Desde Torrejón de Ardoz, con tres puntos de entrada y uno de salida y a partir de 2026: así será el carril Bus VAO a Madrid de la A2

Cada día acceden o salen de Madrid por la A2 unos 120.000 vehículos. Se trata, después de la A6, del segundo corredor de tráfico de acceso en importancia, que en hora punta llega a concentrar hasta 4.500 automóviles y 125 autobuses. En los primeros viajan unas 5.000 personas, en los segundos, unas 5.500. Hasta el 85% de los turismos que llegan a Madrid por esta autovía lo hacen con un solo conductor, con velocidades medias en los días de retención de 20 km/h.

Para revertir esta situación, el Ministerio de Transportes, la Dirección General de Tráfico, la Comunidad de Madrid, a través del Consorcio Regional de Transportes, y el Ayuntamiento de Madrid llevan trabajando desde 2019 en implementar un carril Bus VAO, para el transporte público y vehículos particulares con más de un ocupante. Un operativo que entrará en funcionamiento en el primer trimestre de 2026 y que comenzará en una primera fase en Torrejón de Ardoz que más adelante se pretende prolongar hasta Alcalá de Henares.

No se trata de un carril adicional, la vía seguirá teniendo tres carriles por sentido. Como ha explicado Cristóbal Cremades, jefe provincial de Tráfico de Madrid, "no añadimos infraestructura, añadimos tecnología para que la infraestructura existente sea más eficiente". Lo que se hará, por tanto, será reservar para estos vehículos en hora punta el carril izquierdo en cada sentido de los tres existentes, que se señalizará mediante paneles luminosos en los pórticos que se alzan sobre la carretera y mediante balizas luminosas en el suelo.

A él solo podrán acceder autobuses, turismos con al menos dos ocupantes, incluido el conductor, motocicletas y vehículos de emergencia o de mantenimiento vial. A diferencia del carril Bus VAO ya existente en la A6, no podrán circular por él vehículos de cero emisiones con un solo conductor.

Concluidos los trabajos de estudio y señalización, por importe de unos 13 millones de euros distribuidos a partes iguales entre los cuatro entes que han participado en su implementación, comenzará a funcionar en el primer trimestre de 2026.

Accesos y salidas

En sentido de entrada a Madrid se podrá entrar en el carril por tres puntos, en Torrejón de Ardoz, (punto kilométrico 18+600), en el barrio de Rejas (pk 13+600) y en Canillejas (pk 7+700) y solo se podrá salir por uno, en Avenida de América. Una vez se acceda al carril ya no se podrá abandonar más que en ese único punto de desembarque, más allá de la M30, por lo que los vehículos que deseen acceder a la vía de circunvalación no podrán incorporarse al carril Bus VAO.

En sentido de salida se prevén dos embarques, uno a la altura de Arturo Soria/Josefa Valcárcel (pk 5+850) y otro a la del llamado nudo Eisenhower (pk 11+400), cuando se incorporan a la A2 los vehículos procedentes de la M40. Los desembarques para los vehículos que accedan por ellos al Bus VAO estarán habilitados en Canillejas (pk 9+100) y en Rejas (pk 15+200).

El carril estará señalizado con paneles luminosos verticales y también con balizas luminosas en el firme, lo que permite activarlo y desactivarlo de manera flexible y dinámica desde el Centro de Control de Tráfico de la DGT y que deje de estar activo fuera de las horas conflictivas. Cuando el carril esté habilitado como de alta ocupación, las balizas estarán encendidas de color verde en los puntos de embarque y desembarque y de color ámbar en el resto del carril. Cuando, fuera de horas punta, funcione como carril habitual, estarán apagadas. Se prevé que esté activo en horas punta, en el intervalo entre las 6.30 y las 9.30 horas, aunque se irá ajustando en función de necesidades como el día de la semana o la temporada estival.

La medida no solo pretende mejorar la situación del tráfico. Con la implementación del Bus VAO, las autoridades confían en reducir en hasta 900 toneladas las emisiones de CO₂. Además, si el sistema funciona como en las simulaciones que se han llevado a cabo, se prevé acortar los tiempos de entrada y salida en hasta un 25% en hora punta, lo que supone un total de 500.000 horas anuales. En el caso de los recorridos en autobús interurbano, el Consorcio Regional de Transportes calcula que se reducirán entre 10 y 15 minutos dependiendo de las líneas.

Tomando como referencia lo ocurrido con el carril Bus VAO de la A6, se estima que el número de vehículos con más de un ocupante pueda crecer hasta suponer un 40%. Además, se confía en que un 12% de personas se cambien del coche al autobús interurbano.

Paradas intermedias de los autobuses

De lo que suceda con los autobuses dependerá, de hecho, en gran medida, el éxito de la iniciativa. Por la A2 circulan autobuses de 12 líneas interurbanas y otras siete de largo recorrido. En total, hasta 743 expediciones de entrada y otras 735 de salida cada día, según explica Montserrat Andújar, responsable de autobuses interurbanos del Consorcio Regional de Transportes. En total, unos 80.000 viajeros al día, 15.000 de ellos en hora punta. "Es un 20% casi de viajeros en hora punta, un porcentaje muy elevado", detalla Andújar. "En otros corredores estamos en un entorno del 10%".

Y preocupan especialmente dos aspectos. El primero es el de las paradas intermedias. Al ser el carril de la izquierda el que se habilita como Bus VAO, los pasajeros de los interurbanos que circulen por él solo podrán bajar en el destino final, el intercambiador de Avenida de América, lo que deja fuera paradas como las del puente de Arturo Soria, los polígonos industriales o, muy especialmente, Canillejas, muy utilizada porque permite a los usuarios cambiar a la Línea 5 de Metro.

Para solventarlo, no todos los autobuses de cada línea utilizarán el Bus VAO aunque esté operativo. Los responsables del Consorcio Regional de Transportes han establecido que, de entrada, un 59% de los autobuses que entran en hora punta a Madrid desde Alcalá de Henares y Torrejón de Ardoz accedan al carril de alta ocupación desde el primer punto de acceso, en Torrejón de Ardoz, y no realicen paradas intermedias, mientras que el resto continúen funcionando como hasta ahora. En el caso de las líneas procedentes de Coslada, San Fernando de Henares, Mejorada del Campo, Velilla de San Antonio o Loeches, que se incorporan a la A2 a la altura del segundo punto de embarque, el porcentaje de los que irán por el Bus VAO directos a Avenida de América, será de un 43%.

Las complicaciones del acceso al intercambiador

El acceso al intercambiador es el otro motivo de inquietud. En un tramo de unos 600 metros, los autobuses que vayan por el Bus VAO deben abandonar el carril izquierdo por el que van circulando y cruzar todo el tronco de la A2 para salir por el carril derecho hacia la vía de acceso al intercambiador. "Es complejo, no nos vamos a engañar", explica Indalecio Candel, responsable de Movilidad de la A2. "Lo que teníamos claro por simulaciones era que el acceso a la M30 provocaba una retención y la siguiente se generaba ya prácticamente en el semáforo de la Avenida de América, pero quedaba un gap, un hueco entre medias que sí permitía ese posible trenzado y era el sitio idóneo".

Favorecer ese tránsito de los autobuses entre los dos carriles de los extremos es lo que ha determinado que el único punto de desembarque en el sentido de entrada a Madrid se sitúe pasado el acceso desde la A2 a la M30, y obliga a los vehículos que quieran incorporarse a la vía de circunvalación a no poder coger el Bus VAO. También para facilitar esta maniobra se ha habilitado un acceso exclusivo para autobuses desde la A2 a la vía lateral. Los vehículos que quieran salir hacia la calle Corazón de María lo tiene que hacer por una salida anterior.

"Flexibles" con las sanciones al inicio

Todas estas fórmulas, no obstante, se irán afinando con la entrada en funcionamiento. Desde la Dirección General de Tráfico son conscientes de que la adaptación tendrá al principio sus fases "problemáticas". Por ello, durante un periodo inicial, todavía por determinar, se será laxo con las sanciones a los turismos que accedan al Bus VAO indebidamente, con un solo ocupante o que entren o salgan del carril por algún punto balizado en ámbar o no autorizado. La multa por hacerlo es de 200 euros.

"Cuando se pone un sistema hay que ser flexible en la utilización y vamos a tener un periodo de pruebas, vamos a ser muy flexibles", asegura Cremades. "Lo que nos interesa es que los ciudadanos lo conozcan y no nos vamos a poner a multar. No hemos pensado si van a ser dos meses, tres o cuatro, no nos gusta precipitarnos, ni tampoco ser excesivos. Hay que dar un margen, un poquito de tiempo al ciudadano a que se acostumbre. Evidentemente, habrá que hacerlo. Pero esto no trata de decir: 'Vamos a sancionar', se trata de que la gente entienda que esto es para mejorar la infraestructura. No se trata tanto de multar, pero sí de ser disciplinados".