogieran, pero sí he notado bolsas de basura en la calle lejos de los contenedores".

Residuos de cartón junto al contenedor correspondiente en el distrito de Salamanca.

Residuos de cartón junto al contenedor correspondiente en el distrito de Salamanca. / EPE

En redes sociales se extienden las imágenes de suciedad y las solicitudes a Línea Madrid, el servicio de atención a la ciudadanía del Ayuntamiento, para que se recojan los residuos acumulados, especialmente en el centro y en bulevares transitados como la avenida de la Albufera. "Comunicamos aviso en la dirección que nos indica" suele ser la respuesta habitual del perfil oficial.

Los vecinos se encuentran con la acumulación de residuos en sus calles mientras a sus buzones llega la nueva tasa de basuras. "El alcalde de Madrid acaba de perder mi voto. 269€ la tasa de gestión de residuos. Somos dos personas en el domicilio. A partir de ahora todo a la misma bolsa: cáscaras de patatas, cebollas, zapatos, cristal, latas… Reciclad vosotros", asegura una usuaria de X en una publicación con más de 1.000 retuits, 9.000 me gusta y 500.000 visualizaciones.

Un malestar que han aprovechado los grupos de la oposición, con Más Madrid ofreciendo una guía sobre cómo recurrir su cobro porque "Almeida ha tenido 6 años para diseñarla y no ha hecho nada para hacerla más justa. Mientras, Madrid está cada vez más sucio". Por su parte, el PSOE ha propuesto revisarla para hacerla progresiva con criterios sociales y ambientales, es decir, reduciendo el importe con bonificaciones por compostaje y reciclaje o por renta y tipología familiar. Vox la ha tildado de "impuesto encubierto", la ha llevado a los tribunales y ha pedido suspender su cobro, mientras anima a los madrileños a recurrirla.

En este contexto llega el nuevo plan del Ayuntamiento, que asegura que desplegará en torno a 300 operarios adicionales dedicados a "peinados" específicos alrededor de las islas de contenedores, con prioridad para los puntos negros detectados por los servicios técnicos. Además, se activarán brigadas 24 horas que dependan del distrito para poder actuar más rápidamente ante los avisos, por ejemplo en casos de basura en superficie o de cartón acumulado tras los horarios comerciales. Almeida aseguró que este despliegue se acompañará con un aumento de la presencia inspectora y de una campaña de información para recordar cómo y cuándo depositar cada residuo. "Primero queremos concienciar y luego sancionar", subrayó.

Basura alrededor de los cubos de basura en el distrito de Chamartín.

Basura alrededor de los cubos de basura en el distrito de Chamartín. / EPE

Los servicios municipales también harán un seguimiento específico de los contenedores de obra para evitar el “efecto llamada” de residuos domiciliarios a su alrededor y garantizar su retirada inmediata al término de los trabajos. También es un objetivo el aumento de la coordinación entre la Policía Municipal y los servicios de limpieza para que las actas y propuestas de sanción por vertidos indebidos, incumplimientos del puerta a puerta o abandono de enseres ganen eficacia y tengan un efecto disuasorio real.

Y es que desde Cibeles no dejan de apuntar a la responsabilidad de los ciudadanos como parte clave de por qué hay suciedad en las calles de Madrid. "Nosotros tenemos que hacer todo lo que tenemos que hacer, mejorar la normativa, poner más recursos, planes de refuerzo, y lo estamos haciendo. Pero también tenemos que hacer todos los ciudadanos un comportamiento más cívico y perseguir esos comportamientos incívicos", aseguró Borja Carabante, delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad.

La ofensiva municipal llega tras un año complicado en el servicio. La huelga de recogida de primavera dejó una estampa de bolsas acumuladas y obligó a reorganizar la recogida durante días. Desde entonces, el debate sobre la limpieza de las calles de Madrid ha sumado la entrada en vigor de la tasa de basuras: si se cobra por gestionar los residuos, la ciudadanía debe percibir con claridad que la limpieza mejora. Ese es el objetivo de Almeida, que en los próximos meses "Madrid sea una ciudad que tenga los estándares que los madrileños merecen". Con las compras del Black Friday, el turismo del Puente de Diciembre y la llegada de las Navidades en el horizonte no parece un plan sencillo.