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ENCUENTROS CON ARTISTAS

Las disciplinas circenses más misteriosas y sobrecogedoras toman el Price

A las puertas de Halloween y del día de difuntos, el teatro madrileño inicia una serie de conferencias para acercar al público madrileño artes tan fascinantes como el faquirismo, la hipnosis y la ventriloquía

Las disciplinas más misteriosas del circo, explicadas en el Price.

Las disciplinas más misteriosas del circo, explicadas en el Price. / Cedida

Madrid

Las Navidades son la temporada alta del circo contemporáneo. Por esa razón, el Teatro Circo Price dedica el mes de noviembre a preparar su gran propuesta anual de cara a esas fechas festivas y familiares. El inconveniente es que los trabajos de montaje del nuevo espectáculo afectan a uno de los elementos claves del recinto escénico, la pista, por lo que, durante unas semanas, el teatro se ve obligado a cesar temporalmente las representaciones. Una situación que ha llevado a su directora artística, Aránzazu Riosalido, a idear un nuevo espectáculo que no precisara de tanto pertrecho.

"La idea era que la gente pudiera venir al Price en noviembre y que se acercara al circo desde otro lugar que no fuera solamente el espectáculo de un número en pista. Además, como noviembre es un mes relacionado con el misterio, los muertos y el terror, pensé en abordar esas artes del circo que hace siglos se consideraban propias de gente con poderes sobrenaturales o que eran canales de presencias de ultratumba", explica Riosalido que, partiendo de ese concepto, ha creado Las artes oscuras del circo, un ciclo de conferencias en las que diferentes artistas exploran, a través de la narración y de ejemplos prácticos, la historia de la ventriloquía, el faquirismo, la hipnosis y el mentalismo.

El ciclo comienza hoy jueves, víspera de Halloween, a las 19 horas, con la conferencia del ventrílocuo Jaime Figueroa. Continuará el jueves 6 de noviembre con la del experto en ilusionismo Ramón Mayrata acompañado del faquir Testa y finalizará, el 11 del mismo mes, de la mano del hipnotista Jorge Astyaro, uno de los grandes profesionales de esta disciplina, capaz de hacer entrar en trance a una decena de personas sobre el escenario aunque, "por cuestiones de espacio —advierte Riosalido—, esta vez tendrá que hacerlo con menos".

El hipnotista Jorge Astyaro.

El hipnotista Jorge Astyaro. / Cedida

"Cada conferencia tiene un precio de 3 euros, que es algo simbólico, porque lo que queremos es que la gente venga y conozca estas artes que, aunque antes eran más habituales en el circo, ahora no están tan presentes", explica Riosalido, que achaca esa ausencia a la modernización de los espectáculos circenses, más cercanos a las artes escénicas convencionales o al teatro de vanguardia y, especialmente, a los cambios sociales. "En los últimos tiempos parece que el público está más impresionable, por lo que se tiende a evitar aquellas cosas que puedan afectar a la sensibilidad. Que alguien pueda hablar sin mover la boca o que controle la mente ya es poco corriente y puede impresionar. Y no te digo nada si ves a un faquir como Testa que, por ejemplo, se introduce un estilete por la nariz, un sable por la boca o se cuelga bombonas de butano de los párpados. Son cosas que están tan en el límite del dolor humano e implican tal ejercicio de autocontrol, que espero que en la conferencia explique qué es lo que le ha llevado hasta allí".

Explorar los límites

Ramón Mayrata será la persona que acompañará al faquir Testa en la conferencia conjunta que darán el día 6 de noviembre. Una cita en la que este escritor, historiador e investigador del ilusionismo intentará resolver la duda de Riosalido y desentrañar qué es lo que lleva a una persona a hacer "de la insensibilidad al dolor una forma de entender la existencia y un espectáculo".

El faquir Testa.

El faquir Testa. / Cedida

"Testa es, tal vez, uno de los faquires que más me impresionan del mundo —reconoce Mayrata—. Le conocí hace diez o doce años en una sesión privada que realizó en una sala de fiestas del centro de la ciudad. De pronto, le pidió a su novia, que estaba allí presente, que le perforara la frente con un taladro neumático. Ella dijo: 'lo hago por amor' y lo hizo. La mayoría de los asistentes, que eran amantes de extrañezas, reconocieron que nunca habían visto nada semejante. Por eso, creo que los que asistan a nuestra charla se sorprenderán. Hablaremos de todas esas preguntas que nos hacemos al ver un espectáculo tan extraño, tan chocante, a veces tan duro y, al final, veremos cómo, detrás de todo eso, hay un hombre que intenta ir más allá de los límites a los que normalmente estamos acostumbrados".

Además, Mayrata y Tesla repasarán los orígenes del faquirismo, una disciplina que, antes de desgajarse para formar parte de espectáculos circenses y de variedades, formaba parte de rituales mágicos, en los que aquellos que los practicaban demostraban su naturaleza sobrehumana, lo que, por otra parte, no deja de ser todavía cierto, por mucha técnica que haya detrás.

"Antiguamente, cuando estaba dentro del ritual, se suponía que esos poderes provenían de lo sobrenatural. Aunque en alguna cultura remota todavía puede mantenerse ese concepto, en nuestra sociedad eso actualmente ha desaparecido, al convertirse en un arte escénico con su poética y sus técnicas, que ayudan a crear esas percepciones. De algún modo, el faquirismo es una alteración de cómo funciona la percepción humana y, al mismo tiempo, es un conocimiento de uno mismo. A diferencia de otras variedades del ilusionismo, aquí se te exige conocer muy bien tu cuerpo y sus reacciones", explica Mayrata que, a pesar de sus investigaciones sobre el tema, ignora cómo se transmite a día de hoy ese conocimiento.

"Ese es uno de los grandes enigmas. Muchas veces le he preguntado al faquir Testa 'pero, bueno, ¿tú cómo eh te iniciaste dentro de esta disciplina?', y sobre todo, '¿cómo sigues evolucionando?'. Cada vez que logra un efecto nuevo, ha tenido que buscar cuál es el método para hacerlo e incluso inventarlo él mismo, porque en estos momentos, no existe nadie que lo haga y pueda explicarle, a través de la experiencia, cómo se realiza. En muchos casos me dice que ha utilizado el método de prueba y error, pero es evidente que existe la transmisión de unos a otros. Muchos faquires han aprendido de otros aunque solo sea viéndoles hacer sus efectos y luego sacando sus propias conclusiones. Es un aprendizaje que requiere unas grandes dotes de observación, de riesgo y, en muchos casos, de jugársela. Dese ese punto de vista, es todo un camino que no sé si lo llamaría espiritual, pero sí de conocimiento".

Metáfora de la soledad

El atractivo y la importancia cultural de las artes circenses ha hecho que, en los últimos tiempos, hayan surgido diferentes escuelas en las que se imparten clases de malabarismo, funambulismo, trapecio, acrobacias o clown. Incluso hay centros escolares que ofrecen algunas de estas disciplinas como actividad extraescolar para sus alumnos. Sin embargo, no hay escuelas ni tutoriales de YouTube para aprender faquirismo o esas otras ciencias oscuras del circo.

"Bueno, en el caso de la ventriloquía, tutoriales de Youtube sí hay, porque el cuello de botella no está en la información, sino en la curiosidad y las ganas de aprender", puntualiza Jaime Figueroa, actor y ventrílocuo, que comenzó a practicar esta última disciplina a partir de su interés por la magia. "Ahora se estila menos, pero durante el siglo XX, muchos magos hacían un número de ventriloquía. De hecho, han sido ellos los que se han ocupado de preservarla, porque ni siquiera se estudia en el mundo de los títeres. Supongo que tiene que ver con el hecho de que es una ilusión que tiene una parte de técnica oculta que la acerca más a la magia".

La ventriloquía es una de las disciplinas de las que se hablará en el Price.

La ventriloquía es una de las disciplinas de las que se hablará en el Price. / Cedida

Aunque, como recuerda Ramón Mayrata, la ventrílocua española Celia Muñoz ha ganado recientemente el premio Mandrake —logro que se suma al éxito cosechado tras su paso por America’s Got Talent—, en comparación con el hipnotismo de Jorge Astyaro o el faquirismo de Testa, la ventriloquía ha sido una disciplina un tanto maltratada, tal vez porque carece de ese halo de misterio que envuelve a las otras dos o por su vinculación con el humor.

"En ese sentido, estoy curado espanto. Soy payaso, soy cómico, me dedico a la comedia con toda mi pasión y toda mi alma, y estoy acostumbrado a eso de que el humor sea algo que se puede vender menos caro. A eso se suma que en el teatro suele haber una especie de desprecio a las artes populares. Lo que sucede con estas artes populares es que no mueren nunca, sino que se regeneran porque tienen algo de atávico, porque hablan de nosotros. Por eso, cuando parece que han muerto, surge otra vez una ramita y yo soy simplemente una de esas ramitas".

La curiosidad e interés por la ventriloquía ha llevado a Figueroa no solo a practicarla, sino a investigar su historia, descubriendo elementos poco conocidos u olvidados, que posteriormente incorpora a sus espectáculos o conferencias, en los que combina la ventriloquía más afín al teatro de variedades con aquella otra cercana al teatro clásico o contemporáneo.

"En el siglo XVIII, por ejemplo, la ventriloquía era más austera. El actor se limitaba a reproducir el ruido de la habitación o a imitar el canto de los pájaros. Luego, en el siglo XX, apareció el muñeco que, hoy en día, parece que se ha comido todo el espectáculo de ventriloquía. A eso se suma que, en el caso de los personajes, también hay varias figuras o arquetipos que se repiten a lo largo del tiempo, como sucede con los personajes de la Comedia del arte. Por ejemplo, el niño pequeño que es travieso y que contesta o el anciano cínico. Dos figuras que, a su vez, también tienen que ver con las capacidades del propio ventrílocuo que, como todos los humanos, puede hacer una voz más alta y una voz más baja", relata Jaime Figueroa, adelantando así algunos de los temas de su conferencia de esta tarde. Un espectáculo que define como una suerte de "autorretrato humorístico en el que hablaré de la historia de la ventriloquía, de mi propia historia y de cómo, queramos o no, la ventriloquía es siempre una metáfora de la soledad, porque no deja de ser un solo hombre que simula dialogar con otros seres. En el fondo va a ser un viaje al interior y al exterior".

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